Exponen estudios científicos del agua en embalses de Abreus y Paso Bonito

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El Servicio Estatal “Programas de monitoreo de la biodiversidad de las  especies tóxicas del fitoplancton, de acuatorios de agua dulce de la provincia de Cienfuegos”, del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC) chequeó la labor mancomunada de todas las instituciones que tienen que ver con la calidad del agua, en los embalses de Abreus y Paso Bonito.  

Aimée Valle Pombrol, jefa del servicio, dirigió un taller para analizar los resultados del año 2020, en periódicos exámenes sobre la presencia de algas tóxicas y microalgas en los citados estanques.

Inició el encuentro una conferencia del doctor Augusto Comas González,  especialista del área de Ficología y acreedor de múltiples distinciones, por  contribuciones al desarrollo de la Botánica, quien destaca por su sistematización de conocimientos sobre microalgas dulceacuícolas.

Doctor Augusto Comas González, acreedor de la categoría Tesoro Humano Vivo (THV), de la Unesco.
Doctor Augusto Comas González, acreedor de la categoría Tesoro Humano Vivo (THV), de la Unesco.

Comas González informó que desde 2010, científicos del CEAC integran un grupo para la investigación de algas y microalgas, y proponen acciones, a fin de agregar habilidades a la detección de variedades tóxicas en agua dulce.

Dijo que los microorganismos de marras se alimentan de nutrientes que reciben en fotosíntesis elementos naturales como: iluminación, vientos y temperatura, por eso pueden suceder crecimientos masivos.

“Toman la energía solar u oxígeno disuelto en el agua y aumentan su biomasa, fenómeno peligroso por sus toxinas”.

En Abreus, por ejemplo, existe una planta potabilizadora; el equipo rompe las células de las microalgas, pero la toxicidad queda en las aguas. El doctor Augusto Comas agregó que cada florecimiento está constituido por una o varias especies,  capaces de  permanecer por períodos muy largos, tal fenómeno puede ocurrir en  acuatorios de todo el mundo..

Los primeros brotes de este tipo de vegetación marina fueron detectadas en algunas provincias de Cuba en 1984, y en Cienfuegos, debutaron luego de las intensas lluvias de 1988; posteriormente hubo rebrotes, entre ellos, los de 2005, 2009, 2010 y 2018.

Desde hace diez años establecieron aquí monitoreos sistemáticos que incluyen la observación del sistema y el registro de las variables asociadas con el fenómeno, o sea, niveles de nutrientes, temperaturas de las aguas, lluvias y tiempo de residencia de los microorganismos.

Aimée Valle Pombrol informó sobre el cumplimiento de los planes de monitoreo durante 2020 y citó entre los logros el fortalecimiento de las capacidades del CEAC en esos estudios. Como resultado cuentan con un artículo científico, aprobado por la revista  American of Acuatic Sciencie, en actual proceso de publicación.

Citó entre las proyecciones del servicio, la ampliación de las relaciones internacionales, la inclusión del tema en estudios de maestrías, así como el fortalecimiento de estudios taxonómicos en los embalses, a fin de asegurar una mayor precisión en alertas tempranas de floraciones tóxicas del agua de consumo.

Cienfuegos cuenta con el libro del doctor Augusto Comas, titulado  Las chlorococcales dulceacuícolas de Cuba.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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