El término infopocalipsis

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El término infopocalipsis (también conocido como infocalypse o “information apocalypse”) fue acuñado para describir una situación donde la omnipresencia de información manipulada —como los deepfakes— genera un entorno en el que las personas dejan de confiar en cualquier tipo de contenido, incluso si es auténtico. Según Aviv Ovadya, creador del término, los deepfakes no solo engañan, sino que distorsionan la percepción de la realidad.

Uno de los primeros expertos en alertar sobre los peligros de la manipulación digital masiva fue Aviv Ovadya, tecnólogo y especialista en ética de la información de Estados Unidos.

Ovadya acuñó el término “infopocalipsis” (infocalypse) alrededor de 2017 para referirse al riesgo de un colapso informativo global provocado por la proliferación de contenidos falsos generados con inteligencia artificial, como los deepfakes. En su visión, no se trata solo de falsificar la realidad, sino de destruir la confianza pública hasta el punto de que la sociedad no pueda distinguir entre lo verdadero y lo falso.

Ha trabajado como Chief Technologist del Center for Social Media Responsibility de la Universidad de Michigan, y ha colaborado con instituciones como Harvard, MIT y el Center for Humane Technology. Su labor se enfoca en proponer soluciones tecnológicas, educativas y regulatorias para evitar que la desinformación erosione los fundamentos democráticos.

En una entrevista con BuzzFeed News, Ovadya advirtió:

“Cuando los videos pueden ser falsificados con facilidad y nadie sabe si creer en lo que ve, estaremos en medio de una infopocalipsis.”

Su voz sigue siendo una referencia clave en los debates sobre inteligencia artificial, ética tecnológica y veracidad digital.

¿Cómo nacen las condiciones de una “infopocalipsis”?

La literatura indica que la exposición constante a información falsa o manipulada no solo engaña a los individuos, sino que también los lleva a un estado de “apatía de la realidad”, donde se desconfía de todo lo que se ve o escucha . En este contexto, incluso los vídeos auténticos pueden ser cuestionados simplemente por la sospecha de que son sintéticos.

¿Cuáles son las consecuencias sociales y mediáticas de una infopocalipsis?

Dentro de las consecuencias sociales y mediáticas, te comento las siguientes:

  1. Desconfianza generalizada
    • El público comienza a cuestionar la veracidad de cualquier contenido audiovisual, debilitando la credibilidad de los medios y autoridades. Este efecto se ha documentado en casos como los deepfakes políticos, donde incluso contenido real resulta menos creíble (ca).
  2. Polarización y confusión
    • La desinformación coordina narrativas inconsistentes que alimentan la polarización, dificultando el debate democrático y la cohesión social .
  3. “Dividendo del mentiroso”
    • Como señalan Chesney y Citron, en un entorno saturado de falsedades, quien miente puede alegar inocencia, argumentando que todo podría ser Deepfake. Esto erosiona tanto la rendición de cuentas como la confianza institucional.

Ante esta amenaza creciente, algunos países han comenzado a legislar contra el uso malintencionado de deepfakes. Por ejemplo, se estudian regulaciones que obliguen a marcar claramente los contenidos generados por IA o a reconocer el derecho de las personas sobre su imagen y voz.

Ante este escenario, es vital actuar en varios frentes:

  • Educación mediática y alfabetización digital
    La enseñanza a nivel social sobre cómo analizar y verificar contenido digital es fundamental para recuperar la confianza, ya que los ciudadanos deben aprender a identificar contenidos manipulados, contrastar fuentes y no difundir información sin verificar.
  • Herramientas de detección y transparencia tecnológica
    Meta, Google y otras plataformas están desarrollando etiquetas y verificadores automáticos que indican cuándo un contenido ha sido manipulado. Las empresas que desarrollan herramientas de generación de contenido deben asumir responsabilidades claras sobre su impacto social.
  • Marco regulatorio y estándares de autenticidad
    Se necesita un marco que limite el uso nocivo de la tecnología sin frenar su potencial creativo. Iniciativas como validar el origen del contenido desde la creación —o su “ADN digital”— pueden prevenir fraudes informativos y fortalecer la confianza.

Ante este escenario, es vital actuar en varios frentes:

  • Alianzas tecnológicas para la detección
    Universidades, gobiernos y tecnológicas deben trabajar en conjunto para mejorar las capacidades de reconocimiento de deepfakes.

El “infopocalipsis” describe una crisis de confianza estructural alimentada por la manipulación de la realidad y la saturación informativa. Más allá del engaño puntual, su mayor impacto reside en el colapso de la certeza colectiva.

Para retomar la confianza en medios e instituciones, es imprescindible:

  • apostar por la educación crítica,
  • implementar tecnología de verificación efectiva,
  • y establecer una regulación sólida que reconozca el valor de la verdad.

Solo así será posible construir un entorno informativo donde lo auténtico recupere credibilidad, y no sea neutralizado por la sospecha de lo falso.

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Lino H. Rodríguez Acosta

Máster en Computación Aplicada, Webmaster del Diario Digital 5 de Septiembre.

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