Memorias del balompié cubano, para que no me olvides…

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Un 30 de noviembre, pero de 1980, la selección cubana de fútbol venció con marcador de tres goles por cero a Guyana. El encuentro aconteció en Linden, cuando se disputaban las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo de España 1982. Dos cienfuegueros perforaron la portería rival: Andrés Roldán Cordero y Roberto Espinosa Cabriales. También anotó el capitalino Luis Hernández Cabrera. El elenco antillano de entonces representaba un dolor de cabeza para los adversarios del área geográfica, pese a estar conformado por jugadores que solo militaban en la liga nacional.

Según los datos aportados por el historiador Alfonso Moncada Cortés, Cuba había derrotado el 17 de agosto 3-0 a Surinam en La Habana, luego terminaron sin goles el 7 de septiembre en Paramaribo y más adelante triunfaron 1-0 ante Guyana el 9 de noviembre como locales. Cerraron como líderes de grupo A en la zona del Caribe, integrada además por Granada, Trinidad y Tobago, Haití y Antillas Holandesas. Cuba y Haití clasificaron al premundial hexagonal de Honduras 1981; sin embargo, no lograron el pase a la máxima cita.

El húngaro Tibor Ivanics llevaba las riendas del equipo desde 1978. Transcurría su segundo período de contrato como director técnico en el país, antes cumplió la función entre 1971 y 1975. La selección contaba con grandes futbolistas como el portero José Francisco Reinoso, los defensores Armando Povea, Luis Sánchez, Carlos Loredo y Luis Dreke. Generalmente, el centro de la cancha lo ocupaban Regino Delgado, Roberto Pereira y el cienfueguero Dagoberto Lara. Por delante jugaban Ramón Núñez y Luis Hernández, junto al mencionado Andrés Roldán. Cuenta Moncada Cortés que el entrenador extranjero no era muy abierto a grandes cambios dentro de ese once.

Las décadas de 1970 y 1980 fueron sumamente prolíficas para el balompié cubano. La selección obtuvo cuatro títulos en Juegos Centroamericanos (1970, 1974, 1978 y 1986), además de una plata y dos bronces en los Juegos Panamericanos de 1979, 1971 y 1991 respectivamente. Los representantes de la isla caribeña participaron como invitados en las olimpiadas de Montreal 1976 y México 1980, en esta última avanzaron hasta la fase de cuartos de final. En ocasiones se realizaron topes amistosos con clubes profesionales como Spartak Kralove, de Checoslovaquia, Chicago Sting (EE.UU.) y el Boca Juniors de Argentina.

Habitualmente, los cubanos impresionaban por sus habilidades; incluso recibían propuestas de contrato en el exterior, pero era imposible concretarlos debido a las restricciones de la época. Nuestro fútbol brilló en una época donde el béisbol, establecido como deporte nacional, acaparaba muchas veces la atención de aficionados, medios de prensa, y otras entidades.

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