Por siempre alfabetizador

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Con sus 80 años a cuesta, Nelson Ayo Li no pierde la emoción ni el brillo de sus ojos al recordar el año 1961.

“Por estos días cuando veo las imágenes de la televisión me digo: yo estuve ahí, soy uno de los cien mil  jóvenes que ese 22 de diciembre marcharon por la Plaza y exclamamos ¡Fidel dinos qué más tenemos que hacer!”

Y es que este bancario y economista atesora, como algo importante en su vida, haber sido parte de la epopeya que todavía es y será la Campaña de Alfabetización  que con letras y números llevó la luz de la verdad a miles de cubanos.

REMEMBRANZAS

“En mayo de 1961, fui de Cienfuegos a Varadero como parte del segundo contingente de alfabetizadores. Luego de la semana reglamentaria, retorné y fui ubicado, junto a un grupo de compañeros, en el territorio de Abreus”, me dice.

Nada pudo impedir que Ayo Li se mantuviera firme hasta el final de la campaña, ni siquiera aquel atentado, perpetrado por una banda contrarrevolucionaria.

“La noche que llegamos al batey donde nos ubicaron, en el cual había una romana de pesar caña y personas muy pobres, decidimos acostarnos. Resultó que las sogas de las hamacas eran muy cortas y tuvimos que desplegarlas en el piso para poder descansar. Poco después se produjo el tiroteo y nos salvó ese hecho fortuito de tener que dormir en el suelo”, rememora.

Peina canas y tiene 80 años; sin embargo, Nelson Ayo Li se ve a sí mismo  estudiante de la Escuela profesional de Comercio, trabajador bancario por 42 años; profesor del Instituto de Economía de su Cruces natal; estudiante universitario y economista, mas siempre Alfabetizador.

Y yo pienso, entonces, en María, aquella señora humilde quien unos años después no dudó en reconocerlo como el  joven que enseñó las primeras letras a ella y la familia.

El estuvo allí, junto a Fidel, el 22 de diciembre de 1961, 60 años después se emociona y enorgullece.

A no dudarlo, Nelson Ayo Li será por siempre alfabetizador.

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