¿El anticristo en el Kremlin?

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Ya no saben qué hacer con Putin. Desde incluso antes de su primer mandato hasta la actualidad han explorado todas las técnicas de los manuales de la guerra cultural, mediática, política para enlodar la figura del hombre que detenta el poder en Rusia, la temida, odiada y satanizada Rusia. Pero lo de hoy día, por tan constante y tan notorio su volumen, no tiene precedentes.

Leer los medios occidentales cada mañana supone encontrarnos, sin excepción, con nuevas y peores acusaciones al gobernante a quien Occidente vende como el anticristo en la tierra.

La persona a la cual Joe Biden calificó, así sin más ni más ni dar una razón, de “asesino” y “criminal de guerra”, es, al día de hoy, el ser humano más impugnado por segundo en el orbe. Síntoma ello del extraordinario temor que le guardan, no tanto al hombre o al país, sino a la posibilidad real de una tan ostensible como válida alternativa universal al patrón hegemónico EE.UU/OTAN, consolidada a partir del desarrollo económico-militar de esa nación y su posible alianza con otra potencia como China, en similar blanco de ataque global.

La red de la gran prensa al servicio del bloque Washington/Bruselas, entre las cuales blasona por su oratoria incendiaria antirrusa el diario español El País, muestra aberrante proclividad a saturar los espacios con declaraciones de artistas, escritores, políticos, exmilitares, deportistas, científicos… despotricando contra el personaje “maligno”, eternamente vinculado por dichas cabeceras a los servicios soviéticos de inteligencia o KGB.

Resulta imposible hallar en la prensa occidental un artículo que, siquiera para equilibrar aunque sea una edición, documente de forma somera la hoja de servicios a su país, el extraordinario papel de Putin en la reactivación de Rusia y en su reposicionamiento como tacto actor central de la arena mundial tras la desaparición de la Unión Soviética.

Todo es negro tinieblas, según sus prismas, con él.

El País publicó en fecha reciente el texto titulado Todas las sombras de Putin: un cómic retrata al presidente ruso de envenenamiento y de ocultar millones, en el cual su autor escribe: “El poder de Vladímir Putin, su pasado y, por supuesto, la invasión de Ucrania que ha emprendido, han sido analizados y comentados al detalle. ¿Qué más se puede decir del presidente ruso sin repetirse? Pues bien, el periodista gráfico Darryl Cunningham ha encontrado 200.000 millones de razones para aportar su visión al debate. Tantos motivos como dólares componen el tesoro acumulado por el mandatario, según las estimaciones citadas en el cómic La Rusia de Putin, lo cual le haría más rico que los cuatro hombres oficialmente más ricos del mundo: Jeff Bezos, Elon Musk, Bernard Arnault y Bill Gates”.

Aclara El País al efectuar su reseña del cómic “que los fajos de dinero de Putin no son sombríos, sino que están manchados de sangre”.

Cita el medio, más adelante, estas duras palabras de Darryl Cunningham, que no solo intentan descalificar a un hombre, sino además al aparato de gobierno, al sistema, al país cuyo pueblo ha elegido por amplia mayoría, en más de una ocasión, al inquilino del Kremlin: “No debería ser considerado como un líder internacional respetable, sino un capo asesino de la mafia KGB con un escuadrón de asesinos y un laboratorio de armas químicas a su disposición”. Exactamente lo mismo que plantea el guion oficial preparado para la repetidora mundial de mentiras dirigida desde la Casa Blanca.

Con los gobiernos de Occidente aunados en bloque contrario bajo la puesta en escena general de Washington, Rusia ha resistido miles de sanciones económicas, el permanente envío de paquetes multimillonarios de asistencia militar a Ucrania, una bestial guerra contra su cultura y su gente que remite a las prácticas hitlerianas. Al frente de esa épica heroica de resistencia, a través de la cual lejos de debilitarse como persiguen sus enemigos Moscú está fortaleciéndose, se encuentra Vladimir Putin. Demonicen cuanto demonicen, en sí cuanto en realidad ha de ponderarse son las características del líder, estratega y defensor de los valores de su nación. Una figura política esencial en el tablero geopolítico para contrarrestar los intereses de dominación global del gobierno norteamericano.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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