La Gloria de la calle de Gloria (+Audio)

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En la misma esquina de las calles de Dorticós y Gloria, en el número 4719, en la ciudad de Cienfuegos, y en la casa donde ha vivido sus 72 años, encontramos a la Dra. Gloria Isabel Lara Calderín, quien resulta un referente, a no dudar, cuando de labor asistencial en salud se hable, desde la medicina familiar, en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes y el cáncer. Pareciera que su calle le debe el nombre.

Especialista de I Grado en Medicina General Integral, internista de II Grado y profesora consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos (UCMC), resulta, además, un paradigma, el título de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, la respalda, y también la sustentan tantas vidas salvadas y aliviadas.

Especialista de I Grado en Medicina General Integral, internista de II Grado y profesora consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos (UCMC). /Foto: Anaisa Cecilia

Graduada en la Universidad de La Habana en 1976, regresó a su Cienfuegos natal para estrenar el Hospital Gustavo Aldereguía Lima, institución que nació universitaria, los invito a adentrarse conmigo en la vida de una guerrera.

“Fuimos los primeros médicos recién graduados llegados al Hospital nuevo, recuerdo que éramos nueve, y allí hice la Residencia en Medicina Interna. El Dr. Espinosita fue mi profesor. Al terminar la especialidad marché al Policlínico de la Cruz Roja a ejercer, y en esa área de Salud he permanecido por más de 40 años”.

Gloria proviene de una familia de obreros: su padre y abuelo fueron zapateros, la madre lavandera, y tuvo un solo hermano, que la acompañó siempre, junto a su esposo, todos fallecidos, la invitan a la nostalgia mientras conversamos, y sus ojos se tornan brillosos cuando asoma una pequeña lágrima. Ahora resultan, su único hijo y ella, quienes juntos enfrentan una dura realidad, porque por esas ironías que tiene la vida, es diabética, y en noviembre de 2021 resultó diagnósticada con cáncer.

“Mi hijo Eduardo es maravilloso, incondicional, y me atiende bien, él goza de reconocimiento profesional, lo que me place; hace malabares para compartirse entre el trabajo en el policlínico de la Ciudad Nuclear, las guardias, y ser mi enfermero, reajusta sus consultas para acompañarme a la quimioterapia; tengo también una nieta postiza, de 8 años”.

La hija de Luis Lara Pous, primo de Arquímedes Pous; y Ángela Calderín Herrera, siente orgullo de que sus padres permanecieran unidos durante 47 años de matrimonio, hasta el final de sus días: “Ya es difícil encontrar algo así”, comenta, y reafirma su condición de mujer tradicional y conservadora en valores al abundar: “Bueno, mi segundo matrimonio duró 41 años”.

Y retomamos el tema profesional, en una conversación que se vuelve maratónica, en mi afán de no robarle tiempo a esta inmensa mujer, que aún inmunodeprimida, tuvo la deferencia de recibirme en su hogar, que se ha tornado lugar de consulta y donde y desde, imparte docencia, siempre observando las más estrictas medidas de protección:

“Un especialista debe transitar por cuatro perfiles: asistencial, investigativo, docente y gerencial”, comenta al dictar pauta académica, y continúa: “Hasta acá llegan mis diabéticos, tenemos mil 57 diagnosticados en el Área de Salud, me los envía Olguita para valorarlos —se refiere a la Dra. Olga Lidia Reyes Mur, quien fuera su residente y en su ausencia física atiende la Consulta en Área III—, o los atiendo por teléfono, incluso uso las nuevas tecnologías cuando tengo conexión a internet. Lo mismo sucede con la docencia que imparto a mis alumnos de sexto año de Medicina; cuento con varias investigaciones, una de línea pedagógica relacionada con los valores que deben observar los futuros médicos.

“Yo siempre leo la prensa impresa, y el CINCO es el primero, por eso quiero aprovechar para comentar sobre un tema de educación en salud, lo leerán muchos cuando se publique”, dice en un rictus que pretende ser una sonrisa, mientras Anaisa Cecilia, quien me ayudó a concretar la cita para la entrevista y mi acompañante, promotora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología del Programa del uso del Heberprot-P en Cienfuegos, profesora de la UCMC y protectora de Gloria, recoge los periódicos que el cartero acaba de dejar en la ventana.

“Las enfermedades crónicas no transmisibles o conductuales, como se les conoce en el mundo académico, son típicas del desarrollo, y así deben ser tratadas. Tenemos malos hábitos alimentarios, y no tiene que ver solo con la escasez, porque con algunas restricciones sobrevivimos, resulta que a los diabéticos nos gusta comer lo que no debemos, sobre todo los ricos en azúcares, ahora por ejemplo, en la temporada del mango, lo degustan, y esta es una fruta con mucha glucosa, de la que se puede ingerir sólo una tajadita. Mi merienda hoy fue un níspero.

“Los glúcidos pueden formar parte de la dieta, pero en cantidades moderadas, mi prescripción a quienes viven con diabetes es que se cuiden y modifiquen el estilo de vida. En mi línea de investigación sobre el tema, concluyo que las mujeres con esta patología tienen riesgo de padecer cáncer ginecológico; mientras que los hombres, en próstata y pulmón, aunque en estas enfermedades influya el componente genético.

“Es importante que los diabéticos cuiden sus pies, que no se corten las uñas y asistan al podólogo, servicio disponible en todas las áreas de Salud, en las salas de rehabilitación. Que sean disciplinados a la hora de asistir a consulta, para que el Heberprot-P sea efectivo, Cienfuegos se precia de tener un Programa muy sólido, dirigido por la Dra. Ivonne Marrero Rodríguez, incluso tenemos un trabajo de investigación reciente, que trata el tema de su uso en la Atención Primaria de Salud por 16 años”.

Durante la epidemia, la Dra. Gloria se mantuvo en primera línea. /Foto: Modesto Gutiérrez Cabo (ACN)

Resulta admirable la fuerza que despliega esta mujer de 72 años en investigar y aconsejar para que vivamos más y con calidad, y ante personas así, sanadores de carácter férreo, no queda más que inclinarse y reverenciarles. Por último, un consejo para las nuevas generaciones de trabajadores de la Salud:

“Consagración al trabajo, profesionalismo, y responsabilidad, como han demostrado durante la epidemia; y para quienes padecen cáncer y diabetes, que sean positivos, es la mejor manera de transitar por la enfermedad”. Las palabras de la Dra. Gloria Lara, resultan un regalo de asomo a la vida con esperanza y fe.

En audio, Gloria Lara: Heroína de batallas cotidianas por la Salud (Radio Ciudad del Mar)

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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