Cienfuegos: hacia un gobierno digital
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La provincia de Cienfuegos, con pasos firmes, continúa demostrando que la transformación digital del sector público no es una utopía, sino un proceso alcanzable con voluntad política, planificación estratégica y participación ciudadana. Los avances revelan un ecosistema en crecimiento, donde la tecnología comienza a permear la gestión administrativa, los servicios a la población y hasta las dinámicas comunitarias. Sin embargo, como todo proceso en desarrollo, enfrenta desafíos estructurales que requieren atención inmediata para consolidar lo alcanzado y escalar hacia un modelo integral.
Logros que marcan el camino
El primer pilar de este esfuerzo son los portales gubernamentales y servicios en línea, que ya superan los tres millones de visitas acumuladas. Esta cifra no solo refleja aceptación ciudadana, sino también una creciente cultura digital en la población. La implementación de más de 40 trámites en línea desde permisos comerciales hasta gestiones de urbanismo es un avance concreto hacia la desburocratización. Sectores como el Registro Central Comercial y el Ministerio de Justicia (MINJUS) han dado pasos significativos, aunque todavía queda trabajo por hacer, como lo evidencia la digitalización parcial de los folios en el MINJUS. El MINCIN también avanzó en la digitalización de más de un 98 % de uno de los registros (M-1) en las 28 Oficinas de registros de consumidores, aportando mayor exactitud en el control de las personas por núcleos a partir de su interacción con el sistema único de identificación nacional, lo que implicó mayor racionalidad en la distribución de los productos de la canasta básica.
Otro salto cualitativo es la firma digital, extendida en 22 organismos con más de 300 llaves en uso. Esta herramienta ha agilizado trámites interprovinciales, eliminando barreras geográficas y reduciendo tiempos de espera. No obstante, su alcance sigue siendo limitado: se requiere extenderla a más instituciones y garantizar que su uso sea masivo, no solo un logro de algunas dependencias.
En el ámbito de la salud pública, los avances son particularmente alentadores. Más del 80 % de las farmacias cuentan ya con una plataforma digital para el control de medicamentos dispensarizados a pacientes con enfermedades no trasmisibles, un logro crucial para el diagnóstico epidemiológico y estudio de morbilidad por zonas. La implementación de la historia clínica digital en el Hospital Pediátrico, mediante el sistema Galen Clínica, es otro paso hacia una medicina más eficiente y menos dependiente del papel. Además, los primeros ensayos de telemedicina en el Hospital Gustavo Aldereguía Lima y en Servicios Médicos Cubanos abren una puerta a futuras innovaciones en atención remota, algo esencial ante la actual situación del transporte y la escasez de recursos especializados.

La inteligencia artificial (IA) también comienza a abrirse espacio, gracias a la colaboración entre la Universidad Carlos Rafael Rodríguez y organismos locales. Proyectos comunitarios como “Encarnación hacia una comunidad inteligente” y las iniciativas del Centro de Innovación y Gestión del Desarrollo Local (CIGEDEL) en el reparto “Pueblo Nuevo” del Consejo popular “La Gloria” en el municipio de Cienfuegos, demuestran que la transformación digital no es solo un asunto de grandes instituciones, sino que puede —y debe— llegar a los barrios.
Desafíos: Sombras del progreso
A pesar de estos avances, persisten obstáculos que, de no resolverse, podrían frenar el impulso inicial. Uno de los más urgentes es la falta de interactividad en los portales gubernamentales. Si bien existen plataformas digitales, no siempre se publican respuestas a las problemáticas planteadas por la ciudadanía, lo que genera desconfianza y reduce el potencial de estos canales como herramientas de diálogo. Además, no todos los organismos actualizan sus secciones con información relevante, lo que limita su utilidad.
La infraestructura tecnológica es otro cuello de botella, como decimos en buen cubano. El Registro de Consumidores, por ejemplo, carece de equipos para digitalizar trámites en tiempo real, mientras que en el MINJUS solo el 50 % de los folios están digitalizados. En las farmacias, la escasez de equipos impide completar su informatización, un problema que se repite en otros sectores. Sin inversión en hardware y software, cualquier avance en digitalización será parcial.
La energía y la conectividad son tal vez los desafíos más críticos. Sin un respaldo energético estable y una infraestructura de telecomunicaciones robusta, servicios clave como la telemedicina, los trámites en línea o incluso la firma digital pueden colapsar ante un apagón o fallos técnicos. Este es un problema que trasciende lo local y requiere soluciones a nivel nacional, pero que Cienfuegos debe abordar con planes de contingencia mientras se esperan mejoras estructurales.
No menos importante, está el tema de la capacitación. Aunque se han realizado esfuerzos —como los cursos auspiciados por la Unión de Informáticos de Cuba y los Joven Club de Computación y Electrónica y talleres organizados por el Gobierno—, muchos directivos y funcionarios aún carecen de formación suficiente en transformación digital. Sin esta preparación, las herramientas tecnológicas pueden subutilizarse o incluso convertirse en obstáculos debido a la resistencia al cambio.
Un futuro prometedor, pero con trabajo por hacer
Cienfuegos ha demostrado que una mejor Gobernanza es posible, incluso en un contexto de limitaciones económicas y tecnológicas. Los logros en Transformación Digital en algunos sectores alientan el trabajo futuro.
Sin embargo, el camino hacia un gobierno 100 % digital aún está lejano y requiere acciones concretas: una inversión priorizada en infraestructura que abarque desde equipos tecnológicos hasta redes de conectividad confiables; una mayor capacitación para funcionarios y directivos mediante programas continuos y prácticos que fomenten la adopción de herramientas digitales; la expansión de la firma digital y el incremento de trámites en línea, asegurando mecanismos efectivos de retroalimentación ciudadana; y soluciones energéticas, incluso a pequeña escala, que garanticen la continuidad de los servicios ante interrupciones eléctricas. Solo abordando estos desafíos de manera integral podrá consolidarse una verdadera transformación digital en la gestión pública.
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