La economía digital: oportunidades y desafíos en el camino al desarrollo

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La economía digital ha revolucionado la manera en que interactuamos con los bienes y servicios, transformando industrias enteras y redefiniendo los modelos de negocio tradicionales. Este cambio comenzó a vislumbrarse en la década de los 90, cuando Don Tapscott anticipó en su obra La Economía Digital el impacto que tendrían Internet y la digitalización en el comercio. Hoy, sus predicciones son una realidad: la banca en línea, el comercio electrónico y las plataformas colaborativas son solo algunos ejemplos de cómo la tecnología ha permeado en nuestra vida cotidiana. Esta transformación no solo afecta a las grandes empresas, sino también a las pequeñas e incluso a las finanzas personales, permitiendo el acceso a herramientas que antes estaban limitadas.

Uno de los aspectos más relevantes de la economía digital es su capacidad para eliminar barreras geográficas y temporales. Gracias a la proliferación de dispositivos conectados a Internet, como smartphones, computadoras y wearables, las personas pueden participar en un mercado global sin restricciones. Esto ha permitido que millones de usuarios, ya sea como consumidores o emprendedores, formen parte de una red económica interconectada. Como bien explica Thomas Mesenbourg, esta nueva economía se sustenta en tres pilares fundamentales: la infraestructura tecnológica, el negocio electrónico y el comercio en línea. Cada uno de estos elementos es esencial para entender cómo operan las empresas en la actualidad y cómo han optimizado procesos que antes requerían mayor tiempo y recursos.

Foto: Tomada de Internet

Entre las ventajas más destacadas de la economía digital se encuentra la accesibilidad a la información. Los consumidores ahora cuentan con herramientas para comparar productos, leer reseñas y tomar decisiones más informadas, lo que ha incrementado la competencia y la calidad de los servicios. Además, la cercanía entre empresas y clientes se ha fortalecido mediante canales de atención inmediata, mejorando la experiencia del usuario. Otro beneficio significativo es la presencia global, que permite la expansión más allá de los mercados locales y llegar a audiencias internacionales con relativa facilidad. Asimismo, la seguridad en las transacciones ha evolucionado, incorporando métodos de autenticación avanzados que protegen tanto a compradores como a vendedores.

Sin duda, el potencial de la economía digital para seguir innovando es enorme. Sectores como la agricultura ya están adoptando tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y aplicaciones móviles para optimizar procesos, demostrando que incluso las industrias más tradicionales pueden beneficiarse de la digitalización. En el futuro, avances como la inteligencia artificial, el blockchain y los vehículos autónomos seguirán redefiniendo la forma en que producimos, consumimos y nos relacionamos económicamente. Por ello, comprender y adaptarse a este nuevo paradigma no es una opción, sino una necesidad para cualquier negocio que aspire a mantenerse relevante en un mundo cada vez más conectado.

La visión de Cuba para la implementación de la Economía Digital, se contempla en el Eje 3 de la Agenda Digital hasta 2030, se centra en transformar los sistemas económicos, financieros, comerciales, logísticos y productivos mediante la introducción de tecnologías digitales. Este proceso busca impulsar el crecimiento económico y el bienestar social, modernizando los procesos de gestión, producción y distribución de bienes y servicios en todos los sectores. El objetivo general es claro: lograr una economía más eficiente, innovadora y sostenible, alineada con los principios de la economía circular y los servicios digitales.

Entre los objetivos específicos destaca el fortalecimiento del ecosistema digital, que incluye la implementación de nuevos modelos de negocio innovadores y el desarrollo de la industria TIC para aumentar su competitividad y capacidad exportadora. Asimismo, se prioriza la modernización de los servicios financieros, con acciones como la actualización de la infraestructura bancaria, la generalización de pagos digitales y la creación de esquemas de financiamiento eficaces, todo ello bajo un marco regulatorio seguro e inclusivo. Además, se establece la necesidad de medir con precisión el impacto de la economía digital en el PIB, mediante la creación de un observatorio especializado y métricas que evalúen seguridad, privacidad y protección al consumidor.

La transformación digital de sectores estratégicos es otro pilar fundamental, con énfasis en la agricultura, la industria nacional de software y el turismo sostenible. Se promueve la colaboración entre empresas, universidades y nuevos actores económicos para captar talento joven y fomentar la innovación. También se impulsa el comercio electrónico mediante el desarrollo de plataformas seguras y resilientes, junto a capacidades logísticas mejoradas. La Industria 4.0 se concibe como un motor de desarrollo, con la identificación de industrias líderes, la creación de un modelo de referencia adaptado al contexto cubano y la actualización del marco legal para fomentar la innovación empresarial.

La implementación de la economía digital en Cienfuegos avanza y ha logrado impulsar procesos como la bancarización de sus actores económicos, extensión de la banca remota, ampliación del pago de servicios vitales a través de plataformas con canales de pago digitales y la implementación de tiendas virtuales en el sector del comercio.

Tiene como principales metas impulsar nuevos negocios digitales, diseñar y aprobar indicadores para medir su impacto, y crear un mercado de datos que sirva de base para este ecosistema. Además, se busca expandir servicios financieros digitales en toda la provincia, respaldados por una modernización de la infraestructura TIC bancaria. Otro objetivo clave es perfeccionar las plataformas de comercio electrónico, garantizando mayor resiliencia y escalabilidad para fortalecer el intercambio de bienes y servicios.

La economía digital se afianza en la provincia, y su influencia seguirá creciendo a medida que la tecnología avance. Su capacidad para ofrecer eficiencia, globalización y oportunidades innovadoras la convierte en una variable fundamental del desarrollo económico. Tanto empresas como individuos deben aprovechar sus ventajas y prepararse para los retos que implica esta transformación, asegurando así su competitividad en un entorno en constante evolución.

Foto: Tomada de Internet

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Pablo Morales Concepción

Ingeniero Radioelectrónico. Director Territorial de Control del Ministerio de las Comunicaciones en Cienfuegos.

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