Seamos un tilín mejores… (Video)

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El grupo de Facebook Venezia Pulita muestra fotos de canales con aguas transparentes; exponen que el alcalde expresó que con menos tráfico humano, a raíz del coronavirus, los sedimentos están en el fondo. El corregidor agregó, además, que el aire está menos contaminado.

El terrible azote de las enfermedades ha marcado el devenir del mundo. Sin dudas las epidemias, más allá del problema de salud pública y de las innumerables muertes, han cambiado nuestra forma de pensar e interactuar con el orbe y modificado el orden político social en algunas ocasiones; en fin han transformado el curso de la historia.

Transcurridos 20 años del siglo XXI, la comunidad científica internacional corrobora el augurio de Fidel Castro Ruz, cuando en la Cumbre de la Tierra de 1992 resaltó que la especie humana estaba en extinción. En aquel momento recién estremecidas las fuerzas izquierdistas con el derrumbe del socialismo europeo, su vaticinio era joven aún.

? Discurso de Fidel Castro en Conferencia ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 1992

Hoy son evidentes las predicciones del sabio en la ocurrencia de maremotos, los eventos El Niño y La Niña, temperaturas extremas con frecuentes rompimientos de récords históricos, la deforestación, el efecto invernadero, entre otros factores, y las contaminaciones intoxican el ambiente.

Tales problemas han hecho evidente la contradicción del paradigma científico de modernidad y posmodernidad, pues alternativas de sustentabilidad sitúan un asunto en la palestra: la vulnerabildad ecológica es la del sujeto, la del hombre que al actuar sobre la naturaleza la aparta.

Como dijera Graziella Pogolotti: “La cultura pacientemente construida a través de milenios, es la ecología propia de la especie, su destrucción significa la primera señal de nuestra extinción…”

Allá por 1854, el cacique de Seattle (actual Washington) respondió al pedido del presidente norteamericano Franklin Pierce, al querer comprarle sus tierras:

“¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña…Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?”

Más adelante señala que “todas las cosas están ligadas como la sangre que une a una familia. El sufrimiento de la Tierra se convertirá en sufrimiento para los hijos de la Tierra. El hombre no ha tejido la red que es la vida, solo es un hilo más de la trama. Lo que hace con la trama se lo está haciendo a sí mismo”.

La carta del “piel roja” al “piel blanca” es un clamor por la madre Tierra, esa que hoy nos pide ser un tilín mejores y un poco menos egoístas.

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