Barrio en la piel de Cienfuegos

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De un lado, dolor, angustia, locura, duda, ansiedad, alegría: estados de ánimo, formulados a través de la técnica pictórica de las manchas. Del otro, la calma en diminutas marinas y campiñas. Con ellos un creador enfrenta la naturaleza humana a la naturaleza misma.

Ambas perspectivas, bajo el rubro de Piel artificial, penden en paredes paralelas del principal recinto expositivo de Cienfuegos: la Galería Bulevar.

Busco una reacción en el espectador, al ver las miradas de mis personajes enfrentadas a paisajes serenos, a pequeños paraísos”, advierte el artista español Enrique Barrio, quien inaugura con esta muestra su presencia en espacios expositivos cubanos.

Es el contrapunto de mis personajes, que son seres ansiosos, que han tenido una vida difícil y que lo expresan en sus rostros. Pero ellos son totalmente inventados; algunos están compuestos a través de retratos que he hecho a amigos, y otros de gente que no conozco, que he visto en la calle, las redes, revistas, programas de TV, y yo me compongo mis personajes.

Pero entre todos, hay un retrato que sí es el de mi hermano Santiago, que era vidriero, y fue quien me inició a mí en el oficio y me enseñó el mundo del arte y de la pintura”.

Procedente de Burgos, este creador es el menor de los integrantes de la empresa familiar Hermanos Barrio, fundada en 1975, a cargo de la reciente restitución de los 15 vitrales de la catedral Nuestra Señora de la Purísima Concepción, y que instruyera en este ancestral oficio a varios jóvenes restauradores cienfuegueros.

Su renombre durante 44 años, se debe a la rehabilitación de vidrieras de las catedrales de Burgos, Astorga y Menorca, entre otras encomiendas que le afaman en Europa.

Esa es la historia reciente que le une a Cuba y Cienfuegos, a la que trae por vez primera sus pinturas.

Regularmente expongo en mi país, tanto individualmente y en colectivos a los que pertenezco, con intercambios en otras ciudades. La invitación acá fue tomando forma y comprometiéndose a través de personalidades e instituciones, hasta que finalmente —aunque a mí me daba mucho reparo venir a Cuba y a una ciudad donde el nivel artístico y creativo es tan alto—, tomé la decisión y aquí estoy”.

Auspiciada por el Consejo Provincial de las Artes Plásticas, la dirección provincial de Cultura y la Oficina del Conservador de la Ciudad, la exposición recopila sus creaciones en los últimos años: pequeños paisajes que rememoran el disfrute de la tranquilidad de la naturaleza, que intencionalmente son mostradas de frente a inquietantes fisonomías.

Los pintores somos muy observadores, y siempre me estoy inventando las historias de las personas que no conozco, y me encanta indagar en la apariencia de las personas, y me trato de imaginar su mundo. Eso me quedo con su memoria retenida”.

Inquietantes fisonomías que traslucen sorpresa, dolor, angustia, duda, ansiedad..., son intencionalmente mostradas de frente a pequeños paisajes que rememoran el disfrute de la tranquilidad de la naturaleza. /Foto: Ismary
Inquietantes fisonomías que traslucen sorpresa, dolor, angustia, duda, ansiedad…, son intencionalmente mostradas de frente a pequeños paisajes que rememoran el disfrute de la tranquilidad de la naturaleza. /Foto: Ismary

¿Cuánto del vidriero, de la mirada experta que requiere ese oficio, y de la experiencia de haber restaurado vitrales con rostros de siglos de existencia, hay detrás de estas creaciones?

Mucho. He de confesar que eso tiene que ver con que me encuentro en un terreno muy cómodo. Por mi trabajo he tenido que representar apóstoles, imágenes de vírgenes, episodios de la historia sagrada, y eso forma parte de mi vida desde niño al trabajar en un taller de vidrieras donde se crea y también se restaura y se crea; y por eso lo domino y lo practico”.

Como es de suponer, representar la naturaleza humana, es lo que Enrique Barrio prefiere…

Me encantan las personas, la variedad de rostros y culturas de este mundo, y cómo los problemas que arrastra esta humanidad impactan en esos rostros, dejando huellas, no solo en lo que los recubre, sino en las marcas de la vida en las expresiones de las miradas, en las cicatrices en sus semblantes.

Entonces, me encanta otear al ser humano, analizarle y tratar de representarle con todo lo que le envuelve”.

Más allá de esa epidermis que lo ciñe —hasta el 7 de julio próximo—, nos muestra ahora los cienfuegueros el vidriero Enrique Barrio, su otra piel.

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