La casa del duendecito verde
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A 52 años de fundado el Hospital Pediátrico de Cienfuegos, el colectivo de su gente celebra el cumpleaños, mostrando altos estándares de calidad en la atención médica. Asombran las cifras al compararlas en el tiempo: en el año 1965, cuando recién abría las puertas la institución, solo contaban con nueve médicos, de ellos dos especialistas e igual número de enfermeras; sin embargo, hoy cuentan con más de 800 trabajadores entre profesionales, técnicos y obreros de servicio.
La Dra. Lisbel Aguilar Lezcano, su directora, al pronunciar las palabras centrales del acto, recordó: “En 1987 el hospital fue reparado y comenzó entonces el servicio quirúrgico, que en unos días, precisamente cumple los 30 años. Ostentamos la condición de Amigo de la niña, el niño y la madre, otorgada por UNICEF, en virtud de todo cuanto aporta nuestro equipo en atención y cuidados a la niñez y la adolescencia. Amor, esperanza, seguridad y una sonrisa son nuestros mejores atributos”.
Y como la ocasión lo amerita, fueron reconocidos varios de sus trabajadores, sin distingos, enfermeras, técnicos, custodios, médicos, especialistas de renombre, todos en un mismo grupo, iguales de necesarios.
Tatiana Pérez Torriente habló a nombre de las enfermeras en su Día Internacional, porque ellas y ellos son allí una fuerza potencial en la atención a los más pequeños. Y hubo música, un solo a flauta interpretado por una adolescente, estudiante de la Escuela de Arte; y Marcos, el niño trovador interpretó Luna Cienfueguera, esa especie de himno de la cienfuegueridad, el mejor homenaje al Hospital y su gente, el de ellos, los pequeños.
Pero también estuvieron los hermanos Novo, quienes interpretaron junto a Armando Álvarez, el trovadoctor, su “duendecito verde”, la canción que le escribieran al Hospital Pediátrico, esa institución que es símbolo de vida para la gente del centro sur de esta Isla.
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