Nacida para escribir y trascender

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Pelusín del monte, El cochero azul, El valle de la pájara pinta… hermosas historias protagonizadas por personajes entrañables han ensanchado el espíritu infantil de varias generaciones. Brotaron de la imaginación y el talento de una de las más célebres escritoras de este país: Dora Alonso, considerada, además, la autora cubana para niños más traducida y publicada en el extranjero.

Narradora, dramaturga, poeta y periodista, nació en diciembre de 1910, en Recreo, pequeño poblado de Matanzas llamado luego Máximo Gómez, bajo el nombre de Doralina de la Caridad Alonso y Pérez- Corcho. Hija de un emigrante español y de una campesina criolla, el ambiente rural donde se crio marcó su vida e imprimió la savia de un discurso literario signado por la sencillez, el manejo de las emociones, y donde encontró cabida el universo guajiro cubano.

La destacada cultora de las letras dio muestras de un ingenio desbordante desde muy temprana edad. Con solo nueve años obtuvo el primer premio del concurso literario provincial Estela Brochs de la Torriente, publicó en 1926 su poema novel Amor, en el diario El Mundo y poco más tarde inició una fecunda labor periodística al trabajar como corresponsal de Prensa Libre, de la ciudad de Cárdenas.

“Desde niña pensé que podía, que quería, que iba a ser escritora. Era muy precoz y sumamente receptiva. Inventaba mil imaginerías, soñaba por horas y horas. Refugiada bajo la sombra de un árbol, envuelta en una naturaleza casi virginal, cuyos ruidos conforman mi gusto y mi pensamiento. Por eso, fui escritora antes de saber escribir”, confesó en cierta oportunidad.

Pero la creatividad de esta mujer no se circunscribió a la letra impresa. También tuvo un prolífico andar por la radio y la televisión, con la elaboración de diversos programas. Guiones suyos han prestigiado los espacios de radio y telenovelas: Sol de batey y Tierra brava (adaptación para la pequeña pantalla de la radionovela Media Luna) son de las mejor recordadas y agradecidas por el público de la Isla.

Menos conocido, pero igual de distinguido, fue el paseo de Dora Alonso por los valles del periodismo y su lucha por la justicia social. Su participación como corresponsal de guerra para la revista Bohemia durante los sucesos de Girón y la Crisis de Octubre constituyen ejemplos de su arrojo y pasión por divulgar la realidad de los acontecimientos históricos de Cuba.

No pocos galardones recibió la insigne narradora a lo largo de su vida. Entre ellos figuran el Premio Nacional de Novela (1944), dos premios Casa de las Américas (1961 y 1980), Premio Mundial de Literatura Infantil José Martí (1997), junto a otros de similar relevancia.

Gracias a su descollante labor y aporte a las letras cubanas, mereció el Premio Nacional de Literatura en 1988. La destacada autora falleció en La Habana, el 21 de marzo de 2001. Su legado trasciende el ámbito de las letras y deviene espejo para quienes buscan reflejar la cubanía tanto en la ficción como en la veracidad de un periodismo digno.

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Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

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