Hotel Pasacaballo: a 40 años de los primeros trotes
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Lázaro Hernández Padrón, dependiente gastronómico, tendría solo 24 años, cuando el 18 de julio de 1976, Teófilo Suárez Orama, jefe de obra, le entregara las llaves del hotel Pasacaballo a Fidel Castro, luego de casi un lustro de intensa construcción. En un gesto muy suyo, el líder de la Revolución cubana decide intercambiar su gorra verde olivo por el casco blanco del constructor.
“Sabíamos que venía (Fidel), recuerda Lázaro, ya lo esperábamos; estaba primero en el Campamento Ismaelillo, inaugurado también en esa misma fecha. Después de reunirse con los constructores, tuvo un intercambio con los trabajadores que comenzaríamos en el turismo y nos habló sobre la importancia de cuidarlo todo”.
Cuentan que, de camino a la piscina, se sentó campechanamente sobre una enorme roca todavía hoy en el mismo lugar), para continuar la amena conversación, interesarse por la vida de todos y hasta pasar un brazo por encima del hombro a uno de los presentes, en total confianza.
Al menos un 60 por ciento de quienes allí laboraran debían ser de las comunidades aledañas, según había orientado. De hecho, el Círculo Infantil del Castillo, fundado por Vilma Espín, se construyó principalmente para las madres trabajadoras del hotel.
A partir de ese veraniego día de julio, en cada una de sus visitas a la instalación el Comandante se hospedaría en la habitación 501. Una placa conmemorativa fue colocada allí este lunes, en sustitución de otra más pequeña, para inmortalizar el momento.
Historias y anécdotas de Fidel en la planta hotelera hay sobradas en estas cuatro décadas de existencia; el propio Lázaro rememora: “Un día llegó a las 3:00 de la mañana y ‘Pasacaballo’ estaba lleno de visitantes foráneos; yo no sé cómo, pero se enteraron y bajaron todos corriendo para verlo, entonces él los invitó a la piscina; había un promedio de 150 a 200 extranjeros.
“Él preguntó cómo se sentían e indagó por la piscina, que en aquel momento era olímpica, entonces uno le dijo que el agua era del mar y la traían por turbinas, y por eso estaba un poco salada. El se ríe y le dice: ‘no hay problema, podemos hacerle otra delante de esta, para quien desee el agua normal, y si la quiere más dulce le echamos unos cuantos sacos de azúcar’; son muestras de su simpatía”.
ÍCONO CIENFUEGUERO
Huéspedes ilustres de sus 188 habitaciones han sido Vilma Espín, Celia Sánchez, Mario Benedetti, Agostinho Neto, Joan Manuel Serrat, Carlos Rafael Rodríguez, Rodrigo Álvarez Cambra, Alicia Alonso, Rosita Fornés, Alberto Juantorena, Alfredo Rodríguez, Sara González y muchos otros.
Hoy, el recorrido por las diferentes plantas muestra los resultados del proceso inversionista: “en los últimos cinco años se han mejora-do las habitaciones, hoy ya contamos con 120 de ellas totalmente reparadas, donde se incluye el equipamiento, mobiliario, decoración, clima y el proceso de impermeabilización del techo, entre otras”, explica Raciel Tovar Rodríguez, director del Complejo Islazul en el territorio.
Respecto a la estrategia comercial, el subdirector Nelson Díaz Martínez, nos comenta que desde 2009 se reforzó el interés por la promoción y la divulgación de sus ofertas, con el objetivo de “insertar el hotel como un destino para el turismo internacional, incluso a través de las redes sociales. Una vez garantizado esto, hicimos énfasis también en la recreación, las áreas públicas y los servicios, para perfeccionar no solo la imagen, sino también la calidad del producto que ofertamos”.
El promedio de ocupación de las habitaciones se mantiene cerca del 70 por ciento de las que permanecen en activo y la remodelación capital de la piscina ha tenido una excelente acogida entre sus visitantes. Alemania, Francia y Holanda se mantienen entre sus principales mercados en cuanto al turismo internacional, un indicador que supera al pasado año en un 27 por ciento.
Sobre el próximo período invernal, a iniciar en noviembre, Tovar Rodríguez afirmó: “gracias al crecimiento del país en este rubro, y en el cual Cienfuegos ha sido beneficiado, consideramos y así lo tenemos previsto para la temporada 2016-2017, gran cantidad de reservas y un crecimiento con respecto a la que acaba de concluir” .
Esta semana los trabajadores del hotel Pasacaballo celebraron el 40 cumpleaños de la instalación, un homenaje oportuno, no solo para su estructura de hormigón, sino también para los funda-dores y trabajadores que la han sostenido en el tiempo.
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