El cuidado por vocación

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No figuraba en sus sueños ser enfermera, veía a esta profesión como a una opción secundaria, tercera quizás, siempre después de la Medicina. Pero la vida tejes sus propios caprichos y no fue por azar que Annia Iglesias Armenteros ingresó, en septiembre de 1990, en la carrera de Licenciatura en Enfermería. Sin sospecharlo, la vocación por esa disciplina dormía en su interior y solo despertó cuando iniciaron las primeras clases en la otrora Facultad (hoy Universidad) de Ciencias Médicas, de Cienfuegos.

“Desde que comencé a estudiar percibí la vocación por la Enfermería y en esta profesión me siento realizada. Creo que, hasta ahora, he alcanzado todas las metas que me he propuesto”.

Lleva 20 años y varios meses de ejercicio. Se estrenó en el Hospital Pediátrico, donde laboró durante cinco lustros. De ahí pasó a trabajar al Hospital Provincial por  otros tres años hasta el presente, cuando funge como asesora de Enfermería en la dirección provincial de Salud, atendiendo la labor hospitalaria.

Más de dos décadas en la labor de cuidado dotan a Annia de las cualidades que, ella misma asegura, requiere un profesional de su rama: “vocación, sentir respeto hacia los pacientes, tener conciencia a la hora de tratarlos y sobre todas las cosas, brindarle mucho amor y pensar que ese que está atendiendo es como un familiar, que necesita de su asistencia para recuperar su salud e incorporarse a la sociedad”.

Como asesora ¿cuáles consideras los principales retos que tiene el personal de Enfermería respecto de la capacitación, la autopreparación?

“Capacitarnos cada día, pues hoy tenemos enfermedades emergentes, las cuales ya se habían erradicado y a las que quizás en un momento determinado no se les había prestado la atención o el estudio necesarios. El presente exige prepararnos más para aportar lo mejor a la sociedad, y hacer en los hospitales cuanto sea necesario para encarar la situación”.

Y el relevo, ¿está garantizado? ¿Qué estrategia siguen para estimular a los estudiantes de la enseñanza media a ingresar en la especialidad?

“Casi siempre lo hacemos a través de las ‘Puertas Abiertas’, los Círculos de Interés…También las enfermeras que laboran en centros educacionales hacen labor de promoción, con la finalidad de que entren mayor cantidad de jóvenes con valores a nuestra especialidad”.

Cuando hablas de valores, ¿a qué te refieres?

“A aquellos principios que a veces se dicen están perdidos, pero el personal de Enfermería los necesita: los valores éticos, morales, revolucionarios…”.

Al inicio expresabas satisfacción por tu carrera y por haber podido llenar tus expectativas. ¿Cuáles figuran entre tus conquistas?

“Una de ellas, el haberme podido dedicar siempre a la investigación. He realizado varios diplomados, cursé la Maestría en Salud Pública, en la Universidad de Villa Clara y ahora aspiro al doctorado. Por eso digo que he cumplido todos mis retos”.

Dentro de esa arista ¿hacia dónde has encaminado los trabajos y cómo han aportado al desarrollo de tu profesión en la provincia?

“Casi todos han estado dirigidos hacia la evaluación de la calidad en la atención de Enfermería en los pacientes, en la evaluación del clima organizacional, que ha sido mi tema de la Maestría y ello ha ayudado a mejorar la calidad del servicio de nuestros profesionales”.

Luego de tantos años de entrega, interminables noches de estudio, horas robadas al descanso para añadirlas al trabajo y a la dedicación a tu hija… ¿tu consejo para los (as) jóvenes que ingresan a la especialidad sería?

“Que no tengan miedo, que la Enfermería es una profesión de mucha dedicación, humanismo, respeto… Que se sientan bien, así como nos sentimos muchos de quienes ejercemos este perfil de la Salud”.

La sonrisa de Annia sella sus palabras, corrobora el placer que le suscita contarse entre quienes ejercen el cuidado como profesión, a la cual se llega por vocación aun cuando, como en su caso, esta permanezca aletargada hasta que el curso de los eventos la haga despertar.

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Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

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