Urbicio Castellanos: El más longevo de los improvisadores de Cienfuegos

Llegar a San Fernando de Camarones en el Aniversario 307 de su fundación, es como abrir las páginas de su fabulosa historia, la de sus hombres y mujeres, nobles y serviciales, que viven más que orgullosos de ser hijos de esta tierra, cuna de poetas, músicos, deportistas, científicos y patriotas.

Cuenta la historia que lleva su nombre en honor al rey español Fernando VI y también por la abundancia de estos crustáceos en el rio Caonao. Algunos lo llaman San Fernando de los Camarones.

Rolando Macías y Miguel Ángel Iglesias, el primero destacado pelotero y el segundo comentarista deportivo. Jorge Villazón, querido e inolvidable actor del cine y la televisión cubana. Oscar Álvarez, el científico mayor, a decir de Reinaldo Taladrid. De Camarones también era Ramón Sabat creador de la primera fábrica de discos, La Panart y el General de Brigada Emilio Herrera Guada, informaciones facilitadas por el investigador y excelente promotor cultural Raúl Cazorla Pérez. Aunque no nació en Camarones, se convirtió en hijo pródigo del pueblo, Francisco Otero Vázquez, Pitín, El Turpial de Carolina o El Lorca Cubano, según afirmación de Jesús Orta Ruiz, El Indio Nabori. Imposible sería, por el espacio y la amplia lista de músicos camaronenses que han enriquecido el pentagrama, enumerarlos en este trabajo, con el temor siempre, de dejar de mencionar a alguien.

Parte del numeroso grupo de poetas que ha dado este pueblo se encuentra el más longevo de nuestros improvisadores, que responde al nombre de Urbicio Castellanos Martínez, nacido el día 1ro de abril del año 1924 y ya, con siete años, lo subieron en una improvisada tarima, prácticamente al balbucear algunos versos quizás aprendidos o señal anunciadora de un futuro poeta que ha llegado hasta el presente con una obra impresionante, pero, como ha sucedido con muchos creadores, poco promocionado, salvo en algunos eventos de las tradiciones campesinas o por iniciativa propia.

Urbicio compartió escenarios con decenas de poetas, entre los que pueden mencionar, Luis Gómez, Wilfredo Sacerio Acea, Rogelio Porres Reyes, Modesto González, El Cubanito, Francisco Echazabal Álvarez (frankestén), Jerónimo Suárez, El Damujino, Jesús Herrera, el famoso Casimbero, René Madrazo, Paulino Ojeda, El ruiseñor habanero, Efrén Martínez, René Espinosa, Oscar Alejo Soler, Benedicto Ortiz y con Juan Graña, quien fue hasta su fallecimiento en agosto del 2017, el más longevo, con 103 años.

Reconocido con el seudónimo de “El Poeta Fernandino”, Urbicio fue fundador de los conjuntos campesinos, Fernandino, Rumores del Caonao y Serenata Campesina.

En el año 1977 representó a Cienfuegos en la Jornada Cucalambeana en Victoria de Las Tunas. En su itinerario poético trabajó en las emisoras CMHK, Casa Virgilio de Cruces, en la CMHJ de Cienfuegos y en la actual CMFL, Radio Ciudad del Mar, así como en Radio Progreso.

Tomó parte Urbicio en diferentes festivales donde obtuvo numerosos premios y menciones, en competencias de Décima Libre, Controversias y Pie Forzados. Junto a otro poeta, Luis Dueñas, protagonizó un simpático dueto, conocido como “Los Sordos de Cañón”, al estilo de los inolvidables Chanito Isidrón y Eloy Romero, que hicieron época a través de la radio nacional. Increíblemente, con 97 años y 9 meses, el pasado 22 de diciembre, en un inolvidable encuentro con los trabajadores de la Casa de Cultura Francisco Otero, Nancy, su directora, Oropesa quien atiende literatura, Magdiel, poeta aficionado y Raúl Cazorla Pérez, promotor por excelencia y viejo amigo. Pues bien, Urbicio nos recito innumerables obras poéticas, sobre todo, las que hacia Luis Dueñas en el “Sordo de Cañón” y las que el dedicaba a temas musicales, como la que sigue, tomada de una canción mejicana.

Cielo santo que se ha hecho/ mi noviecita querida/ la miro como perdida/ por un camino maltrecho/ Mi corazón, ya deshecho/ ha perdido su albedrío/ Yo quiero saber Dios mío/ por donde fue su cruzada/ si se fue por la cañada/ o por la orilla del río…/

Esta décima y otras tantas permanecen vivas en la memoria afectiva de este poeta, y forman parte indisoluble del acervo cultural de los hombres y mujeres humildes de la Cuba profunda, a la que todas y todos tenemos el deber de preservar y defender… ¡Enhorabuena, Urbicio!