Juana es Cuba (+ Fotos)
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Para Cienfuegos, capital histórica del monólogo latinoamericano, no fue una sorpresa recibir con los brazos abiertos el espectáculo unipersonal El Nombre de Juana. Durante dos días, el viernes 13 y sábado 14 de noviembre, la sala principal del centenario Teatro Tomás Terry fue testigo de esta obra que revive a una leyenda de la cultura cubana.
Bajo la autoría y dirección de Osvaldo Doimeadiós, Premio Nacional del Humor 2012, la obra ofrece un viaje íntimo y atrayente a la vida de la legendaria artista Juana Bacallao (1925-2024), quien renace en el escenario a través de la magistral interpretación de la actriz Monse Duany.
Más que un mero tributo, El Nombre de Juana se concibió como el retrato de una figura única. Doimeadiós revela que la idea nació de una intuición: “Un día estábamos conversando y le dije a Monse: ‘tienes que hacer algo sobre Juana Bacallao'”. Aunque inicialmente se planeó con Juana en vida, la pandemia pospuso el proyecto, que finalmente se materializó a partir de mayo de este año.
La obra narra la carrera artística “a pulmón” de Neris Amelia Martínez Zalazar, una muchacha habanera, negra, pobre y huérfana, descubierta por el compositor Obdulio Morales, cuyo talento la llevó de poner de pie al público del Cabaret Tropicana y el Teatro Martí, a triunfar en escenarios internacionales de México, París y Nueva York.

“NO HAY NADA QUE ESTÉ ESCRITO POR GUSTO”
Para Monse Duany, con más de tres décadas de carrera artística, este monólogo ha sido un reto mayor.. “En la medida en que lo fui leyendo, me fui enamorando más y más del texto. No hay nada que esté escrito por gusto; todo tiene un por qué, un significado y un fundamento en la obra”. confiesa la actriz, conocida por otros personajes como la Santa de La Cara Oculta de la Luna.
No es solo un homenaje a Juana, es un homenaje a Cuba. Doimeadiós quiso hacer un paralelismo entre Cuba y Juana, pues ‘Juana’ fue uno de los primeros nombres que tuvo la Isla”.
Con una escenografía deliberadamente sencilla y un ligero maquillaje que logra una asombrosa semejanza facial, Duany teje la magia con su carisma, gestos elocuentes y miradas cómplices. Su entrega es absoluta: “Yo me entrego, punto. No pienso si al público le va a gustar; me entrego con todo lo que puedo”.
Esta conexión fue palpable en el “Terry”. El auditorio, lejos de constituir un mero observador, se convirtió en un confidente, respondiendo con coros espontáneos, aplausos inesperados y una complicidad que afirmaba cada línea del libreto. “Lo que más me gusta del monólogo es esa posibilidad de pasar por todos los registros: la comedia, la tragedia, la música, cantar, bailar… todo”, expresa Duany.
CIENFUEGOS: UNA PLAZA CRÍTICA Y EXIGENTE
La elección de Cienfuegos para estas funciones no fue casual. Al decir de Osvaldo Doimeadiós, “Cienfuegos es una plaza importante para el espectáculo unipersonal. Traerlo aquí no es gratuito, tiene un sentido. Es un público muy exigente, crítico y conocedor, que ha visto muchos espectáculos de esta naturaleza en los últimos años. Era pasar por el filtro de Cienfuegos”.
Monse Duany comparte este sentimiento y añade un vínculo personal: “Yo tenía que venir a Cienfuegos. Para mí, este teatro tiene una importancia primordial; aquí fue donde conocí a al director y escritor Abelardo Estorino y donde he obtenido premios en el Festival del Monólogo Latinoamericano”.

Sobre la acogida del público cienfueguero, destaca:
Es esa cosa que tú no sientes nada, no escuchas nada, y te preguntas ‘¿llegué a ellos?’. Y cuando terminas, dices ‘ah, yo decía…’. La acogida del pueblo de Cienfuegos es maravillosa”.
UN PROYECTO EN CRECIMIENTO
El Nombre de Juana es un espectáculo que acaba de nacer y tiene un prometedor camino por delante. “Esto empieza ahora. Está en pañales, aunque el público lo disfrute. Esta ‘Juana’ es una travesía que acaba de empezar”, afirma Duany.
Los planes son ambiciosos. El equipo pretende presentarlo en el Teatro Martí, el primer lugar donde actuó la propia Bacallao, con los músicos (suizo y brasileño) que crearon la banda sonora original de la obra. También se “cocina” la posibilidad de llevarlo a Francia.
“Ojalá pueda llevarla a muchas partes de Cuba. El año que viene quiero llevarlo a Santiago de Cuba, que es mi provincia natal y creo que si yo llego como santiaguera con este espectáculo, ellos me lo van a agradecer mucho”.
Con El Nombre de Juana, Cienfuegos hace gala una vez más de su buen gusto teatral, como termómetro esencial para el arte de calidad, donde un público conocedor y entregado valida e impulsa proyectos que, como este, están destinados a dejar huellas en la escena cultural cubana.

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