Juan Ramón, inspector popular de transporte que ama su labor

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A Juan Ramón Cepero, inspector popular de transporte, más conocidos  popularmente como “amarillos”, por el color del uniforme, lo vemos en el punto de parada de equipos estatales  ubicado a la entrada de la ciudad de Cienfuegos.

Este hombre, de  65 años de edad  y 32 en el desempeño de esas funciones, confiesa el amor por su quehacer y siente orgullo por el trabajo en el que acumula una vasta experiencia y el que le ofrece la posibilidad de ayudar a las personas necesitadas de viajar.

Todos los choferes lo ayudan deteniendo los equipos automotores, incluso los de carros particulares. Ellos comprenden la valía de su gesto solidario debido a la difícil situación del país por la falta de combustible, provocado por el inhumano bloqueo del gobierno estadounidense.

Los viajeros aprecian a este inspector por la forma de actuar con ellos.  A Juan Ramón lo distingue el buen trato y al mismo tiempo la exigencia, pues anota el número de la chapa de los vehículos cuyos choferes no paran. A esa acción suma en reporte para la posterior adopción de medidas.

“Me gusta ayudar a las personas, todo esto se debe al problema que hay de transporte en el país”, refiere el “amarillo” quien hace diez años labora en el mismo punto de embarque, con experiencia previa en el de Cuatro Caminos.

Juan Ramón aspira a que su puesto de trabajo “siga así como está, a ver si salimos adelante con esta situación difícil”.

¿Hay conciencia de los choferes para detenerse al pasar por los puntos de embarque?

“Sí, sí hay bastante conciencia aquí en Cienfuegos”.

¿Y los carros particulares?

“También, algunos sí paran por conciencia”.

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