Bolsonaro pasea por Brasilia para desafiar el aislamiento

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Por segunda fecha consecutiva el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, paseó por Brasilia para desafiar el aislamiento social, principal medida adoptada por el Ministerio Sanitario tras recomendación de la Organización Mundial de la Salud para frenar el virus SARS-CoV-2.

El provocativo recorrido del mandatario ultraderechista causó aglomeraciones en la capital, donde visitó el Hospital de las Fuerzas Armadas y más tarde entró en una droguería.

Cuando ingresó a la farmacia se escucharon a la vez aplausos y ruidos de cacerolas golpeadas por vecinos desde balcones y ventanas que le pedían en alta voz un retorno a casa y respetara la cuarentena.

En pocas palabras a periodistas, el exmilitar solo dijo que apenas ejercía ‘el derecho constitucional de ir y venir libremente’ sin importarle que la Covid-19 cobró hasta el momento cerca de mil muertes en el país.

La víspera, en otro gesto insensato, que da mal ejemplo y pone en peligro la salud de los brasileños, Bolsonaro se detuvo en una panadería de Brasilia.

Videos publicados en redes sociales -incluyendo uno de su hijo, el congresista Eduardo Bolsonaro- muestran que el presidente se abrazó y se tomó fotos con sus seguidores, sin guardar ninguna distancia, en claro desafío al confinamiento social, medida que no comparte.

La escena es la misma que la que protagonizó el pasado 29 de marzo, cuando decidió recorrer la capital brasileña. También entonces se le grabó hablando y fotografiándose con vendedores, algo que generó numerosas críticas.

Notificación penal

Fue entonces cuando varios partidos opositores presentaron ante el Supremo Tribunal Federal (STF) una notificación penal contra el excapitán del Ejército, por convertir su acción política en amenaza para la salud pública, al ignorar deliberadamente la pandemia del coronavirus.

Los partidos de los Trabajadores (PT), Democrático Trabalhista (PDT), Socialismo y Libertad (PSOL), Socialista Brasileño (PSB), Comunista de Brasil (PCdoB) y Red de Sustentabilidad (REDE) acusaron a Bolsonaro de prevaricato, figura del derecho que aplica contra quienes retrasan o dejan de ejercer un acto de oficio para servir al interés personal.

De igual manera de incitar al delito, pues recomienda a sus seguidores no solo que dejen de adoptar medidas para prevenir el contagio, sino también que los alienta a exponer sus propias vidas y la salud de la población.

En su demanda, la oposición pidió al STF que remitiera el caso al fiscal general de la República, Augusto Aras, para que estableciera las medidas oportunas.

‘Las salidas públicas de Jair Bolsonaro en tiempos de pandemia, en clara búsqueda de aglomeración de personas y con la conciencia del daño potencial de sus actos, constituyen crímenes y una amenaza para las personas’, alegan las organizaciones políticas.

Insisten en que, como jefe de Gobierno, el presidente utiliza su posición y poder para tratar de imponer lo que él entiende que es correcto, ‘incluso si está absolutamente desprovisto de pruebas y evidencia científica’. (Con información de Prensa Latina y Actualidad RT)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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