Cienfuegos: un arsenal de razones en la esfera social

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 11 minutos, 28 segundos

Durante esta semana, El Nuevo Herald, periódico miamense afín a la política más cavernaria del sector anticubano de los Estados Unidos, publica una serie de reportajes minimizando a grado atroz -no cabe otra palabra, dado lo abiertamente mendaz e intransigente de la mirada “periodística”- los logros de la Revolución durante medio siglo.

Uno, por oficio, debe leer esta sarta de sandeces y mentiras para percatarse de cuando se manipula el tema, ahora y siempre, porque en verdad, la obra de la Revolución es incalculable en todos los frentes, a pesar de huracanes, tropiezos, entuertos, y de entradas momentáneas en túneles a veces sin salida clara.

La obra de la Revolución en Cienfuegos representa un puñetazo al engaño de los enemigos, en cada una de las esferas; y específicamente en la social, la que ocupa a este reportaje-recuento de cinco décadas de avance.

Toda, absolutamente toda la red institucional de la Cultura del territorio fue creada por el nuevo proceso social despuntado en 1959. Las aspiraciones de cualquier niño antes del triunfo de la Revolución, de integrar una Casa de Cultura, una manifestación artística cualquiera; de tener en función suya desde personal especializado, que incluye instructores de arte y otros profesionales, hasta instituciones de diverso signo, podía solamente constituir la utopía de alguna noche de sueños alegres.

Cienfuegos cuenta con centros que son verdaderos palacios constructivos, como las sedes de la Escuela Vocacional de Arte Benny Moré y de Instructores de Arte Octavio García, inaugurada esta última por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 27 de septiembre de 2001, y que alcanzó su séptimo aniversario con más de 600 graduados y una loable función social.

La provincia es, cada año, sede de prestigiosos eventos de alcance continental, entre los que cabría destacar, por citar sólo dos ejemplos, el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y el Premio Literario Casa de las Américas. Su UNEAC y AHS, organizaciones intelectuales impensables antes de 1959, agrupan a creadores de sólida obra y respeto a nivel local y nacional.

Aquí se ha desarrollado un movimiento teatral, sobre todo infantil, que concita la atención de los más reconocidos críticos de las artes escénicas del país. Nuestros escritores publican en las más reconocidas editoriales y revistas de la nación. Cada institución tiene trazada una vigorosa agenda de acciones y eventos para el año, donde la proyección comunitaria posee especial interés.

Cienfuegos y Cumanayagua resultan, desde hace varios años, sedes habituales de las ferias del libro. Un teatro como el Tomás Terry, Vanguardia Nacional y Premio Nacional de Conservación de Monumentos, figura entre los más destacados de la nación. Hoy entra a ese coliseo desde el hijo del campesino hasta el del intelectual, pues no se parcelan clases o colores como en tiempos de la neocolonia.

Gracias, primero que todo, a su patrimonio material del Centro Histórico Urbano, pero también, cómo no, a la preservación de dicho tesoro, su vigilia permanente y el interés de las autoridades culturales y gubernamentales por mantenerlo para la posteridad, somos Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los desgobiernos de turno de la era pseudorrepublicana, con puntuales y decorosas excepciones que la historia también reconoce, únicamente les interesaba el fuego fatuo, el evento fastuoso para atraer recaudaciones y cosas semejantes. Solo el proceso revolucionario pudo consolidar aquí una obra gigantesca en el sector, y legitimar la función social de la Cultura.

 

PERLA CUIDADA POR GALENOS

“La primera ley que dictó el gobierno revolucionario en relación con el sector de la Salud fue la creación del servicio médico rural. A partir de 1960 comenzaron a nacionalizarse las instalaciones sanitarias privadas, y se implementaron campañas de vacunación y saneamiento. En Cienfuegos ocurrió la I Jornada de Medicina Interna y otros cursos nacionales de diversas materias”, resalta el Dr. Pedro Hernández Sánchez, actualmente profesor de la Facultad de Ciencias Médicas.

En los periódicos de esos años, aparece registrada el 12 de marzo de 1965, la apertura del Hospital Pediátrico Paquito González Cueto, de Cienfuegos, el cual comenzó a prestar servicios a la población con sólo nueve médicos, de ellos dos eran especialistas, además de 7 enfermeras. “Después, en el ’65 inauguramos aquí los dos primeros policlínicos integrales (conocido como el Sanatorio y el del Área I); éstos vinculaban la parte curativa con la preventiva”, aclaró a este equipo, el Prof. Dr. Oswaldo Sánchez Sarasa, graduado en 1952 y dirigente del sector.

Mientras, en la década de los 70, la prioridad recayó en el Programa Materno Infantil (PAMI) y la creación de policlínicos comunitarios. La fundación, a principios de 1979, del Hospital General Dr. Gustavo Aldereguía Lima (GAL) significó un impulso al avance de la rama. Según estadísticas de esta etapa sólo existían en ese centro unos 92 médicos y un reducido grupo de enfermeras (en la actualidad hay más de 500 galenos).

Con la incorporación de dicha entidad hospitalaria, un grupo de servicios especializados empezaron a funcionar por vez primera en la Perla del Sur. También se constataron resultados en la disminución de las mortalidades infantil y materna, por infartos…, y en el tratamiento a patologías prevenibles. La introducción de tecnología también ayudó a los avances de la Salud, sobre todo después de la decisión de realizar planes inversionistas en el sector.

El seguimiento acá de la iniciativa latinoamericana CARMEN, Conjunto de Acciones para la Reducción Multifactorial de enfermedades no trasmisibles, única ciudad de Cuba en desarrollarla, asegura mejor calidad de vida a los cienfuegueros.

Sin embargo, los mayores lauros del sistema sanitario cubano y de Cienfuegos vienen a concretarse durante los años 80, donde un grupo importante de técnicos y profesionales perfeccionan su formación y se desarrollan las especialidades. Surge el plan del médico y el enfermero de la familia, estrategia que aún persiste.

“Inicialmente, en el territorio habían más de 500 consultorios médicos. A través del trabajo preventivo de éstos pudimos erradicar enfermedades prevenibles y lanzar campañas en beneficio de la comunidad”, dice a la prensa, el Dr. Carlos Castro Cabanes, director provincial del sector en el territorio.

“Período que resalta por el florecimiento de la ciencia, esencialmente con la creación de centros de investigación-producción-servicios de Salud. En el propio 1981 abrimos la Facultad de Ciencias Médicas de la provincia e iniciamos la formación de nuestros propios profesionales, aunque ya con la apertura del Hospital recibimos a los primeros residentes”, declaró el Dr. Alfredo Espinosa, destacado galeno y profesor titular.

Aun cuando los siguientes años tuvieron un matiz de grandes crisis, ninguna entidad sanitaria de Cuba cerró sus puertas durante el Período Especial. La reducción de los presupuestos provocó deficiencias; no obstante, el esfuerzo de los médicos cubanos estuvo al frente de la batalla por mantener los indicadores antes alcanzados.

Las llamadas listas de esperas quirúrgicas por la carencia de insumos e instrumental médico, exigieron de los galenos una mayor entrega; la mayoría de éstos redoblaron sus turnos y cooperaron para atenuar la situación. El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a la Isla recrudeció aún más la crisis que Cuba vivió después del derrumbe del campo socialista. A pesar de tales vivencias, el Sistema de Salud cubano permaneció entre los de más resultados de América Latina.

En la actualidad, las 30 salas del GAL son objeto de reparaciones. Además, esa institución cuenta con varios centros de referencia a nivel nacional, entre ellos, el Centro de Oftalmología, el cual recibió a más de 100 mil pacientes latinoamericanos para ser tratados durante el 2007.

También se dio por concluida la construcción del tercer Centro de Diagnóstico fuera de la capital del país, en el hospital sureño, dentro de la especialidad de Imagenología, el cual incluye un tomógrafo de 64 cortes y equipos de última generación.

Existen en la provincia más de 15 salas de rehabilitación. Las mismas prestan servicios en las diferentes instalaciones: fisiatría, consejería diabética, podología, y medicina natural y tradicional. Mientras, el tratamiento a los infantes se perfecciona a partir de la introducción de tecnología de punta e iniciativas. Un ejemplo lo constituye el Centro de Restauración Neurológica Pediátrica de Aguada de Pasajeros, que vino a completar la lista de nuevas prestaciones que hoy el sector destina a los niños. Creada en agosto de 2003, la instalación disfruta de gran prestigio en la actualidad, así como del reconocimiento de los cienfuegueros. Especialidades como Ortopedia, Hematología y de quemados, tienen trascendencia en el plano investigativo.

Cienfuegos es una de las provincias que acoge a estudiantes latinoamericanos de Medicina, incluso alojándolos en sus casas.

En Cuba, a principios de este siglo, el reordenamiento de la Atención Primaria tuvo concreción, pues esa alternativa garantiza la asistencia a los pobladores de la ciudad y las zonas rurales. En la provincia existen más de 140 consultorios con médicos permanentes, quienes realizan consultas indistintamente.

Hasta la fecha, los índices de mortalidad están por debajo de 6 por cada mil nacidos vivos y sólo el 5,4 por ciento de nuestros niños nace con bajo peso. También se prioriza la atención al paciente grave, de ahí que en la mayoría de los policlínicos exista equipa-miento de primera clase para emergencias. Sin embargo, las insatisfacciones aún subsisten, y deben convertirse en verdaderos retos para los próximos años.

 

TODOS EN LA ESCUELA, SIN EXCEPCIÓN

Cienfuegos constituía, antes de 1959, una región de la provincia de Las Villas, por lo que en el territorio existían muy pocas escuelas primarias, apenas dos dedicadas a la Primaria Superior -una situada en Cruces y otra en el municipio cabecera- y el Instituto de Segunda Enseñanza como preuniversitario.

Esta situación experimentó un giro crucial a partir de enero de 1959. Casi 5 mil 800 cienfuegueros se sumaron a la Campaña de Alfabetización, volcados en la instrucción de más de 8 mil cubanos.

Entre las primeras medidas estuvo la apertura en la región de centros escolares para asumir a aquellos segmentos del pueblo, desfavorecidos por los anteriores regímenes. En los años iniciales del proceso abrieron sus puertas más de 400 escuelas primarias, cifra que permaneció en continuo ascenso, pues en 1970 la matrícula en esa enseñanza casi alcanzó los 56 mil estudiantes, ubicados en 655 instituciones.

En 1961 aparecen los círculos infantiles, con la intención de propiciar la incorporación de las mujeres al trabajo. En estos momentos, 6 mil 500 infantes gozan de una atención especializada en las 41 instalaciones de este tipo en Cienfuegos.

La Enseñanza Técnica también experimentó pasos de avance, materializados en la inauguración del Instituto Politécnico 5 de Septiembre en 1963, que hoy se remodela para responder a la creciente necesidad de fuerza de trabajo calificada que demanda el desarrollo del Polo Petroquímico de la ciudad.

Antes del triunfo revolucionario, la educación de adultos se reducía a un pequeño número de escuelas nocturnas en todo el país, ubicadas fundamentalmente en las capitales de provincia. Sin embargo, para 1974, la Perla del Sur contaba con más de 7 mil alumnos en las aulas de esa enseñanza.

La mayoría de estas trasformaciones educacionales se consolidaron en la década de los años 70. Entre 1972 y 1973 se construyeron en Cienfuegos las escuelas de nuevo tipo en el campo, con el fin de garantizar la continuidad de estudios de todos aquellos beneficiados con las primeras medidas revolucionarias. Los servicios de internado y seminternado comenzaron a ofrecerse en el curso 1974-1975. En estos momentos, entre ambas modalidades, acogen a más de 45 mil estudiantes cienfuegueros. A partir de la fundación de ocho institutos politécnicos en 1976, sus aulas aportaron al desarrollo de las diferentes ramas de la economía en la provincia más de 57 mil técnicos medio y obreros calificados.

También en estos años vieron la luz, centros para la formación de docentes. Si a inicios del primer lustro de la década de los 70, solo 136 estudiantes se preparaban para ejercer el magisterio, cinco años después llegaban a mil 200.

En 1973 se creó la Escuela de Formación de Maestros Primarios, que graduó a más de 10 mil profesionales del ramo hasta 1993, y significó el embrión de lo que sería el Instituto Superior Pedagógico Conrado Benítez.

Con vistas a asegurar el adiestramiento del personal necesario para impulsar el desarrollo industrial de la provincia, nació en 1979 el Instituto Superior Técnico de Cienfuegos. En 1988 le fue conferida la categoría de Universidad y se ampliaron las carreras que allí se estudiaban a otros perfiles. Ahora cuenta con cuatro facultades: Humanidades, Informática, Ciencias Económicas y Empresariales, y Mecánica.

Avances similares ocurrieron en las enseñanzas Secundaria, Preuniversitaria y Especial. Hoy existen en el territorio 34 centros de estudios secundarios, con una matrícula de más de 14 mil alumnos, 18 preuniversitarios y 19 instituciones que acogen a casi mil 300 niños con necesidades educativas especiales.

La zona montañosa del Macizo de Guamuhaya ha recibido todos los beneficios de la Revolución desde los primeros años. En la actualidad posee una amplia red de centros educacionales, equipados con televisores, vídeos, computadoras y antenas sate-litales. Más de 28 de estas escuelas enclavadas en la serranía cienfueguera no sobrepasan los diez estudiantes.

Aunque la Revolución ha intentado llevar “con la letra, la luz de la verdad” a cada habitante de esta Isla, el sistema educacional cubano permanece en perpetua evolución.

A partir de 1990 comenzó a implementarse el programa Educa a tu hijo, para atender a las familias de los infantes que no acuden a los círculos infantiles por diversas causas.

Dentro del amplio programa de la Batalla de Ideas, se producen cambios con el objetivo de perfeccionar cada vez más el aprendizaje en el país y elevar mediante ella la calidad de vida del pueblo de Cuba.

El Programa Educacional para la Agroindustria Azucarera (más conocido como Tarea Álvaro Reynoso), la Tarea Confianza (pensada para los reclusos) y el Curso de Superación Integral para Jóvenes, funcionan en estos momentos y, luego de la universalización de la Educación Superior, las casas de altos estudios se masificaron, como soñara Julio Antonio Mella, y hoy están en los municipios.

Después de 50 años de Revolución, en Cuba queda demostrado lo que dijera Fidel Castro Ruz en su discurso del 26 de julio de 1984: “No ha habido solo un desarrollo industrial, ha habido parejamente un desarrollo social (…) En nuestra concepción socialista, se le presta especial atención al hombre y al desarrollo social, puesto que la economía existe y se desarrolla no para enriquecer empresas privadas, sino para beneficio del pueblo y de todos los trabajadores del país”.

 

UNA REVOLUCIÓN DEPORTIVA EN EL CENTRO SUR DE CUBA

En fecha tan cercana como octubre de 1961 se constituye en Cienfuegos la Comisión Regional del INDER. Este hecho deviene génesis de un amplio movimiento deportivo provincial que, a lo largo de los 50 años de Revolución, logró consolidarse y ganar en arraigo y masividad.

Cienfuegos conservó su añeja tradición de los deportes acuáticos, en los que mantuvo muy buenos resultados, pero también se destacó por su desempeño en otras disciplinas en el último medio siglo.

Una de las más grandes hazañas del deporte en Cuba lleva el nombre del “Cerro Pelado”. Precisamente, en la histórica Delegación de la Dignidad a los X Juegos Centroamericanos y del Caribe en Puerto Rico se enrolaron siete sureños, quienes obtuvieron para el deporte revolucionario en la provincia, las primeras cuatro medallas de oro.

A 1968 se remonta la primera participación de un atleta cienfueguero en Olimpiadas. Fue el entonces levantador de pesas Juan Curbelo Molina quien estrenó la presencia sureña en los XIX Juegos Olímpicos de Ciudad México. Otros continuarían este legado, entre ellos el velocista Silvio Leonard, subcampeón de los 100 metros planos en Moscú ’80.

Históricamente ha sido el remo la disciplina de mayor arraigo y resultado para Cienfuegos. En más de una ocasión, la ciudad devino sede de torneos de este deporte, como fue el caso de los Juegos de la Amistad de Remo en la década del 70 y los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en nuestro país en 1982. También la bahía cienfueguera acogió un año después el V Campeonato Panamericano de Canotaje.

Entre estos y otros eventos posteriores, de carácter nacional e internacional, el remo en la provincia cuenta con actuaciones relevantes en todos estos años de Revolución, constancia y resultados que ninguna disciplina ha podido superar.

También por los 80, las féminas sureñas hicieron historia en el deporte revolucionario. Entre ellas destaca María Elena Sarría, quien se convirtió en la primera mujer de América en impulsar la bala a 20 metros de distancia.

La esgrima constituye otra fuente de lauros para el movimiento deportivo en la Perla del Sur. Sólo hasta el año 2000, esta disciplina aportó 15 medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe, 12 más en Panamericanos y, a los pechos de Carlos Pedroso y Nelson Loyola, dos metales bronceados en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Entre las individualidades destaca el velocista Norberto Téllez, quien obtuvo la medalla de plata en relevo de 4×100 m. en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92. Este mismo atleta se coronó doblemente medallista de oro en los Panamericanos de Mar del Plata, en Argentina, tres años después.

Para hablar del boxeo en Cienfuegos, en los últimos 50 años, hay que referirse a Julio González Valladares. Este atleta se tituló ocho veces campeón de los 60 kg. en eventos internacionales, convirtiéndose en el púgil con más logros de nuestra provincia. Tampoco puede faltar otro más reciente, Lorenzo Aragón, ganador en el XI Campeonato Senior del Mundo de Boxeo Amateur en Irlanda y subcampeón olímpico en Atenas 2004, entre otros resultados.

En cuanto al deporte nacional, el inicio de las series se remite en nuestro país a la década del 60. Cienfuegos no contaba entonces con equipo propio dada la división administrativa y la selección establecida por regiones, pero aun así aportó jugadores de la talla de Aquino Abreu al conjunto de Orientales y también al equipo Cuba.

Las estelares actuaciones de los peloteros sureños aflorarían a partir de entonces, transitando desde el Señor Jonrón, Pedro José Rodríguez, y Antonio Muñoz, hasta los más destacados en la actualidad, como son Adiel Palma, Norberto González y Osvaldo Arias. También cuenta en la lista el pitcher Yosvany Pérez, quien al igual que Palma y Norberto, conformó el elenco subcampeón del I Clásico Mundial de Béisbol.

El período transcurrido entre 2005 y 2008 fue de excelentes resultados para los judocas sureños. Oreidys Despaigne, Anaisys Hernández, Sheila Espinosa y Yanet Bermoy han representado los colores patrios en disímiles eventos internacionales, entre los que destacan Panamericanos, Centroamericanos y las Olimpiadas de Beijing.

Otro logro reciente que merece un aparte es el título en el Campeonato Nacional de Fútbol obtenido por el equipo provincial. Después de mucho batallar, el conjunto sureño recuperó la supremacía perdida desde 1990.

Imposible reseñar, por razones de espacio, otros resultados del movimiento deportivo durante todo este tiempo, sin embargo, vale significar que el tema de las instalaciones constituye aún el talón de Aquiles de la provincia a pesar de los esfuerzos por avanzar en este aspecto.

A lo largo de estos 50 años destacan, entre otros difíciles de enumerar, la construcción del estadio 5 de Septiembre, piscinas olímpicas en Cienfuegos y Cumanayagua, o la recuperación a inicios de los 90, para suerte de los sureños, del legendario Frontón, sede de importantes eventos competitivos.

Sin embargo Cienfuegos no cuenta aún con un tabloncillo para la práctica de disciplinas como el baloncesto o el voli, lo cual resiente los resultados, y si de academias se trata, tampoco tenemos una EIDE de nuevo tipo para las jóvenes generaciones de atletas. La existente, la “Jorge Agostini”, funciona desde 1966 en el inmueble de un antiguo colegio religioso, objeto recientemente de profundas labores de remodelación.

A 50 años del triunfo de la Revolución, el deporte en la provincia tiene muchos aspectos que mejorar, pero sin lugar a dudas, los lauros cosechados durante todo este tiempo son la clara muestra de que la voluntad de los atletas sureños supera cualquier adversidad.

Este texto periodístico sólo recoge meros apuntes de un trabajo, esbozos mínimos de la trayectoria ascendente de medio siglo. Imposible llegar al detalle en materiales de semejante tipo, pues el espacio lo impide. Pero ojalá sirvan estas páginas como referente, pie de apoyo o estímulo a investigadores que se dediquen a escribir, vista en conjunto, la historia social de Cienfuegos a partir de enero de 1959.

De seguro, tendrían un arsenal de municiones para describir los resultados que se abrazan gracias a la Revolución y al esfuerzo de los hombres que creyeron, creen y seguirán creyendo en ella.

Visitas: 281

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *