La FEU: brújula revolucionaria de la universidad cubana
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Al cumplir un nuevo aniversario cada 20 de diciembre, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) no celebra un simple hito institucional, sino la permanencia de un proyecto fundacional de la Revolución Cubana. A 103 años de su creación por el líder estudiantil y revolucionario Julio Antonio Mella, su historia es la del compromiso anticipado con la soberanía nacional y la justicia social, principios que se harían bandera del proceso revolucionario triunfante en 1959.
Desde su origen, el trayecto de la FEU ha estado indisolublemente ligado al destino de la Patria. En la etapa prerrevolucionaria, fue vanguardia en la lucha contra las dictaduras y la corrupción política. Tras el triunfo de la Revolución, asumió con madurez su nuevo rol: dejar de ser una trinchera de combate para convertirse en una cantera esencial para la construcción de la nueva sociedad socialista, siempre bajo la guía de Fidel y los principios de continuidad histórica.
Hoy, su labor dentro de las aulas es fundamental para el modelo de formación cubano. La federación es el motor de espacios vitales como el Festival de Artistas Aficionados, el Fórum de Ciencia y Técnica y los debates político-ideológicos, que complementan la excelencia académica con una sólida formación ética y patriótica. Su acción garantiza que la universidad no sea una torre de marfil, sino un centro integrado a los proyectos de la nación.
Un pilar de su quehacer es el fomento del trabajo voluntario, materialización concreta del principio estudio-trabajo. Al movilizar a los estudiantes en apoyo a tareas económicas y sociales prioritarias, la FEU fortalece el vínculo entre la teoría y la práctica, y forja en los jóvenes una conciencia de servicio y utilidad de la profesión para con su pueblo, inculcando desde ahora el sentido del deber social.
El legado de Mella se respira en su fomento activo del internacionalismo proletario y el antimperialismo. La organización representa y defiende los intereses legítimos de los estudiantes, actuando como interlocutora ante las autoridades universitarias y gubernamentales, siempre desde la lealtad más firme al sistema socialista y a la defensa de la soberanía nacional frente a cualquier forma de agresión.
En el contexto actual, la FEU enfrenta el desafío de conectar con las nuevas generaciones, utilizando herramientas modernas como las redes sociales y métodos de participación innovadores, sin transigir jamás en sus principios fundacionales. Su capacidad de renovar lenguajes y formas, manteniendo intacto su contenido revolucionario, es clave para seguir siendo la organización masiva y de vanguardia que requiere el momento histórico.
Como parte de su misión formativa, la Federación Universitaria promueve el estudio profundo del pensamiento revolucionario cubano y universal, con énfasis en José Martí, Fidel Castro y el propio Mella. Esta formación ideológica es el cimiento que, junto al conocimiento académico, garantiza la preparación de profesionales comprometidos, listos para defender las conquistas de la Revolución y enfrentar sus desafíos.
Al mirar hacia el futuro, la FEU reafirma su papel como semillero indispensable de los cuadros que darán continuidad al proyecto socialista. Su historia y su presente demuestran que el movimiento estudiantil cubano, organizado y fiel a sus raíces, mantiene viva la antorcha revolucionaria, asegurando que el espíritu de Mella siga inspirando a quienes tienen en sus manos la responsabilidad de construir y defender la Cuba soberana y socialista.
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