Logros y desafíos de batas blancas

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Estimando los logros del Sistema Nacional de Salud en Cuba, destaca la prioridad otorgada constitucionalmente a la salud como un derecho y los desmedidos esfuerzos por garantizar la formación de capital humano para dar respuesta a las necesidades de la población, pese a las restricciones económicas objetivas que limitan el desarrollo pleno de estrategias encausadas al bienestar humano.

Irrefutables herederos de prestigiosos científicos como Tomás Romay y Chacón o Carlos Juan Finlay, los trabajadores del sector de la Salud personifican a diario los valores humanistas de la profesión escogida. La sanidad materno infantil, el envejecimiento poblacional, la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, programas de inmunización y muchas otras son las aristas que comprenden su abnegado quehacer. El denominador común de todas ellas es la promoción y prevención, acciones en las que se sustenta el sistema de Salud cubano en general, y el nivel primario de atención en particular.

Por su parte, la dimensión internacionalista de la medicina cubana constituye un orgullo, y también un desafío. Detractores no faltan, campañas difamatorias intentan desprestigiar a los cooperantes médicos, aplicando mecanismos falaces para ejercer presión sobre los gobiernos que solicitan ayuda en este campo. Incluso, apelan a la manipulación política contra organizaciones internacionales, en menoscabo de las penurias de las poblaciones más humildes. Temen a la inobjetable realidad de un sistema de salud que expone indicadores positivos, en algunos casos a la altura de países desarrollados.

Mención aparte merece la consagración de estos profesionales ante el flagelo de la Covid-19. La respuesta al desafío epidémico derivó en multiplicar energías y dotar a esta pequeña isla del Caribe de vacunas eficaces, muestra de la preeminencia acreditada de nuestros expertos. Asimismo, el desafío constante de subvencionar políticas para la prevención y control de enfermedades, mantener una capacidad de respuesta integral en los disímiles ámbitos de la medicina en sustento de la accesibilidad y gratuidad de los servicios es una tarea loable, meritoria, titánica.

Este martes se conmemora el Día de la Medicina Latinoamericana. Desde Oriente a Occidente, nosotros, los agradecidos, debemos felicitar, estimular con una frase amable, un apretón de manos, un abrazo cordial, a esos héroes de bata blanca. Aúno en esta sugerencia a médicos, enfermeras, estomatólogos, tecnólogos y técnicos medios. Legitimando también, la valía asistencial de las personas encargadas del mantenimiento tecnológico y servicios generales.

Alguien muy sabio expresó: “La salud pública ocupa un lugar priorizado y sagrado de la Revolución. Creemos sinceramente que es una de sus tareas más importantes”.

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Frank Losa Aguila

MSc. en Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología.

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