Redescubriendo el imaginario cultural de Cienfuegos

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Llega nuevamente abril, y con este, otro aniversario de la perla sureña. Si bien quienes la habitamos mostramos a cada paso un exorbitado orgullo por esta tierra nuestra y por su majestuoso patrimonio, no reviste menor importancia ese espíritu que ha bendecido y continúa sellando a cada hombre, a cada mujer cienfueguera.

Cada paseante por esta ciudad recibe la impresión de encontrarse en un paradisiaco lugar marcado por la exquisitez del trazado de sus calles y de sus edificaciones. Muestra de ello son el Paseo del Prado, el Parque José Martí, el Liceo, la Casa de los Falla Bonet, la de los Castaño, el Cienfuegos Yatch Club, el Ayuntamiento, el Colegio San Lorenzo y el Palacio Ferrer, entre otros.

Sin embargo, cuando nos introducimos en ese patrimonio inmaterial que no siempre ha sido recogido de la mejor manera por la historia, vivenciamos un imaginario que es el que ha conformado el verdadero orgullo por esta región sureña.

Desde el siglo XIX, nos llega la poesía de Mercedes Matamoros del Valle, considerada una de las principales exponentes del movimiento modernista. De manera especial, su amistad con Martí impregnó en su obra un carácter profundamente patriótico y humanista. El tono erótico y amoroso llegó de la mano del crucense José Ángel Buesa; aún algunos no tan jóvenes, recuerdan aquella poesía que formó parte de las esencias del que, en su  momento, fue un gran amor. Las tablas cienfuegueras vibraron con el más gustado negrito del teatro cubano, Arquímedes Pous, destacado actor, bailarín, músico, escenógrafo, coreógrafo y diseñador del género vernáculo.

Un ambiente cultural destacaba a Cienfuegos y a su gente. La música, invadía cada casa, parque, ceremonia oficial o actividad recreativa, se llenaba la ciudad de los más variados géneros y agrupaciones que se entremezclaban en colores, matices, y sonoridades para particularizar a su vez, un sonido común: el cienfueguero.

En 1922 se crea la Coral de Cienfuegos por el Padre Pedro de Urtiaga Alcíbar, quien inició en Cuba la música coral con fines rigurosamente estéticos. La primera banda oficial del país, aunque fundada en La Habana, tuvo como  director al cienfueguero Guillermo M. Tomás, quien era casado con Ana Aguado Andreu, soprano perlasureña. Ambos se destacaron en el exilio en plena lucha por la independencia, realizando innumerables conciertos para enviar fondos a Cuba; por todo ello fueron reconocidos por José Martí en Carta a Ana Aguado de Tomás, el 7 de junio de 1890.[1]

Bien planteaba Leonardo Acosta en su libro Otra visión de la música popular cubana,[2] que la entrada del son en el país había ocurrido de manera paralela en oriente y centro. Fue, en la región cienfueguera,donde florecieron más de 35 conjuntos que popularizaron el género (tríos, cuartetos, sextetos, y septetos) entre ellos, Los Naranjos, aún vigentes. La trova-canción no se quedó rezagada con el palmireño Eusebio Delfín,autor de la popularísima ¿Y tú que has hecho?

Gallardía y talento son algunas de las denominaciones que se podrían utilizar para definir la impronta de Paulina Álvarez, conocida comola Emperatriz del Danzonete. Primera mujer que interpretó el danzonete, creado por Aniceto Díaz en 1929. Fundó además una orquesta típica, la primera que se presentó en los escenarios del teatro Auditorium Amadeo Roldán en 1939. En este último año se funda la emblemática orquesta Aragón, bajo la dirección de Orestes Aragón Cantero. Hoy la música de esta agrupación ha recorrido los más importantes escenarios del mundo y temas como El Bodeguero han sido de los más versionados dentro de la historia musical cubana.

Y no podía ser de otra manera, el Bárbaro del Ritmo, el gran Bartolomé Maximiliano Moré (Benny) también se inscribe en la larga lista de nombres que simbolizan una manera distinta, un modo cienfueguero de trascender.

Los mencionados en este artículo, constituyen solo una muestra de muchos de los que le han dado vida a aquella villa Fernandina de Jagua, al Cienfuegos de hoy, que se engalana, entre otros, con exponentes como Alexander Abreu, un trovador como Nelson Valdés o una cantautora para infantes como Rosa Campo. Cienfuegos sigue marcando con su arte la égida espiritual de todo el nacido en el centro sur del país.

*Doctora en Ciencias Históricas.


[1]José Martí:Obras completas. La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1975, t. 20.

[2]Leonardo Acosta: Otra visión de la música popular cubana, Ediciones Museo de la Música, La Habana, 2014.

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Alegna Jacomino Ruiz

Doctora en Ciencias Históricas

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