Unificación monetaria en el horizonte de Cuba

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Hay palabras que marcan épocas, que definen futuros. Y cuando se escriba sobre la economía cubana de este siglo, términos como dualidad y unificación monetaria no faltarán en las reseñas económicas o las anécdotas populares, porque todo lo que marca mucho la vida de un pueblo también pasa a la historia nacional.

La unificación monetaria y cambiaria–coinciden los expertos– es condición necesaria, aunque no suficiente, para reordenar y actualizar la economía nacional, ahora sumida en una crisis agravada por los impactos de la pandemia de la COVID-19 en el sistema productivo global y el endurecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

Con el fin de conocer cuánto nos afecta la dualidad monetaria y cambiaria, sus antecedentes históricos y cuál sería el entorno ideal para desarrollarnos, conversamos con expertos del Banco Central de Cuba.

ORÍGENES DE LA DUALIDAD MONETARIA Y CAMBIARIA

Eran los años ’90 del siglo pasado. La extinción de la URSS y la desintegración del Campo Socialista golpeaban con dureza a Cuba. Entre 1989 y 1993, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de casi un 35 %; el consumo de combustible disminuyó a menos de la mitad, y el comercio exterior se redujo en más de un 80 %, pues la Isla acababa de perder las relaciones que por más de 30 años había sostenido con los países socialistas.

Quien aborda el tema es Mercedes Yolanda García Armenteros, directora de Estudios Económicos del Banco Central de Cuba. Ella, con voz pausada y experta, comenta que, en esa época, el déficit fiscal se elevó hasta un 33 % del PIB debido a que se mantuvieron los gastos relacionados con la población: salarios, subsidios de los productos normados y  programas sociales, entre otros.

Paralelamente, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. a Cuba se vio reforzado, y eso, junto a todo lo anterior, generó el desabastecimiento de productos en los mercados minoristas y desató fuertes desequilibrios monetarios, explica García Armenteros

Esta situación generó un proceso de «inflación reprimida», en el cual el dinero en manos de la ciudadanía superó la capacidad para ofertar bienes y servicios, cuyos precios no subían, lo que agravó el desabastecimiento de los mercados, ya golpeados por la caída de las importaciones en un 75 %.

No obstante, aun en esas circunstancias, el Estado consideró respetar los niveles de salarios y subsidios, con el fin de proteger al pueblo.

El peso cubano perdió su poder adquisitivo de forma acelerada, así como sus funciones como medio de cambio, reserva de valor y unidad de cuenta, detalla la especialista, quien añade que el nuevo contexto facilitó las condiciones para una dolarización de facto, manifestada en el mercado informal.

Los dólares provenían del incipiente turismo, las remesas y de los viajeros que  llegaban al país. El dólar, entonces, asumió las funciones dinerarias del peso cubano y la tasa de cambio llegó a alcanzar alrededor de los 150 pesos por dólar.

Bajo ese contexto, en 1993, se diseñaron un grupo de medidas para reactivarla economía, reinsertarla en el mercado internacional y atender los importantes desequilibrios macro económicos que sepresentaban. El conjunto de medidas fue discutido en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Entre las más importantes decisionesadoptadas se incluyó la despenalización del uso y la tenencia del dólar para los cubanos; la apertura de tiendas recaudadoras de divisas, el incremento de las exportaciones de servicios y, en particular, del turismo, la apertura gradual de la inversión extranjera y la autorización de las entradas de remesas desde el exterior.

Se permitió que los principales exportadores retuvieran parte de las divisas que ingresaban y que determinadas transacciones entre empresas se realizaranen USD, todo lo cual –junto al estímulo y aumento de las exportaciones de sectores priorizados para incrementarlas entradas de divisas– permitió la reanimación gradual de la economía.

PROCESO DE SANEAMIENTO DE LASFINANZAS INTERNAS

La Directora de Estudios Económicos del Banco Central de Cuba señala que la dolarización nunca alcanzó la totalidad de la economía, pues los salarios, la seguridad y asistencia social, los servicios, los productos normados y muchas otras actividades se continuaron realizando en pesos cubanos.

En 1994, se llevó a cabo un saneamiento de las finanzas internas, que incluyó la eliminación de un grupo de gratuidades y subsidios, así como la posibilidadde que las personas pudieran cambiar sus pesos por usd.

En diciembre de ese año se introduce el Peso Convertible (CUC) para las transacciones en la red comercial que opera en divisas, en paralelo con estas.

En los años 2003 y 2004, el nivel de recuperación económica alcanzado permitió el inicio de la retirada del dólar de la circulación, primero en el sector empresarial (2003), donde se eliminó de las relaciones comerciales inter empresariales y se sustituyó por el CUC.

En 2004 empezó el proceso de retiradadel usden el sector de la población como medio de pago. Desde ese momento, en la comercialización de productos en el país coexistían las dos monedas nacionales, el peso cubano y el convertible, estableciéndose, de hecho, una dualidad monetaria.

En el año 2011, a partir de los Lineamientos del VI Congreso del PCC, se orientó la unificación como parte del proceso de ordenamiento monetario de Cuba.

LA OTRA CARA DE LAS DOS MONEDAS

Al terminar la primera década del siglo XXI, las condiciones socio-económicas de la nación habían variado con respecto a los últimos años del siglo anterior. Las medidas lograron detener el desplomede la economía y comenzó su recuperación gradual desde el propio año 1994.

Ian Pedro Carbonell Karell, especialistade la Dirección General de Políticas Económicas del Banco Central, explica que el fenómeno de la dualidad tiene problemas subyacentes que deben solucionarse con urgencia.

Uno de ellos es la dualidad monetaria en sí, y otro es la dualidad cambiaria, que establece tipos de cambio diferentes entre las monedas nacionales, y entre ellas y las divisas extranjeras. Esto genera distorsiones en el sector empresarial y en la forma en que la población interactúa con él.

Asociado a la dualidad, uno de los problemas que requieren mayor atención es el tipo de cambio en el sector empresarial (de 1 CUP igual a 1 CUC igual a 1 USD), que es lo que llamamos«sobrevaluado», lo cual representa un freno para las capacidades productivas,desestimula a los exportadores y favorece las importaciones.

También, dice el especialista, esta situación tiene un efecto considerable en el funcionamiento y el balance contable de las empresas, y dificulta la medición de los hechos económicos y el efecto que deben tener los incentivos.

En el sector de la población, continúa, las dificultades están relacionadas,sobre todo, con los procesos engorrosos que genera tener que usar dos monedas nacionales, lo cual se ha ido corrigiendo con la posibilidad de usar ambas en muchas instalaciones.

Asociado a la dualidad también se produceen muchos casos la desconexión interna entre el precio minorista y el precio mayorista.

UN ENTORNO IDEAL PARA EL DINERO EN CUBA

En el Banco Central de Cuba, Karina Cruz Simón, especialista de la Dirección de Estudios Económicos, asume el reto de responder cuál sería el entorno ideal, en Cuba, para que el dinero cumpla susfunciones.

Cruz Simón plantea la «estabilidad» de la moneda nacional como la clave, lo que «se logra garantizando que los procesos de emisión de dinero se correspondancon la evolución de la economía real o productiva».

Entre los procesos que pueden atentar contra esa estabilidad se encuentran los inflacionarios, que ocurren cuando existe demasiado dinero en circulación y cuando se elevan los precios, lo que afecta el poder adquisitivo de la moneda y su credibilidad.

También se puede generar escasez (inflación reprimida), excesos de liquidez (ahorro forzoso) y mayor protagonismo de los mercados informales, todo lo cual también daña la estabilidad y poder adquisitivo de la moneda.

Un escenario favorable para que elpeso cubano pueda cumplir con sus funcionesy se logren preservar los equilibrios macro económicos, implicaría –argumentala joven especialista– un tipo de cambio que acerque la oferta y la demanda de divisas; la existencia de reglas claras de emisión monetaria, para queen la economía haya justo la cantidad dedinero necesaria, y la disciplina entre los ingresos y gastos del Gobierno (control del endeudamiento público).

Además, destaca, es importante la coordinación entre los organismos encargados de conducir las políticas macro económicas, así como transitar de una dirección administrativa al uso de instrumentosfinancieros, para que los precios puedan ofrecer señales para un mejor desempeño de los consumidores, productores y la planificación general de la economía.

Igualmente, añade la importancia deque exista una oferta estable y de calidadde bienes y servicios que puedan ser adquiridos en la moneda nacional, y la necesidad de crear condiciones que estimulenque las personas y las empresas ahorren yobtengan créditos en la moneda nacional.

La economista también precisa la importanciade la superación de todos losinvolucrados en convertir este entornoideal en lo más real posible para Cuba.

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Granma

Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Fundado el 3 de octubre de 1965. Disponible en la web como diario desde julio de 1997.

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