Esther, la de Equifa

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 33 segundos

“Mira, yo entré aquí como auxiliar general. Trabajé en el comedor cuando pertenecía a la empresa. No ahora que pertenece a otra empresa. Y de ahí me movieron para trabajar directo a la producción de lo que era Fertilizantes en aquellos momentos”.

Esther del Monte Soriano es operadora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Producciones Químicas, en la Empresa Química, de Cienfuegos, (Equifa). Mostró cierto temor ante la posibilidad de ser entrevistada, pero la palabra brotó con gran locuacidad.

“Al parar la fábrica, en los años noventa, vine para este edificio administrativo como auxiliar general; estuve aquí trabajando unos cuantos años y pasé a ser pañolera en el taller de maquinado hasta que los separaron y lo hicieron una UEB de Servi Química  y yo pasé para reactivos químicos cuando se hacían producciones para laboratorios de alta investigación. Estuvimos mucho tiempo reenvasando medicamentos. También tuvimos que producir para el país completo y distribuirlo. Y cuando esa tarea finalizó pasamos a producciones químicas, lo que es la colonia, la jabolina, el cloro, betún y distintas producciones. Hasta velas. Distintas producciones que hasta ahora hemos mantenido y hemos sacado adelante”.

En tanto tiempo, ¿por qué preferiste quedarte aquí y no salir a buscar trabajo en otra empresa de Cienfuegos?

“Me gusta mi empresa desde que entré, pese a los cambios que han habido. Yo estudié; me hice técnico medio en Informática gracias a esta empresa que me dio la posibilidad de estudiar en el Politécnico Cinco de septiembre. Y me gusta trabajar aquí. Me gusta mi colectivo de trabajo. Me gusta sentirme útil en esta empresa, como siempre me he sentido. Fui jefa de brigada, he pasado por distinto mandatos a los cuales me he subordinado y me ha gustado estar en esta empresa. Yo pienso que aquí me retiro”.

Foto: de la autora

Un día normal de trabajo, ¿cómo comienza para Esther desde la casa y hasta que se va de la industria?

“¡Ay! (Sonríe) ¡Un día de trabajo! Bien. Empieza bien porque solamente con pensar que vengo para acá a compartir con mis compañeros de trabajo…; es que es más el tiempo que pasamos aquí que el que estamos en la casa. Los problemas de la casa se quedan y arranco para acá. Al llegar aquí para cualquier problema pueden contar conmigo. Doy ideas, busco la forma más fácil para ayudar a mis compañeros y que el trabajo salga como tiene que salir, todo en orden; todo con calidad, porque por eso trabajamos, por la calidad de los productos con los que salimos al mercado. Por eso me he mantenido tanto tiempo en esta empresa”.

Y cuando has visto llegar a otros jóvenes, ¿te has acercado para aconsejarlos? ¿Cómo ha sido ese proceso?

“Han llegado, se han acercado a mí, me han preguntado ¿Cómo es esto? ¿Cómo se trabaja aquí? Dime ¿Qué hay que hacer? Y yo los he enseñado, porque aquí no se trata de trabajar sino saber cómo trabajar porque a nosotros nos han educado  —por lo menos en mi tiempo— nos educaron y nos dieron una forma de trabajo que, hoy por hoy, como la juventud viene no la adquiere. Y, entonces, yo me acerco a ellos o ellos se acercan a preguntarme ¿Cómo se hace el producto? ¿Cómo se reenvasa esto? Y entonces yo le doy la explicación”.

Tú eres de esa generación intermedia que ha visto cómo ha transitado la empresa por varios procesos y, en sentido general, ustedes muestran un gran sentido pertenencia. ¿Es así?

“Así mismo es. Es mi vida por los años que llevo porque somos como una familia, tanto los dirigentes como trabajadores. Yo he tenido mis problemas; me he acercado a mis dirigentes y ellos me han entendido. Por  eso es seguiré hasta mi retiro en esta empresa”.

Cuando salen las nuevas producciones como las de los últimos años, bien aceptadas por la población y, por ejemplo, escuchas: ¡qué buena está la lejía! ¡qué bueno está el lavavajillas! ¿Cómo te sientes?

“Me siento orgullosa y digo, esos productos pasaron por mis manos. El orgullo es muy grande, mi niña”.

Y salió apurada. Ese día había limpieza general en varias áreas y Esther tenía que apoyar en todo. Es natural del barrio costero de O´Bourke y no rebasa los 50 años.

En Equifa, muchas de las máquinas se operan casi manualmente. Pero los trabajadores están dispuestos a mantener las más de doce líneas de producción porque, además del salario, “el compromiso es con mi pueblo”.

Foto: de la autora

Visitas: 3

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *