Adnaloy bajo el cielo del teatro
El teatro puede tener su propio olor. Sus propios ojos, su propia voz; una garganta que vibre, un jadeo incontrolable. El teatro puede ser un frenesí.
Leer másEl teatro puede tener su propio olor. Sus propios ojos, su propia voz; una garganta que vibre, un jadeo incontrolable. El teatro puede ser un frenesí.
Leer más