Irving Frontela Rico: Talento, virtuosismo y versatilidad
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Por toda su obra como músico, incansable y muy trabajador, Irving Frontela Rico se ha convertido en uno de los violinistas más importantes de su generación.
Es innegable que lleva en su genética fuertes tradiciones musicales; de su mamá Juana Rico Montalvo, pianista; su abuelo paterno Regino Frontela Fraga, pianista y compositor, fundador de la orquesta Melodías del 40; sus tíos Jesús Frontela, bajista; Ariel Frontela, Ricardo Pérez, y su prima Jaqueline Pérez, todos pianistas; al igual que sus hermanas mayores, Ivet e Ivón Frontela Rico, dos magníficos exponentes de este instrumento también.
Comienza a tocar el piano desde muy pequeño en casa. Llega al violín, según sus propias palabras, de casualidad; lo descubre mediante la televisión. Inició sus estudios en el Conservatorio Manuel Saumell y continuó en la Escuela Nacional de Arte (ENA), donde sobresale desde muy joven como integrante de diversos formatos.
Su primera experiencia como músico profesional fue en el año 1995, con la agrupación de la cantautora Liuba María Hevia. Pasa luego a ser concertino y fundador de la orquesta Música Eterna, a cargo del Maestro Guido López-Gavilán. Anteriormente habían trabajado juntos en la orquesta de cámara que acompañó el Primer Festival Internacional de Coros de La Habana, siendo este el comienzo de una extensa lista de prestigiosos festivales a nivel nacional e internacional en los que ha participado.
Por su excelente desempeño, se convirtió en uno de los músicos preferidos en el ámbito de las grabaciones discográficas, colaborando con el violín y la viola. En 1996, formó parte de un “todos estrellas”, en el cual Irving fue el músico más joven. Ha estado en fonogramas de Liuba María Hevia; Pablo Milanés; Amaury Pérez; Frank Fernández; Dúo Dʼ Enigma; Los Van Van; Mayito Rivera; Guillermo Pedroso; Emilio Vega; Pancho Amat; Daniel Amat; Augusto Blanca; Ricardo Leyva; Tony Pedroso; Maureen Iznaga; Gerardo Alfonso y Tony Ávila. En 2001, después de su participación en el disco Llegó Van Van, lo convocan para ser integrante de esta agrupación, donde ha permanecido durante 20 años. Al respecto comenta:
“Aprendí muchísimo junto al maestro Juan Formell; lo tuve trece años al lado, hasta que muere en 2014. Era una escuela; cada palabra que decía yo la acomodaba a mis conocimientos. Su visión y experiencia de vida, me ha ayudado incluso en proyectos que he realizado fuera de la orquesta. Formell afirmaba que de seguir haciendo la música de los años setenta, no había ni avance, ni éxito; que todo tenía que evolucionar. Llegó un momento en que la música cubana necesitaba más fuerza. Estaban incorporándose a los grupos músicos egresados de las escuelas con un talento descomunal y que venían con sólidos conocimientos. Los arreglos ya no podían ser como en años anteriores. Por eso, a partir de ahí, los papeles no fueron tan sencillos, comenzaron a ser enriquecidos con recursos técnicos, variedad de ritmos y pasajes de influencia jazzística, que necesitaban destreza para poder ser interpretados y salieran con calidad.
“Varios músicos de épocas anteriores a nosotros ya no están; pero merecen todo el respeto del mundo, porque gracias a ellos tenemos nuestra música, que es parte de la evolución que iniciaron. Hay que darles valor a todos los que nos antecedieron. Por ejemplo, en mi caso, trato siempre de pensar en cómo la interpretaron, aunque yo lo haga diferente; pero siempre voy a escuchar la cadencia con que hacían el estribillo y la que tenía cada número. Lo único que estamos haciendo nosotros es enriqueciendo eso que ellos crearon. Soy un hombre que los respeta muchísimo, los valoro y les estoy muy agradecido”.
La pasión de Irving por la música de concierto y la importancia que da al estudio de la misma, los conocimientos y el dominio de la técnica, son constantes en su carrera. Ha unido su talento a figuras de primer nivel como el maestro Frank Fernández, junto a quien grabó, como concertino, el Concierto No. 21 K. 467 de W. A. Mozart para piano y orquesta.
Como pedagogo, ha impartido clases en la ENA y los conservatorios Manuel Saumell y Amadeo Roldán. En estos momentos destaca también como productor discográfico, obra que evidencia en el proyecto de Tony Ávila Atrapasueños (EGREM 2019), donde además, dirige la orquesta que acompaña el DVD; y su actual producción en el fonograma que realiza para la cantautora Liuba María Hevia.
Es un músico incansable, muy trabajador, que ha sabido labrar un camino en el que sus valores humanos, nunca van a ser opacados por su talento y virtuosismo.
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Lo conocí en la FIL de guadalajara cuando Cuba fue el invitado de honor por ahí en el 2002 o 2003, me regaló una mandarina después de que me subieron a bailar con Los Van Van. <3
Hace mucho tiempo que no lo veo mi nombre es Luis chong peires y me prestigio de ser parte de su gran familia que somos los que amamos la buena música
Lo he admirado por muchos años. Merece cada reconocimiento
Muchas felicidades, te admiramos por tu talento y tu carisma. Que tengas miles de éxitos