Un espacio para la formación cultural y el empoderamiento

Como un espacio de formación y conservación creativa para, desde los diversos enfoques culturales y de innovación social, contribuir a la transformación de la comunidad, además de tejer redes de colaboración para las artes, el otrora Convento de Santa Clara reabrió sus puertas como un centro de altos estudios, luego de haber finalizado la primera fase de su restauración y del Aula Magna.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, asistió a la inauguración del colegio, ese que fuera, según expresaría Eusebio Leal Spengler, principal animador para su reparación y eterno historiador de Cuba, «el más hermoso y antiguo convento católico femenino de La Habana», y ahora fungirá «como un centro para la formación de las artes y los oficios de la restauración de Cuba y del Caribe».

La academia acogerá –a partir de noviembre– a profesionales entre los 18 y 35 años de edad; y el programa abarcará cursos en conjunto con el Instituto Nacional de Diseño, el colegio universitario de San Gerónimo y la Universidad de las Artes.

Gladys Collazo Usallán, directora del colegio de Santa Clara, precisó que los convenios incluyen movilidad docente, proyectos de investigación, estancias formativas, prácticas de estudio, eventos internacionales y otras ofertas académicas.

Entre los retos, agregó, se inscribe el compromiso de cumplir con que el colegio sea un baluarte para América Latina, «a favor del patrimonio que nos identifica como pueblo», así como con la aspiración de Eusebio Leal: un espacio que irradie opciones de cultura y empoderamiento.

En la cita estuvieron presentes Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra; Homero Acosta Álvarez, secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Comité Provincial del Partido en la capital; ademas de otros dirigentes del Partido, el Estado y el Gobierno cubanos; miembros del cuerpo diplomático y representantes de las Naciones Unidas y la Unión Europea.

Este proyecto cuenta con la colaboración financiera de la Unión Europea, a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en el marco del programa Transcultura, entre otras entidades contribuyentes.