El legado de Fidel en el claustro de la Escuela Latinoamerica de Medicina (+ Audio y Mensaje)
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La impronta humanista del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, resulta imprescindible para el claustro de la Escuela Latinoamericana de Medicina, según trascendió en el contexto del Primer Congreso Internacional de graduados de la ELAM y la Segunda Asamblea de la Sociedad Médica Internacional de egresados.
Por los 25 años de la insigne institución, un panel de destacados científicos y docentes, encabezados por el Doctor en Ciencias, Luis Estruch Rancaño, profesor fundador de la ELAM, abordó las esencias de su pensamiento en la selección de los maestros y directivos. «Una misión a la que Fidel dedicó largas jornadas, con la mayor responsabilidad y compromiso con el futuro de la humanidad».
Para el vicerrector académico de la ELAM, el profesor Damodar Peña Pentón, es imposible olvidar esos lazos eternos del Comandante en Jefe con la Escuela Latinoamericana de Medicina en estos 25 años. Por eso, en el Palacio de Convenciones de La Habana compartió con los delegados a la cita, una memorable frase de Fidel, en ocasión de la primera graduación: «Esta graduación es una prueba de la capacidad de los seres humanos para alcanzar las más elevadas metas, y un premio realmente para los que creemos que un mundo mejor está a nuestro alcance».
Posteriormente, evocó también en el Plenario, aquella mañana en que nuestro invicto Comandante en Jefe conversó con los 300 jóvenes de Haití, Guatemala y Honduras, estudiantes del último semestre de la carrera y que marcharon a sus respectivos países junto a las brigadas de especialistas cubanos en Medicina General Integral. Un encuentro donde expresó: «¡Gloria a esa juventud, a los nuevos salvadores de vidas, que elevan la noble profesión de médicos a los más altos niveles de consagración y ética que ha conocido el mundo!».
Fue también pensado por Fidel – manifestó por su parte la Doctora en Ciencias Dailé Ortega Hernández, directora de Extensión Universitaria de la ELAM- la conformación de un claustro con elevada preparación y experticia para laborar en nuestra casa de altos estudios.
A analizar precisamente las pautas del pensamiento político del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, sobre la creación y desarrollo de la Escuela, que distinguen hoy a ese consagrado colectivo, dedicó la especialista parte de su exposición.
«El pensamiento político y visionario del Comandante en Jefe sobre la formación de médicos en la ELAM, defendía la premisa de preparar especialistas bajo la misma concepción en la que se forman los profesionales de la Salud Pública cubana», aseveró, a la vez que resumió las ideas de Fidel, sobre forjar futuros galenos con elevada calidad científico-técnica, amplios valores humanos, éticos y morales.
Continuó explicando la directora de Extensión Universitaria de la ELAM, que las indicaciones o directivas de Fidel en este contexto, estuvieron basadas también en los principios de la educación cubana y especialmente en el que plantea la relevancia de la vinculación de la teoría con la práctica o del estudio con el trabajo.
«En las Ciencias Médicas se le denomina educación en el trabajo – argumentó- como el principio en el que se basa el proceso de formación de la carrera de Medicina y que sirvió de basamento para desarrollar el internado de la Escuela Latinoamericana en sus primeros años de fundada».
En su aniversario 25, la ELAM se enorgullece de contar con más de 200 profesores en el claustro de su sede central, donde una cifra superior al 85% posee la categoría de docente superior.
Son profesionales comprometidos con la impronta humanista del líder histórico de la Revolución, y con el futuro de la humanidad.
Mensaje de Díaz-Canel por los 25 años de fundación de la ELAM
Mensaje de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, con motivo de los 25 años de la Fundación de la ELAM, el 13 de noviembre de 2024, “Año 66 de la Revolución”.
Estudios Revolución
(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)
Queridos médicos del mundo graduados en Cuba;
Queridos hijos de Cuba nacidos en otras tierras;
Queridos compatriotas:
No tengo que darles la bienvenida, porque ustedes han llegado a su patria, la que los acogió un día como estudiantes para formarlos integralmente en la más noble y altruista profesión humana y los despidió años después con la satisfacción de ver cumplido ese sueño.
Como hijos de Cuba que son, no tengo que explicarles las excepcionales circunstancias en que se encuentra su segunda patria. Ustedes han sufrido junto a nosotros los apagones, los problemas con el transporte, y los desabastecimientos. Ustedes saben lo que significa el bloqueo y cuánto daño hace a la cotidianidad de un pueblo laborioso y alegre como el cubano, que no conoce la rendición ni la amargura frente al brutal acoso de su poderoso vecino.
Todo eso se ve multiplicado hoy por el reforzamiento de esa criminal política con más de 200 medidas y una feroz persecución financiera y energética, bajo pretextos tan cínicos y falsos como el de considerar a Cuba un Estado patrocinador del terrorismo.
Bajo el peso de esos poderosos obstáculos a nuestro desarrollo como nación, nos hemos enfrentado en muy breve lapso de tiempo a dos fuertes ciclones y dos sismos intensos, que, sin embargo, no han podido destruir al país.
Aquí estamos de pie, con la fortaleza, la dignidad y un profundo amor a la vida que se expresa en el huracán de trabajo, organización y solidaridad que podrán encontrar ustedes en cada una de las zonas siniestradas por esos fuertes golpes de la naturaleza.
Es lo que nos enseñaron Fidel, Raúl y la Generación Histórica, en permanente lucha por la justicia social para Cuba y el mundo.
Cuando supe del evento y el motivo que los reúne de nuevo en su segunda patria, aparté unos minutos del intenso programa de trabajo que nos planteamos para acelerar la recuperación del país y enviarles este saludo de compatriota, ya que no puedo abrazarlos personalmente como me gustaría.
Les hago este mensaje precisamente al regreso de una visita a Mayabeque y antes de volver a salir en unos minutos hacia Artemisa, dos de las provincias más impactadas por el huracán Rafael.
Siempre que tengo noticias de ustedes, de lo que han logrado en sus comunidades y países, especialmente en apoyo a los más desfavorecidos, pienso con profunda emoción en Fidel, en lo feliz que estaría de verlos convertidos en guardianes de la vida y la salud de sus pueblos.
En ustedes se expresa a plenitud la legendaria fe en el ser humano y en el valor de la solidaridad que caracterizaron al líder de la Revolución Cubana, un profundo convencido de que un mundo mejor es posible si se lucha sin descanso por ese ideal.
Fidel propuso la idea de crear la ELAM tras el paso de dos poderosos huracanes por Centroamérica y el Caribe y ante la baja disponibilidad de médicos en la región para salvar a los damnificados en aquel momento. Es decir, no se sentó a mesarse los cabellos con el lamento por las pérdidas. Levantó uno de los proyectos más nobles, humanistas y revolucionarios de la historia humana. Y lo hizo convencido de que más fuerte que la furia de la naturaleza y su impacto en nuestras sociedades, empobrecidas por el colonialismo y el neocolonialismo, eran ustedes, las mujeres y los hombres que José Martí describió con todo respeto y admiración profunda en su ensayo Nuestra América como el hombre nuevo americano.
La ELAM, además, renueva y fortalece la profunda vocación universal de la Revolución Cubana, al sumar a su alumnado latinoamericano y caribeño a estudiantes estadounidenses y africanos.
Según los datos que me han entregado, al cabo de 25 años de fundada, la ELAM ha graduado 31 180 médicos de 122 países, con representación en todas las regiones del mundo: de África 2 534, de América 26 233, de Asia 2 165, de Europa 7 y de Oceanía 241.
En la actualidad, 1 877 estudiantes de 100 países están matriculados en todos los años de la carrera de Medicina, tanto en La Habana como en el resto del país.
Un hito importante de los últimos años fue el ofrecimiento de 1 000 plazas para estudiantes de Colombia, de todos los sectores de ese país, como un aporte de Cuba al proceso de paz luego de firmados los acuerdos, de los que nuestra nación es garante. Se efectúa este año la primera graduación de estos jóvenes colombianos que actualmente se están insertando en el sistema de salud de su país.
El 15 de noviembre de 1999, cuando se inauguró la ELAM, recién comenzaba el histórico periodo presidencial del querido Comandante Hugo Chávez Fría. Pocos años después la Revolución Bolivariana era parte de este sueño realizado de Fidel que ha llevado y formado médicos en todas las latitudes, donde los imperios y sus servidores llevan ejércitos y armas.
Hoy ese sueño incluye a más de 100 estudiantes palestinos, que honran los predios universitarios de la ELAM con su disposición a ser servidores de su pueblo, que hoy resiste la más cruel de las masacres por parte del genocida gobierno israelí.
Compatriotas:
Sé que muchos de ustedes, si no todos, no solo no se han quejado de los problemas que ocasionó el ciclón en la escuela, sino que vinieron decididos y preparados para ayudarnos en la recuperación. Los hemos sentido cerca y lo agradecemos mucho.
Vayan de regreso a sus países con el mismo sentimiento con que ahora les envío el más cálido abrazo en la distancia: el sentimiento de que la idea de Fidel está viva y va dando frutos dondequiera que cada uno de ustedes salva o cura una vida y enseña a otros la profesión más humana.
¡Hasta la vista, compatriotas! Gracias por mantenerse fieles a la divisa que Fidel les legó cuando les dijo al inaugurar la ELAM hace 25 años: “Lo más importante habrá de ser su consagración total al más noble y humano de los oficios: salvar vidas y preservar salud. Más que médicos, serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano; apóstoles y creadores de un mundo más humano”.
¡Hasta la Victoria Siempre!
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