¿Nueva normalidad?, ¡Mayor responsabilidad!

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Desde el pasado 12 de octubre, la inmensa mayoría de las provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud viven la nueva normalidad, que como bien su nombre lo indica y como fuera explicado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz: “(…) busca promover un nuevo código y estilo de vida adaptado a un contexto epidemiológico, para lo cual se ha diseñado también una estrategia comunicacional y educativa”.

Ahora bien, en modo alguno esta etapa significa dejar de lado los protocolos aplicados y que tanto resultado reportan; es en esencia una actualización que nos permitirá convivir con la Covid-19 y salir airosos en un combate desigual, pues enfrentamos un enemigo invisible y letal en grado sumo.

Siendo, por tanto, una continuidad de acciones higiénico-sanitarias, organizativas y de todo tipo, porque necesitamos continuar adelante y desarrollar nuestra economía como pilar imprescindible del desarrollo social, la nueva normalidad ha de tener —en mi opinión— un rasgo distintivo infaltable: LA RESPONSABILIDAD.  Y lo escribo en mayúsculas, porque con todo cuanto se ha explicado, todavía se observan conductas “temerarias” que rayan en la falta de juicio, como es el hecho de no usar el nasobuco o hacerlo incorrectamente, para mencionar quizás una de las más visibles.

No aporto nada novedoso, lo sé, pero creo menester reiterar que no por gusto el uso del nasobuco forma parte de nuestros protocolos sanitarios y de hecho, en lo previsto para esta actual nueva normalidad se mantiene como una medida de vital importancia. Y añado que la flexibilización de su uso, según lo explicado en la Mesa Redonda es “(…) en aquellos espacios donde no existe concentración de personas y las condiciones lo permitan”. Se entiende perfectamente ¿verdad?

Entonces evitemos “innovaciones” que en nada bueno terminan. Se impone acatar lo dispuesto: mantener el distanciamiento físico, la prohibición de la entrada de personas a escuelas y centros de trabajo, si presentan signos o síntomas sugerentes a la Covid-19.  Ante ellos hay que acudir de inmediato al médico.

También es vital la desinfección de las manos y de las superficies en cada centro de trabajo, escuelas, medios de transporte público. Por otra parte, el hecho de que algunos de los encuentros para el seguimiento dejen de ser diarios, que en las provincias que pasaron a la nueva normalidad se desactiven los consejos de defensa provinciales y municipales y que la conferencia de prensa pase a los viernes, no significa en modo alguno que haya desentendimiento de cuán importante es el enfrentamiento a la Covid-19.

Unos mil millones de pesos han dedicado el Estado y el Gobierno cubanos al ejemplar enfrentamiento a la pandemia, y ese esfuerzo ha estado respaldado, en mayoría, por el pueblo todo.

Hagamos que dicho esfuerzo no sea baldío, ahora cuando ya vivimos la nueva normalidad en Cienfuegos y otras provincias. Hagamos de esta etapa un terreno fértil para mayor responsabilidad individual y colectiva.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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