Ariadna Cuéllar, entre cuerdas, acordes y emociones

Cuentan que una hermosa cortesana de la ciudad italiana de Ferrara que escuchaba embelesada a un juglar, exclamó exultante en pleno auge de la música del Renacimiento: “Arpas, cítaras, guitarras… ¡Oh, la Música…; hermosura del tiempo! ¡Qué placer es vivir…!”.