Carolina: El dulce sueño de otra esperanza

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Las ruinas del asentamiento azucarero más importante del territorio, pertenecientes al antiguo ingenio-central Carolina —localizado hacia la costa norte de la bahía sureña—, pudieran convertirse en un destino turístico y patrimonial, si los sueños de la Empresa Tecnoazúcar y la Universidad de Cienfuegos (UCf) encontraran caminos de realización.

Un proyecto coordinado por ambos entes perfila el rescate y la preservación del lugar, a partir de criterios de sostenibilidad y desarrollo local que favorezcan e involucren a las personas residentes todavía en el viejo batey.

Norcaby Pérez Gómez, profesor titular de la UCf —específicamente del Departamento de Historia, de la Facultad de Humanidades—, constituye, junto a otros colegas, uno de los artífices de la iniciativa, llamada Carolina: Azúcar, Tradición y Cultura.

“El sitio posee excepcionalidades que lo sitúan dentro de los enclaves principales de la ruta del azúcar en el país, la cual se intenta recobrar desde hace tiempo. Por eso, allí pretendemos la construcción de un Centro de Interpretación del Patrimonio, con el objetivo de visibilizar las características del flujo productivo del ingenio-central. Incluso, existe la intención de crear un ranchón-cafetería con servicio de bar para la oferta de bebidas y comidas tradicionales, algunas derivadas de los platos que los negros preparaban en los barracones”, apuntó.

De acuerdo con el catedrático, el proyecto busca también incorporar paseos a caballo y a pie por los senderos de dicho asentamiento rural, ubicado en los límites del municipio de Cienfuegos. Otro atractivo sería la navegación por el río Damují, por donde viajaban las mieles producidas en aquella industria.

Asentada en investigaciones previas, de la autoría de Orlando García Martínez e Irán Millán Cuétara, la idea no solo pone en valor real ese vínculo universidad-empresa tan requerido por las autoridades gubernamentales cubanas; introduce resultados de las ciencias sociales y humanísticas en función de enriquecer el turismo citadino de la Perla del Sur.

Los artífices del proyecto de rescate del batey Carolina han realizado visitas al asentamiento para diagnosticar las situaciones allí existentes. / Foto: Cortesía de Tecnoazúcar
VESTIGIOS DE UN MONUMENTO

El coloso de Carolina, fundado en 1835 por el norteamericano William Hood Clemens, se sumó al grupo de centrales que iniciaron entonces el más violento boom azucarero de la nación, como así lo describe Manuel Moreno Fraginals en su texto El Ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar.

Una década después, ya en la jurisdicción de Cienfuegos las exportaciones del rubro crecieron hasta siete veces más y luego, en medio de la Guerra de los Diez Años, continuó el crecimiento. Durante este periodo —reseña la tesis de diploma del arquitecto Daniel Rodríguez Eguiguren—, el central asume modificaciones tecnológicas sustanciales.

“Se instalan dos molinos, uno francés de marca Brissoneau y otro norteamericano de tres masas fundido en La Habana en 1869 de marca H. Ross; y una máquina de vapor norteamericana de la firma H.G. Morris. Después se le agregan evaporadoras, centrífugas y mezcladores de la fundición West Point E.U.A. de 1872 y otras mejoras como el sistema de ferrocarril ‘portátil’ alemán Koppel que vincula al ingenio con gran parte de las caballerías sembradas de caña”.

No por gusto, cuando la veterana instalación dejó de moler, el batey de Carolina trascendió como el sitio de su tipo de mayor relevancia arquitectónica, arqueológica, histórica e industrial de Cienfuegos. Tales valores lo llevaron a ostentar la condición de Monumento Local desde 1990, hasta que en años recientes debió retirársele, a tenor del progresivo deterioro.

Entonces, Clara Estrella Soto Bermúdez, directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, comentó sobre la implementación de acciones para responsabilizar a los propietarios legales de estos inmuebles con su protección y salvaguarda, conforme con los reglamentos y leyes en vigor. “Se estrechan —dijo— relaciones fuertes con las entidades del sector azucarero para continuar el registro y control de los sitios patrimoniales asociados a esta industria, con vistas a tomar decisiones para su dictamen y preservación”.

La situación descrita era casi desconocida cuando los expertos de Tecnoazúcar y la UCf comenzaron a dar los primeros pasos del proyecto. “Allí, en Carolina, hoy quedan un grupo de restos de las construcciones de la época y de la maquinaria utilizada. Aunque no pueda salvarse todo, el propósito es rescatar la mayor cantidad de objetos y conservarlos. Sabemos que algunos, hasta pertenencias del fundador del ingenio, están en manos de los pobladores del asentamiento, quienes alegan que solo los entregarán cuando vean una transformación concreta del lugar donde viven”, expresó Pérez Gómez.

PASAR A LOS HECHOS

Tras su fundamentación, la iniciativa Carolina: Azúcar, Tradición y Cultura dispone de una primera versión del producto turístico y patrimonial y se halla actualmente en la etapa de diagnóstico. “Hemos efectuado visitas para el reconocimiento de los valores que existen en el sitio y nos falta volver otra vez para entrevistar a los vecinos de la comunidad.

“Este —añadió el profesor Pérez Gómez— es un poblado que requiere la intervención del Gobierno, sobre todo en los barracones que aún mantienen la fortaleza, en aras de mejorar las condiciones de vida de las personas. A nosotros nos corresponde identificar el escenario imperante para evaluar cómo desde la gobernanza, con la participación del sector del Turismo y la Universidad, pueden impulsarse cambios”.

La creación de círculos de interés afines al proyecto, dirigidos a los niños y adolescentes de Carolina; el rescate de la siembra de caña y el fomento del cultivo de frutales —muy común en la zona—, figuran entre las estrategias diseñadas, en función de procurar la sostenibilidad socioeconómica.

De materializarse, “ello va a permitir la valorización de un grupo de tradiciones que estaban perdidas y forman parte del acervo económico e histórico de la nación cubana. Por tanto, algunos de esos hombres y mujeres que conocieron del auge azucarero del lugar tendrán la oportunidad de revivirlo desde otro prisma”, concluyó Pérez Gómez.

Así, una nueva esperanza se cierne sobre el viejo y olvidado batey, mientras aguarda el más dulce de los desenlaces.

Vivienda asociada al ingenio-central Carolina, fundado en 1835 por William Hood Clemens. / Foto: Archivo

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

4 Comentarios en “Carolina: El dulce sueño de otra esperanza

  • el 23 septiembre, 2023 a las 9:29 am
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    Ojala se concrte ese proyecto y no se siga perdiendo entre escombros y malezas el patrimonio cultural azucarero tan bello que habia en nuestra provincia y se fue destruyendo de a poco luego de la Tarea Alvaro Reynoso, donde Centrales como Espartaco, Maltiempo, Ramon Balboa, Martha Abreu y otros hoy parecen salidos de escenas cual peliculas del lejano oeste.

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  • el 22 septiembre, 2023 a las 8:47 pm
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    Sueño que estamos dispuestos a materializar por el bien del patrimonio histórico azucarero y la comunidad. Se fortalece el vínculo Universidad (Universidad de Cienfuegos #MiCasaUCf -Empresa (UEB Tecnoazúcar. Cienfuegos)

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  • el 22 septiembre, 2023 a las 9:03 am
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    Me encantan sus artículos sobre los inmuebles patrimoniales, que lástima que en nuestra provincia la mayoría se encuentre en tan deprimente estado; sin duda la industria azucarera fue portentosa y tuvo una maquinaria muy bien engranada que hoy se muestra adolorida bajo el abandono, la despreocupación y el vandalismo. No sé si ha visto las construcciones de La Josefa, un día estuve de pasada y las ruinas me sorprendieron, no imaginé que allí hubiera existido un batey. Que distinto y hermoso sería que en la actualidad se contara con esas instalaciones restauradas y fueran parte de la ruta del azúcar. Soy de ciudad pero, exceptuando la esclavitud, todo lo demás me parece muy interesante. Estuve en San Isidro y en Manaca Iznaga cercanos a Trinidad y son lugares maravillosos.

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    • el 22 septiembre, 2023 a las 1:45 pm
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      Agradezco su comentario y coincido con sus argumentos. En Cienfuegos, y probablemente en Cuba, existen deudas significativas con el patrimonio azucarero, ya no solo con los inmuebles y comunidades donde estos se asientan (la mayoría viviendo entre el olvido y el deterioro); también con las tradiciones y costumbres afines.

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