“Viejos recursos para nuevos turismos”

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La noticia reciente de que la cadena hotelera ibérica Meliá operará hoteles en Cienfuegos fue acogida con beneplácito por los pobladores de esta zona del centro-sur de Cuba, quienes siempre hemos pensado que poseemos un potencial que supera el turismo de tránsito hacia Trinidad o la cayería norte de Villa Clara. Esta provincia tiene mucho que mostrar y compartir con quienes viajan a Cuba, más interesados en su cultura e idiosincrasia, que en un baño de sol y playa, o la evocación erótica de la mujer mestiza.

En una conferencia magistral sobre el tema del turismo cultural, el Dr.C Jesús Guanche Pérez, reconocido antropólogo sociocultural cubano, llamó la atención sobre todo cuanto puede hacerse en ese sentido, porque al tiempo que las comunidades podrían beneficiarse desde lo económico, y percibir en bolsillos y mesa, al gestionar su propio patrimonio hacia el turismo y desde la cultura, también podrían revertirse las ganancias en el mantenimiento y conservación de sitios de carácter histórico, pues el turismo cultural es un instrumento de desarrollo local y regional.

Y sí, Cienfuegos tiene mucho para mostrar y ofrecer a quienes viajan al Verde Caimán en busca de conocimientos, y es imperativo que se haga, mucho antes de que dejemos de ser el lugar de moda y las habitaciones incrementadas queden vacías cuando la atracción desaparezca, y se pierda el interés por la Isla.

En la lista de paisajes naturales protegidos contamos acá con El Purial, Guajimico, Aguacate, Boca de Carreras y el Valle de Yaguanabo. Entre las reservas ecológicas: Pico San Juan; refugios de fauna: Laguna de Guanaroca y Punta Gavilán; y de los elementos naturales destacados: la cueva Martín Infierno (dentro de ella se encuentra una de las mayores estalagmitas del mundo) y El Colorado, así como la Ensenada de Rancho Luna. Basten estos ejemplos para ilustrar, y saquemos conclusiones hasta qué punto son explotados, en el mejor sentido semántico de la palabra, por el turismo, en el afán de aportar al arca común, a la vez que muestran las riquezas naturales que poseemos.

Pero la lista es larga en un Cienfuegos que posee potencial cuando de turismo trata el asunto. Lajas, la cuna de Benny Moré, ese músico enorme que es hijo de esta tierra, y que descansa allí, adonde han venido a cantarle tantos otros bardos,debería ser más visualizada, tal como su Casino de los Congos, templo religioso donde se baila la danza de la bandera, única ceremonia de su tipo en Cuba, momento patriótico que ya tiene más de 130 años. Por la carretera del Circuito Sur, camino a Trinidad, encontramos a Soledad del Muerto o Pepito Tey, para no entrar en dicotomías de gentilicios, lugar que posee un entorno que tiene o tuvo, una fábrica de azúcar, un patrimonio arquitectónico de viviendas estadounidenses de principios del siglo pasado y un jardín botánico que fuera unidad docente de la Universidad de Harvard.

“Viejos recursos para nuevos turismos”, al decir del Dr. Guanche, puesto que a través de la puesta en valor de recursos del patrimonio, se recupera la herencia de los antepasados y se le integra a proyectos de desarrollo local a través del turismo. Allá en Cumanayagua, con su macizo de Guamuhaya, tierra del café, podría ampliarse al público extranjero la ceremonia donde se cata el néctar y se beneficia el grano, ese que va en su versión gourmet hacia el mercado europeo o japonés. Porque esa también constituye parte de la cultura cubana, y del patrimonio de esta nación. Pero la diversificación del turismo, esa apertura, deberá siempre tener en cuenta a las comunidades, que pueden ser incluso grupos humanos, y ejemplifico: los trabajadores de la fábrica de tabaco torcido de Cienfuegos, visitada a diario por turistas que vienen en paquetes e incluye un pago por conocer, in situ, sobre el producto y su artesana fabricación, no perciben nada de lo recaudado, ni en el mejoramiento siquiera de las condiciones de trabajo a partir del aporte.

Aplicar la idea de un socialismo próspero y sostenible tiene que ser necesariamente con, por y para las comunidades a través de la complementariedad de las instituciones estatales. El Estado es un medio y no un fin del desarrollo socioeconómico y cultural, al decir del antropólogo.

Queda a los decisores y especialistas del Turismo y la Cultura, desde lo profesional y con visión localista, diseñar políticas y estrategias que se enrumben por este camino que se desbroza, pero que abre oportunidades de desarrollo siempre y cuando resulte responsable, sostenible, con equidad e identidad en función de buenas prácticas.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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