Armas nucleares en Belarús confirman la unión entre Moscú y Minsk
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Por Germán Ferrás Álvarez*
El anuncio de Rusia de desplegar armas nucleares tácticas en Belarús confirma la fuerza de la unión entre Moscú y Minsk, acuerdo para la defensa que provocó una desmedida reacción de Occidente.
La comunicación de que Moscú y Minsk acordaron colocar armas nucleares tácticas rusas en suelo belaruso la dio el presidente Vladimir Putin en una intervención televisiva el 25 de marzo en el canal Rossiya 24.
Ya hemos ayudado a los belarusos pues reequipamos los aviones, 10 aeronaves están listas para el uso de armas nucleares, y entregamos el sistema de misiles Iskander, precisó el mandatario.
Putin recordó que a partir del 3 de abril comenzarán los entrenamientos de tripulaciones y la construcción de una instalación de almacenamiento de armas nucleares.
El presidente ruso recalcó que no es una transferencia de armas nucleares tácticas a Belarús, pero sí un despliegue, junto con el entrenamiento de los militares de la nación vecina, como mismo hace Estados Unidos en Europa, agregó.
Señaló Putin que las armas se desplegarían sin violar las obligaciones internacionales pertinentes. Según el mandatario, la razón de tal paso fue el anuncio de Reino Unido sobre el suministro de municiones a Ucrania con uranio empobrecido.
El jefe de Estado expresó que Belarús había pedido durante mucho tiempo albergar armas nucleares rusas en su territorio.
Paradójica reacción europea
La reacción al anuncio de Putin es paradójica: por alguna razón, la Unión europea (UE) no está preocupada por las armas nucleares estadounidenses en su territorio, destacó el experto de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexei Arbatov.
Enseguida el régimen de Kiev dijo en voz del secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, Alexei Danilov, que “el Kremlin toma a Belarús como un rehén nuclear”, y pidió convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN calificó esta decisión de Moscú de «peligrosa e irresponsable»; la vicepresidenta búlgara Iliyana Yotova pidió conversaciones urgentes entre Rusia y Ucrania, y dijo que la situación se estaba volviendo «cada vez más peligrosa y aterradora».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania calificó las acciones de Rusia como «un nuevo intento de intimidación nuclear».
Arbatov recordó que no podía faltar la opinión del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien refirió que el despliegue de armas nucleares rusas en Belarús supondría una escalada y una amenaza para la seguridad europea.
Curiosamente Borrell no ve la presencia de armas nucleares estadounidenses en Europa como una escalada. Esta presencia es ampliamente conocida. Ha estado en el viejo continente desde la Guerra Fría.
En particular, en 2019, un comité de la Asamblea Parlamentaria de los países miembros de la OTAN publicó un informe que detallaba dónde Estados Unidos estaba desplegando sus bombas nucleares B61.
Se ubicaron 20 bombas en la base aérea de Büchel, cerca de la ciudad de Cochem, en Alemania, cuyo responsable es el escuadrón 702 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Otras 22 están en la base de Klein Brogel, sede de la décima ala de aviación táctica de la Fuerza Aérea Belga.
Veinte bombas más se encuentran localizadas en la base Volkel de Países Bajos, y se colocaron 35 en el noreste de Italia, 50 kilómetros al oeste de la ciudad de Udine.
Italia también tiene otra instalación de almacenamiento de armas nucleares: 40 bombas están ubicadas en la base Gedi Torre, en el norte del país, a 15 kilómetros de Brescia.
Finalmente, la base más oriental del Comando de la Fuerza Aérea estadounidense en Europa es Incirlik, en Türkiye, donde se despliega la 39 Ala de Aviación de la Fuerza Aérea, la Décima Ala de Aviación y el Segundo Comando de la Fuerza Aérea Turca, y que alberga 50 bombas atómicas.
Recordemos que después del colapso de la URSS, Rusia retiró todas las armas nucleares de las antiguas repúblicas soviéticas, sobre todo de Ucrania, Kazajstán y Belarús, donde existían cantidades suficientemente grandes de estas armas.
Sin embargo, Estados Unidos nunca ha retirado sus armas nucleares de Europa.
Para Arbatov, desde un punto de vista militar el despliegue de armas nucleares tácticas en Belarús no tiene una importancia significativa, aunque sí desde el punto de vista político.
El significado de armas nucleares en Belarús
Con la llegada de las armas nucleares tácticas a Belarús, Minsk no solo estará asegurado por fuerzas de propósito general sino además por las nucleares, destacó el director del Centro para Estudios Integrales Europeos, Dimitri Suslov.
En opinión del experto, para Rusia el hecho tiene un claro significado político. “El despliegue de armas nucleares tácticas en Belarús es una señal de Moscú a los Estados Unidos y la Unión Europea, y su respuesta a la creación de una fuerza de poder antirrusa en Ucrania”.
Además, desmonta la teoría occidental que trata de convencer a la humanidad de que su política en Ucrania no conduce a un aumento de los riesgos estratégicos.
Rusia está interesada en destruir este mito. Por lo tanto, Moscú adoptó otras medidas como la suspensión de su participación en el Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas y el despliegue de armas nucleares tácticas en un estado vecino, explicó Suslov.
Ahora en las capitales europeas comenzarán a hablar de refugios antiaéreos y cómo protegerse en caso de un conflicto nuclear, y es muy posible que sus autoridades comiencen a avanzar hacia la desescalada y el diálogo con Moscú, ahondó el experto.
Mientras que para Minsk, esto es un aumento en la disuasión de un conflicto potencial por parte de los países europeos, los mismos que llevan tiempo amenazando a Belarús y tratando de desestabilizar su gobierno.
A partir de ahora, serán más prudentes en el momento de tomar decisiones sobre concentrar fuerzas cerca de la frontera con Belarús, concluyó Suslov.
(*) Corresponsal jefe de Prensa Latina en Rusia
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