La CMHK en la memoria afectiva del pueblo
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La Emisora CMHK Casa Virgilio de Cruces fue una de las plantas radiales en la antigua provincia de las Villas, que jugó un papel importante en la divulgación y promoción de la música campesina.
Poetas como Héctor Clemente de la Torre, El Guajiro de San Miguel; Blas López Morales, El trovador complaciente, Merejo Martínez, que estimulaban a los oyentes para que compraran algún artículo en la India de Rodas, cantándoles una décima; Luis Gómez, el Dinámico, que llegaría a ser nombrado después con toda razón, El Rey de la Tonada Carvajal; Julio Durán; José Mora; Efren Martínez Calaña; Germán Travieso, Wilfredo Sacerio Acea, El Ruiseñor de Arizona; Ofelia García; Caridad Sánchez; Hermenegildo Núñez, El guajiro soñador; Rogelio Porres Reyes, El Sinsonte Romancero; Francisco Díaz Moreira (Panchito); Inocente Iznaga González, El Jilguero de Cienfuegos, y así, incontables poetas e ínterpretes, y músicos que fueron recibidos en la CMHK por Virgilio Villanueva, convirtiéndose de hecho, en un imperio de la cultura, no solo campesina sino en un referente cultural a tener en cuenta, por donde también estuvo la naciente Orquesta Aragón, que con pasos seguros, emprendió la senda de la música popular cubana con ojos de futuro.
La foto que acompaña este trabajo fue tomada precisamente en los estudios de la CMHK como obsequio de la peletería La elegante, en el año 1954. ¿El nombre del grupo (quinteto) La Elegante, de Julio Durán, quien llegó a ser junto a su esposa Ofelia García, también poeta, como una familia para Luis Gómez, cuando este bohemio al fin, era un correcaminos, de una parranda a otra?
En la foto, donada por el querido amigo Hermenegildo Núñez, aparecen de izquierda a derecha, Eugenio de Armas (guitarra), Estebalina Santos (cantante), Julio Durán (poeta y director), Ofelia García (poeta), y Rafael Sosa (wicho), en el tres.
Quizás sin proponérselo, Virgilio Villanueva, contribuyó a preservar, contra el tiempo y el olvido, lo más autóctono de nuestras tradiciones campesinas, junto a músicos, poetas, promotores naturales y admiradores, a sembrar en el fértil surco de la radio, que debe ser más comunitaria, la semilla de los hombres y mujeres, desde las mismas raíces del pueblo, tienen la hermosa tarea de hacerla germinar, como bastión infranqueable, contra la banalidad y el mal gusto.
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Mi padre Enidio y un tío fueron quienes trajeron y presentaron la Orquesta Aragón en la Habana
Gracias por sus palabras de mi abuelo y sobre la emisora mi padre y mi madre nos hablaban bastante.