Béisbol Five: Del “cuatro esquinas” a la “resurrección”
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“¿Qué opinas del béisbol five?”, me soltó en estos días un colega, y al instante percibí que en su pregunta venía implícita cierta dosis de ironía, debido al revuelo alcanzado por el título mundial de Cuba en una “disciplina” que para algunos no es más que nuestro popular pasatiempo callejero de “pelota a la mano”.
Y quizás mi amigo lleve razón, pues pareciera que la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC) decidió “premiar” la trayectoria histórica de nuestro país en el deporte de las bolas y los strikes (que es real e incuestionable), al lanzar la tabla de salvación en medio de una tormentosa etapa que ya se extiende demasiado, y donde al menos el acceso a un podio constituye el mayor de los oasis en el más descomunal de los desiertos.

Tampoco están errados los que opinan que es una modalidad que favorece a la Mayor de las Antillas, pues la propia WBSC, al anunciar el proyecto para una nueva versión urbana de béisbol-softbol en 2017, reconoció que el mismo “se basaba en ‘las cuatro esquinas’, juego que nació en las calles de Cuba”, el mismo en que de una forma u otra se han involucrado casi todos los habitantes de esta isla.
La novedosa propuesta encontró enseguida adeptos, y ya en el verano de ese año, la WBSC, junto con la Federación Francesa de Béisbol y Softbol (FFBS), presentaron el Baseball5 en los Juegos de la Amistad en Bujumbura, Burundi.

En el propio 2017 la nueva disciplina recibió su primer reconocimiento internacional, cuando fue nominada para el Premio Peace and Sport en la categoría ‘Sport Made Simple’. En ese instante, el Presidente de la WBSC, Riccardo Fraccari, expresó: “La WBSC se siente orgullosa. Nos hemos centrado específicamente en crear una disciplina innovadora que sirva como una herramienta de fácil acceso y que brinde beneficios de desarrollo social y deportivo similares, pero con una versión menor y más simple del juego. Este importante proyecto de responsabilidad social se alinea perfectamente con nuestra visión de llegar a mil millones de personas en todo el mundo”.
Y por aquello de que “a caballo regalado…”, Cuba no dudó un instante en alistarse para la inédita aventura. La práctica oficial comenzó a nivel universitario, y vertiginosamente vinieron los primeros eventos nacionales e internacionales, hasta llegar a la I Copa Mundial, efectuada del 7 al 12 de noviembre de 2022 en Ciudad de México, con la participación de una docena de equipos de todos los continentes.

En esa primera edición, la selección cubana se llevó el cetro al transitar de manera invicta por el certamen, y derrotar en la final al cuadro de Japón, también por dos set a cero. A partir de ahí vendrían luego la corona universal entre juveniles, y hace unos días la retención del título de mayores, ahora en lid acogida por Hong Kong donde nuevamente dejaron a los nipones con las ganas en la discusión del banderín. Sí hubo cambios en el metal de bronce, pues dos años antes China Taipéi fue tercero, pero ahora ese lugar correspondió al plantel francés, vencedor sobre su similar de Venezuela.
En el plano individual, el cubano Briandy Molina, capitán del elenco de la Isla, volvió a merecer la distinción de Jugador más Valioso, reconocimiento también recibido en esta versión por su compañera de equipo Haila González.
Los propios jugadores cubanos reconocen que, aunque parezca un paseo, los logros no han resultado cosa de coser y cantar, pues el béisbol five cada día suma nuevos concursantes, y en la actualidad, según fuentes de la WBSC, ya existen más de 75 países practicantes. Incluso, se ha llegado a más de 100 en la asistencia a cursos y seminarios.
El escenario competitivo resulta un verdadero arcoíris de las más diversas regiones del planeta, y se realizan eventos clasificatorios en todos los continentes. Llama la atención el caso de África, calificado como el continente revelación en esta disciplina, por resultar el Baseball5 más asequible que el béisbol y el softbol.
Ya sea por su dinamismo, la pequeña área competitiva (un cuadrado de 18 metros), el escaso número de jugadores o por el hecho de solo depender de una pelota, el béisbol five ha irrumpido con fuerza en la arena internacional y, con el impulso de los cubanos, posee todas las papeletas para aspirar a convertirse en un deporte olímpico, aspecto que ya está siendo evaluado por la cúpula del COI.
Cierto es que la corona retenida por Cuba ha sido amplificada hasta el cansancio por nuestros medios, pero la reacción es lógica, pues salvo este alegrón y el reciente regalado por el cetro en la Copa Mundial de Béisbol para Ciegos, bien poco tiene de qué vanagloriarse la Federación Cubana, pues la afición lleva muchos años esperando por un renacer que cada vez se hace más oscuro, y ahora mismo existen más críticas que elogios ante la nómina anunciada de cara al Premier 12, próximo compromiso internacional de envergadura.
Así que a mi colega, al cual aprecio sobremanera aunque sé que su fuerte no es precisamente el deporte, le respondo que “al que Dios se lo dio…”.
Sencillamente en medio de una crisis que no parece tener solución a corto plazo, aprovechamos la cobertura para que el juego de “cuatro esquinas” saque la cara por nuestra pelota. Y ojalá ese sea el inicio de una “resurrección” más que necesaria para una disciplina que constituye, por derecho propio, Patrimonio Cultural de esta nación.
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