Cienfuegos: La memoria de Girón en el Primero de Mayo

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Todo Primero de Mayo representa una ocasión para evidenciar el apoyo popular a la Revolución y a su proyecto social.

Las actividades para conmemorarlo, siempre se preparan con suficiente antelación. Así ha sucedido durante más de medio siglo, especialmente en los momentos en que mayores han sido las amenazas contra nuestro país.

Ese era, justamente, el contexto que condicionaba la conmemoración de la efeméride en aquellos días de abril de 1961.

Apenas se inició el mes, la Central de Trabajadores de Cuba, autodefinida ahora como revolucionaria, comenzó a prever todos los detalles concernientes a la gran movilización que se pretendía.

En más de una de esasreuniones de coordinación participó Fidel. Y en otras, que no tenían que ver precisamente con la organización de los festejos por el Día Internacional de los Trabajadores, el líder de la Revolución no perdió la oportunidad para destacar la importancia de esa jornada, como también lo hicieron otros dirigentes.

Las filiales locales del movimiento obrero respondieron al llamado de la Central e hicieron sus propias coordinaciones para garantizar la mayor participación de cienfuegueros en la gran concentración prevista para el Primero de Mayo en la Plaza Cívica de la capital del país, que más tarde cambiaría su nombre por Plaza de la Revolución.

Allí se congregarían trabajadores de las entonces provincias de Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Las Villas. Otro acto multitudinario tendría lugar en Santiago de Cuba, con el aporte de las provincias de Camagüey y Oriente.

La acción propagandística de la CTC, además de apuntar a las tareas de prioridad en ese momento, tanto en la producción como en la defensa, pretendía sumar la mayor cantidad posible de cienfuegueros a las caravanas que la víspera del Primero de Mayo se dirigirían hacia la ciudad de La Habana.

La campaña para motivar la participación del pueblo en esa demostración de apoyo a la Revolución, no se interrumpió ni siquiera en los días de la invasión.

Y después que esta fue derrotada, se hizo aún más intensa y justificada en sus propósitos, porque ya no solo se estaría evidenciando una identificación, sino también festejando una victoria contundente.

Así, el 30 de abril, miles de cienfuegueros desfilaron por las principales calles de la ciudad, se concentraron en el parque José Martí y ratificaron su disposición de incorporarse a las caravanas que en pocas horas saldrían hacia la capital. Y allí, en la Plaza Cívica, junto a Fidel, muchos de nuestros coterráneos llevaron con su participación un mensaje de lealtad y firmeza desde esta parte del suelo cubano y contribuyeron a la lucidez de un acontecimiento que todavía se recuerda como uno de los más multitudinarios y combativos de los realizados por la efeméride.

Fue la patriótica respuesta a una convocatoria que no cesó de promoverse durante aquellos días de abril de 1961.

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Omar George Carpi

Periodista del Telecentro Perlavisión.

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