Darcy y su barbería vintage (+Fotos)

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La conservación de muebles, objetos, textiles o accesorios originales es conocida artísticamente como vintage, expresión inglesa que significa añejo. Como característica esencial debe conservar las propiedades de la época en que fue creado.

En lo opuesto, encontramos la tendencia retro, lo fabricado hoy imita los diseños creados en el pasado. Apropiarse conscientemente de un estilo retro para movilizar un emprendimiento particular no es nada nuevo. Pero cuando se desdeña la imitación para conservar modelos y patrones de antaño revaloriza con elementos culturales una profesión.

Más allá de notoriedad pueril la tenencia de estos artículos acrisola valores históricos, estéticos y funcionales. Con independencia de las fuentes especializadas queda establecido que el estilo vintage hace referencia a una antigüedad entre 20 y 99 años, básicamente contemporáneo y su particularidad recae en su carácter ornamental.

Foto: Cortesía del entrevistado

“Mi intención es manifestar y defender lo valioso del oficio de barbero”, comparte a 5 de Septiembre Darcy Lázaro Rodríguez Barroso: “Cursaba el cuarto año de Arquitectura en la Universidad de Las Villas cuando por embullo de un amigo comencé a practicar, pero nunca con la intención de dedicarme profesionalmente al corte y cuidado del cabello”, añade mientras un cliente descansa cómodamente en el sillón marca Koken de fabricación norteamericana, datado aproximadamente de 1920.

“Siento orgullo de haberme graduado, ejercí durante algún tiempo, pero la vocación se impuso y decidí tomarlo en serio, quiero darle una pincelada, si no única, al menos distintiva a mi emprendimiento”, agrega elocuente.

Le escucho mientras responsabilizo al móvil captar el testimonio; la cercanía del local a un punto de transportación de motores aporta el bullicio citadino en lontananza.

Foto: Cortesía del entrevistado

Justiprecio visualmente en derredor. Veinte y ocho fotografías en blanco y negro de personalidades famosas —cubanas y foráneas—, correctamente enmarcadas comparten espacio con un espejo mediano, un reloj Smith Ansonia de péndulo atestigua con precisión el horario.

Preside esta pared una señalización universal irremplazable, un poste de barbero fijo, símbolo cuyo valor trasciende lo comercial, representado por una hélice a rayas azules y rojiblancas. En otro panel un cuadro exhibidor agrupa piezas codiciadas por un amante al coleccionismo.

Foto: Cortesía del entrevistado

Tijeras de la marca Filarmónica, un dispositivo mecánico para afilar cuchillas, máquinas manuales para el pelado, navajas de diversos países y otros enseres interesantes, conservadas al punto de poder reutilizarse a conveniencia.

La barbería Rodríguez —perdonando mi insuficiente capacitación en artes visuales— se distingue por ser ecléctica, armonizando elementos de distintas épocas y estilos, respalda la “convivencia” de un radio Selena de los ochenta con las luces LED y un televisor de plasma moderno, sin dejar por ello de propiciar un ambiente agradable estéticamente. Una plaza donde convergen la sencillez cosmopolita y la cienfuegueridad.

 Una barbería es un lugar de interacción social, donde la presencia y la organización son una constante. Los clientes ven en mi persona un reflejo del cuidado capilar que seré capaz de transmitir. Mi finalidad de conservar y exhibir estos objetos patrimoniales contribuye a mantener viva la memoria histórica, la transición generacional de un servicio empático y hermoso; la barbería”, asevera Darcy Lázaro.

Foto: Cortesía del entrevistado
Foto: Cortesía del entrevistado

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Frank Losa Aguila

MSc. en Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología.

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