¿Cómo agradecer?

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Todos, alguna vez, hemos recibido apoyo material o afectivo de otros. Hay quienes hasta sufren al sentirse incapaces de corresponder a la ayuda que se les da. ¿Sería lo mejor, acaso, no pedirla ni aceptarla? ¿Existen vías para retribuirla?

Recuerdo los difíciles tiempos de la pandemia por el coronavirus. Tanto padecimos en Cuba y el mundo entero, que en ocasiones pienso preferible borrarlos de la memoria. No obstante, parece aconsejable remitirse a esa etapa tan difícil, para sacar enseñanzas que sirvan para el futuro.

Les cuento una breve historia:

Una persona allegada a mí se contagió; la fiebre – como a todos quienes lo padecimos – era implacable. La sabida carencia de medicamentos que afrontamos desde hace algún tiempo, había dejado a mi amiga sin una pastilla para bajar la temperatura, por lo que acudía a otros recursos caseros, aunque sin resultados. Preguntó a vecinos y hasta lo dio a conocer en Facebook. Aquel mismo día un vecino le dio dos tabletas. El asombro aumentó cuando una persona, a quien jamás había visto, tocó a su puerta y le entregó un blíster.

  • ¿Cuánto le debo? ¿Cómo se llama usted?
  • Nada me debe, señora. Usted la necesita y tengo otros. Y en cuanto a mi nombre, no se preocupe.

Pasados varios días, y en franca recuperación, mi amiga me comentó lo sucedido, al tiempo que lamentaba no conocer a aquella persona tan generosa que la ayudó en el momento que más lo necesitó.

  • Esas cosas me ponen mal. Lo menos que pudiera hacer sería… no sé, tener una atención con ella…

Al escuchar sus palabras le dije: – Entonces lo que tú quieres no es agradecer, sino “pagarle” el favor.

Mi amiga abrió los ojos bien grandes como si no entendiera. Al darme cuenta, le comenté:

  • Aquella persona te ayudó sin conocerte, y sin pensar recibir nada a cambio; por eso ni su nombre te reveló. Te vio en apuros, pudo darte su apoyo, y lo hizo.
  • Entonces, ¿qué hago?
  • Tienes a tu alcance una forma de recompensarla, al darles tu apoyo a otros que te necesiten sin que esperes recompensa alguna.

Recibir la ayuda de otras personas es motivo de alegría; basta para saber que el mundo no es todo lo malo que algunos quieren hacernos ver. Con nuestras virtudes y defectos, siempre hay destellos – unas veces más luminosos que otros – que invitan al optimismo y a la esperanza de que la bondad humana va mucho más allá de una mera utopía.

Cuando alguien ofrece su ayuda, se le debe aceptar. Para nosotros es la solución de alguna necesidad; para la otra persona es la oportunidad de crecer más en la escala humana. ¿No sería, acaso, un egoísmo nuestro impedírselo?

Es relativamente cierto que algunos “ayudan” con espíritu calculador, para ver “qué le sacan”, “qué ventajas pueden obtener” de otro, en un futuro. Por suerte no son la mayoría quienes parten de semejantes presupuestos.

En cuanto a la gratitud, mis amigos, esa nunca termina. Por pequeña que haya sido la ayuda recibida, en su momento pudo ser decisiva, incluso, para la supervivencia. Como reza un viejo refrán: “Que las glorias no olviden las memorias”.

Si en algún momento podemos ayudar a quien un día hizo algo por nosotros, hagámoslo con gratitud y desinterés, sin imaginar que le estamos “pagando” algo. De hacerlo así, lo más natural sería pensar que al corresponder una sola vez, ya pagamos esa deuda de gratitud.

¡Cuidémonos de ese proceder mezquino!

Correspondamos a quienes nos han ayudado alguna vez, siempre que podamos. Si no lo necesita, entonces demos nuestro auxilio – sin ningún interés – a otros que les haga falta, incluso sin conocerlos.

Quienes nos han apoyado alguna vez, fueron generosos. ¿Qué tal si cada uno de nosotros aprovecha la oportunidad de serlo también con otras personas, aunque no las conozcamos?

Si carecemos de recursos disponibles, ayudemos con palabras que consuelen, o un consejo. Esas, muchas veces, superan cualquier bien material.

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2 Comentarios en “¿Cómo agradecer?

  • el 16 enero, 2025 a las 10:07 am
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    Mucha razón tiene, Cadalso. Felicitaciones por esta otra bella crónica que llama a la reflexión. Me siento tocada por este tema porque soy alguien que ha recibido muchas ayudas casi milagrosas. Sólo quiero mencionar algo que hará sonreír a unos cuantos: agradeceré siempre a todos los que me ayudaron con la bibliografía de mi carrera. Tan es así que hice la promesa de ayudar en todo lo que pudiera a todo el que lo necesitara para sus estudios. Gracias a Dios pude cumplirla en muchas ocasiones. Como siempre mi agradecimiento y mis más respetuosos saludos.

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    • el 16 enero, 2025 a las 12:24 pm
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      Gracias Aida, lindo comentario. Coincido con usted, muy atinada esta publicación de Alfonso Cadalzo. Es muy reconfortante que siempre existan personas dispuestas a ayudar sin esperar nada a cambio y más en estos tiempos.

      Respuesta

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