Retamar

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Si de Miguel Asturias se dice, y con razón, que nunca escribió nada que no fuera poesía, y que lo mejor de su poesía está en su prosa; de Roberto Fernández Retamar se puede decir que nunca escribió nada que no fuera prosa, y que lo mejor de su prosa, como podrá adivinar el lector, está en su poesía.

Retamar era prosista de pura cepa. De los que también escriben en versos, y que algunos llaman poetas coloquialistas; otros, poetas reflexivos y otros, sencillamente, personas ingeniosas.

poema retamar felices los normales horizontesblog
Poema Felices los normales./Foto: Horizontes Blog

Pero de todas las facetas de Retamar, la que más prefiero es la faceta en la que se burlaba hasta de sí mismo. Como cuando cuenta de la vez que lo confundieron con Carlos Rafael Rodríguez. O cuando recrea su diálogo con Borges, en donde le confiesa al maestro argentino que había pasado cuarenta años de su vida leyéndolo, a lo que el autor de “El Aleph” le responde: “me excuso”. O como cuando en un arranque de valentía y honestidad, decide escribir el Epitafio que “sería bueno merecer”, donde pide a los obituaristas que, por favor, “no se apuren”.

Y no se apuraron, por suerte para todos.
Roberto murió a los ochenta y nueve años. Hoy, pudo haber cumplido noventa. Y “no me gustan las frases huecas, pero de veras que cuando Roberto se fue, nos quedamos más pobres”.

(Tomado de Horizontes Blog)

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Miguel Ángel Castiñeira García

Estudiante de Periodismo de la UCLV

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