Equipo Cuba a la Copa América de béisbol: pasión y polémica
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En esta Isla ninguna selección pasa inadvertida: cada nombre despierta pasiones, expectativas y, también, inevitables desacuerdos. Se ha reavivado ese debate eterno entre la razón y el corazón.
Como en toda convocatoria, hay nombres que provocan aplausos y otros que generan ceños fruncidos, aunque cada elegido posee méritos para vestir las cuatro letras.
Según trascendió, el cuerpo técnico, encabezado por Germán Mesa, se apoyó en indicadores estadísticos —descriptivos y predictivos—, en rendimientos ante lanzadores de más de 90 millas, en la efectividad táctica y en la capacidad de adaptación a otros sistemas de juego.
En otras palabras, la selección miró más allá de la Serie Nacional —un torneo noble, aunque irregular en su calidad— para apostar por jugadores con oficio internacional, herramientas sólidas y respuesta ante pitcheos de alto nivel.
Así se explica la presencia de varios atletas con experiencia en ligas foráneas y de lanzadores versátiles capaces de asumir distintos roles dentro del staff, aunque llama la atención la ausencia de algunos nombres con historial brillante y en buen momento competitivo.
Siempre habrá detalles que alimenten la polémica. La convocatoria de cuatro torpederos ha generado comentarios, aunque es sabido que quien domina esa exigente posición puede desempeñarse con solvencia en otras.
También resulta llamativo que los Leñadores tuneros, bicampeones nacionales, no aporten jugadores a esta nómina, si bien Roberto Sulivan Baldoquín quedó fuera por lesión.
Los aficionados lamentan igualmente las ausencias de figuras como el mayabequense Dennis Laza o el holguinero Yasiel González, ambos con probadas herramientas para enfrentar cualquier reto y que se encuentran viviendo buenos momentos ofensivos en la campaña regular.
En cuanto al pitcheo, la composición parece equilibrada: brazos que pueden abrir, relevar o cerrar según las necesidades del partido. Algunos serpentineros habituales no fueron llamados, pero los seleccionados ofrecen una mezcla de juventud, experiencia y recursos para enfrentar ofensivas poderosas.
Cuba integrará el Grupo A, junto a México, Curazao, Nicaragua, República Dominicana y Venezuela. Una llave exigente, donde cada juego será una prueba de carácter más que de nombres. Ahora que ya no existe el cartel de favorito de antaño, los triunfos deberán forjarse en el terreno y no en el papel. Por eso, más allá de las discrepancias —inevitables en un país donde todos se sienten directores—, es momento de cerrar filas en torno a quienes defenderán la bandera. Porque el béisbol, ese idioma común que nos atraviesa desde la infancia, exige unidad. Un equipo Cuba no es una constelación de estrellas, sino un engranaje donde cada pieza cumple su función.
Habrá tiempo para criticar después, si la ocasión lo amerita, pero ahora toca apoyar. Pensar menos en provincias y más en nación. Porque cuando la pelota se eleve en Panamá, no jugarán Matanzas, Holguín ni Las Tunas. Jugará Cuba.
Este lunes a las 11.00, hora local, la Federación Cubana de este deporte dará una conferencia de prensa en el Salón Adolfo Luque del estadio Latinoamericano, para aclarar algunos temas relacionados con la Serie Nacional y el equipo que asistirá a la Copa América.
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