Creciendo juntos: Un taller que abraza las emociones
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La salud mental infantil es una prioridad fundamental en el Hospital Pediátrico Paquito González Cueto de Cienfuegos. Este lunes 11 de agosto arrancó el innovador taller “Creciendo Juntos”, un espacio diseñado para que niños y sus padres aprendan juntos a navegar el complejo mundo de las emociones.
El taller, dirigido específicamente a niños entre seis y ocho años –una edad clave para desarrollar resiliencia–, utiliza juegos, diálogos guiados y técnicas especializadas. Mientras los más pequeños descubren herramientas para regular sus sentimientos, los adultos reflexionan sobre su rol en el desarrollo emocional de sus hijos.
“No solo enseñamos a identificar la rabia o la tristeza, sino a transformarlas”, explica la doctora Yanara Calzadilla Urquiola, jefa del servicio impulsor del taller. En sesiones paralelas, los niños expresan sus emociones a través de actividades como la pintura, mientras los padres analizan cómo su estilo de crianza influye en la formación emocional de sus hijos.
“Ver a un niño explicarle a su padre cómo calmarse con respiraciones profundas es un triunfo”, destaca Fany Consuegra Paz, profesora de salud mental, ilustrando el impacto del aprendizaje mutuo. El cierre no será un adiós, sino el inicio de un viaje más consciente, donde las emociones ya no son enemigas, sino aliadas.
Detrás de este proyecto está el equipo de psiquiatras infantiles de la Perla del Sur, cuya labor va más allá de la consulta tradicional e incluye terapias innovadoras como la delfinoterapia para niños con necesidades especiales. Cada avance es un testimonio de que la salud mental se construye con ciencia y creatividad.
¿Por qué esperar? Este taller es un poderoso recordatorio: las emociones no deben esconderse, sino abrazarse y comprenderse. En un mundo que exige prisa, este verano, el hospital ofrece, del 11 al 15 de agosto, un tesoro invaluable: herramientas prácticas para una vida emocional más plena en familia. El único requisito es asistir con el corazón abierto.
A diferencia de otros talleres estivales, “Creciendo Juntos” siembra algo más profundo: la certeza de que no están solos. Al finalizar, los niños no recibirán un diploma, pero sí algo más valioso: la capacidad de expresar “esto siento” sin temor y padres que entenderán el poder sanador de un “te escucho”.
La misión de estos profesionales es clara: no solo atienden, sino que inspiran y guían, asegurando que cada niño, sin excepción, encuentre luz en su camino. Porque, aunque crecer a veces duele, hacerlo acompañado, sana.
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