Vindicación de Cuba, más allá de los outs y los strikes

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Una vergüenza enorme se siente cuando parte de la emigración cubana “despotrica” de los nacionales que quedamos de esta orilla, porque sencillamente decidimos vivir en nuestra tierra, la que nos vio nacer, donde están nuestros viejos, y permanecen los sueños a pesar de difíciles coyunturas económicas, políticas y sociales. La emigración es un fenómeno tan viejo como la humanidad.

Es la era de la internet y ya nada es igual. Generar contenido oprobioso contra Cuba se ha vuelto un negocio redondo, que da hasta para comprar un rancho en Florida, ¡y miren que los bienes raíces son caros! Incluso, muchos naturales llegar a morir allí sin casa propia; pero parece que el business da para mucho más que comer.

A menudo, entre amigos y familiares, traigo a colación que el béisbol casi ha dejado de ser el deporte nacional para cambiar por aquello de: “hablar basura en las redes sociales”. ¿Dónde quedó la credibilidad, la inmediatez y la confianza en lo que se lee y comparte? Pero ahí están, los dueños del mundo, de la internet y la tecnología, para apoyar la guerra mediática y desleal contra Cuba desde su territorio.

Entre los artículos que más he leído de José Martí cuenta una carta-réplica publicada en el periódico The Evening Post, de New York, el 25 de marzo de 1889, en respuesta a un comentario ofensivo contra los cubanos, también publicado en la prensa, en  The Manufacturer, de Filadelfia y reproducido en The Evening..; resulta un testimonio de defensa a los valores patrios, de quien nos alertara con posterioridad y tempranamente, de los peligros del Norte que nos quería y quiere de su propiedad, y por supuesto, permanece en contra de la independencia.

Pues igual ocurre hoy, se trata de un intento de colonización contemporánea, de la que están participando muchos coterráneos en papel de malinches o rayadillos, para obtener anuencia y dinero, cuando ya mucho antes la emigración cubana había demostrado que es con el trabajo cómo se obtiene el respeto.

Mucho hemos leído sobre la rivalidad beisbolera en el “clásico del Clásico 2023”, el juego Cuba Vs. Estados Unidos de América, ¿se imaginan qué lindo y disfrutable hubiese sido un juego puramente deportivo? Pero no, entre nuestras naciones impera una relación de odio y amor.

Desde hace mucho permanece guardado bajo siete llaves el convenio de la Federación Cubana de Béisbol con la MLB, ¡qué diferente sería la historia con este documento firmado y en práctica! Solo para recordar, podríamos traer a colación el Salón de la Fama de este deporte, localizado en Nueva York, en el que permanecen seis cubanos, por lo que Cuba resulta el país extranjero con más representantes.

La más reciente elección: Orestes Miñoso y Tony Oliva, sitúa a Cuba, con seis jugadores, hasta por encima de los mayores exponentes latinos del juego. En el Salón de Cooperstown está el cienfueguero Cristobal Torriente “Carlos”, quien jugara en la Ligas Negras de EE.UU, de 1913 a 1932; y Martín Dihigo, matancero devenido crucense.

Cuba y Estados Unidos tienen una relación de amor y odio, y muchos paradigmas deberán ser cambiados en el deporte nacional, pero en esa emigración que data de siglos, desde los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, de José Martí, de cuando se escribieran réplicas en periódicos norteamericanos en defensa de los nacionales, ya había cubanos dignos que vindicaban a la Patria, más allá de los outs y los strikes.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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