Leonardo Pérez Baster, destacado violinista, pedagogo y compositor cubano

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Leonardo Pérez Baster, director del Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán, es un excelente violinista, compositor y pedagogo. Comenzó a estudiar la música en su natal Holguín, donde tuvo entre sus maestros a Héctor Barrientos quien, al terminar el nivel medio, lo inspiró a presentarse en el Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana. En esta casa de altos estudios recibió clases de Evelio Tieles y Alfredo Muñoz. Siendo estudiante integró, como violinista y compositor, el Cuarteto de Cuerdas de la Universidad de las Artes, con el que comienza a realizar diversas giras internacionales. Muy joven se une a la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, en la que alterna como concertino.

Actualmente cuenta en su catálogo con 92 producciones discográficas, entre las que se incluyen colaboraciones para importantes músicos y agrupaciones tanto de concierto, de cámara, popular; a las que se suman las realizadas junto a su proyecto, el Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán. Dentro de este formato se ha desarrollado también como arreglista y compositor. En esta segunda categoría obtuvo, en 2019, el Premio en el Concurso de Composición UNEAC. Destaca, además, como profesor de su instrumento, el violín, que imparte en el Conservatorio Amadeo Roldán; y de la asignatura de Música de Cámara, en el Instituto Superior de Arte (ISA).

Denominamos música de cámara a la que se compone o arregla con carácter concertante para formatos pequeños, que incluyen los duos, tríos, cuartetos, quintetos, hasta las cameratas y orquestas de cámara. Han escrito para estos formatos los más prestigiosos compositores de todas las épocas. Por eso quise preguntarle desde su experiencia, ¿qué importancia le da al aprendizaje de esta asignatura dentro de la formación integral de un intérprete?

Leonardo – “Es esencial para la formación de un intérprete. Por muy buen instrumentista que sea, si no aprende a hacer música de cámara, generalmente no puede tocar bien en ensemble. La técnica es parte de la formación del alumno, lógicamente desde un inicio; pero luego el estudiante debe enfrentarse a todo tipo de trabajo con diferentes formatos, géneros, estilos, porque eso precisamente lo enriquece, y permite el desarrollo de todo lo que ha adquirido con la técnica. Pude haber elegido dar clases de violín en el ISA, pero escogí impartir esta asignatura por el valor que sé que tiene. Insisto mucho en que se la tomen en serio; porque es fundamental a la hora de tocar en una orquesta de música de concierto o popular. He grabado mucha música popular, incluso discos con Los Van Van, y creo que la formación que te da la música de cámara es el paso anterior que te prepara para enfrentar todo reto que luego, profesionalmente, se presente.

Leonardo Pérez, junto al Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán.

“Tuve la oportunidad de trabajar con Claudio Abbado y con otros grandes directores dentro y fuera de Cuba. Me di cuenta que ellos hacían temporadas con la orquesta de jóvenes Gustav Mahler y el movimiento de orquestas en Venezuela, donde alternaban unas temporadas orquestales muy grandes y después dedicaban unos cuantos meses también para hacer la música de cámara. Dividían la orquesta en unos cuantos formatos más pequeños. Es una experiencia que te capacita para aprender a escuchar y saber en qué momento es oportuno tocar, de qué manera deben ser las articulaciones, conocer el estilo de los músicos alrededor tuyo, que son detalles que enriquecen la interpretación de todos y de la orquesta, por supuesto. En la Sinfónica Nacional, cuando trabajamos con Enrique Pérez Mesa o con cualquier buen director, siempre se toma en cuenta; porque, la música de cámara, es una pequeña esencia de la orquesta sinfónica”.

Agradezco a Leonardo Pérez Baster que comparta sus palabras para los lectores del 5 de Septiembre. Él tiene una carrera en la que se aprecia su legado como intérprete, compositor, pedagogo y director. Vela por el desarrollo y perfeccionamiento de la música de cámara, para la cual compone y trabaja con dedicación desde el Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán. En este sentido se centra, además, en preparar a otras generaciones desde su aula; donde trasmite todos los conocimientos aprendidos a través de su sólida formación y experiencia.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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