EDITORIAL: Economía cubana: un debate imprescindible
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El proceso de debate y análisis del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía adquiere una amplitud imprescindible. No se trata solo de estudiar un documento, sino de activar una responsabilidad ciudadana que permita, desde la reflexión colectiva, contribuir a la salida de la compleja situación económica que atraviesa el país, agudizada tras el paso devastador del huracán Melissa.
Este ejercicio cívico supone asumir que cada criterio y cada propuesta pueden tener un impacto real en la conducción del país.
La convocatoria a organizaciones políticas y de masas, órganos del Poder Popular, entidades y organismos para participar en la construcción colectiva del Programa es expresión de una democracia participativa que exige implicación directa.
Hasta el 30 de diciembre se extenderá este amplio proceso de consulta, concebido como el hilo conductor para avanzar en la recuperación gradual del país. La consulta no es un mero formalismo: pretende generar ideas y soluciones desde los escenarios concretos donde se manifiestan los desafíos, y articularlas en un proyecto nacional coherente y viable.
En esencia, se trata de un proceso político orientado a enriquecer y dinamizar el Programa, de manera que cada colectivo laboral, cada institución y cada territorio identifique cómo contribuir de forma concreta a su materialización. De esa manera, la construcción colectiva dotará al documento de mayor solidez, integralidad y actualización. A la vez, reforzará el conocimiento público sobre las acciones emprendidas y por ejecutar, creando condiciones para un seguimiento y control popular más efectivo.
El XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, previsto para los días 12 y 13 de diciembre, evaluará el cumplimiento de este Programa, en un contexto en que las máximas autoridades han insistido en la necesidad de divulgarlo, explicarlo y someterlo al escrutinio ciudadano.
Convocan al XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
No en vano, en julio pasado, Miguel Díaz-Canel Bermúdez subrayó la importancia de que la población conozca a fondo su fundamentación y su alcance, para que el apoyo no sea formal, sino comprometido y consciente. Ese respaldo informado es, precisamente, el que otorga legitimidad y fuerza a cualquier estrategia de transformación.
Como recordó ante el Parlamento el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, los retos son numerosos: desde la electricidad, el agua y los alimentos, hasta el transporte, los medicamentos, los precios y el fortalecimiento de las políticas sociales. Sin embargo, reafirmó que el rumbo trazado y lo previsto en el Programa son los correctos.
Es justamente en ese contexto que el debate ciudadano cobra una relevancia decisiva: porque la participación popular no solo enriquece las soluciones, sino que también construye sentido de responsabilidad compartida ante un desafío que pertenece a todos.
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