¿Una “plaza” para cuentapropistas?

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Desde 2013 las cosas nacieron bifurcadas. Tuvo como sostén el suelo estatal, y el tiempo pasó; pasó tanto, que su hábitat en ese lugar se entendió como eterno. Por eso, cuando llegó la decisión gubernamental de arrancar los ocho puntos de alimentos ligeros de la Plaza de Cumanayagua, el eco del impacto sobrepasó los límites geográficos de ese municipio.

Varios lectores llamaron a la Redacción para alertar sobre la situación de los cuentapropistas en ese territorio: ¿Qué va a pasar con ellos? ¿Quién garantiza ahora esas ofertas en el área? ¿Por qué los quitaron, si Gastronomía no tiene mejores opciones?

En un sitio donde las ofertas culinarias de los establecimientos estatales no son ideales, laboraban desde hace varios años los trabajadores por cuenta propia. Actualmente sumaban 33 los ubicados en los márgenes de la Plaza, de ellos, ocho titulares, quienes fueron desplazados a finales de la semana anterior con varias propuestas para su futuro, aunque estas les resultaran cuestionables o poco halagadoras.

“Nunca se nos informó que nos iban a dejar sin empleo, siempre dijeron que nos buscarían un lugar, opción que ahora no tenemos. Al pueblo le anunciaron por la radio que nos iban a dar el antiguo mercado ubicado detrás de la farmacia, pero a nosotros nos comentaron que vendrían el lunes a decirnos oficialmente lo de esa opción y no vinieron”, explica la titular Andrea González Sarduy.

“Por terceras personas me he enterado que los puntos de nosotros que están al frente también debemos romperlos, porque ahí van las jardinerías; y yo me pregunto: ¿van a cambiar comida por jardín? ¿No puede existir la posibilidad de extender nuestro servicio hasta que entre la construcción definitiva? ¿En qué tiempo van a terminarla?”, cuestionó Daniel Díaz Fernández, otro de los afectados.

En 2015 se venció por primera vez el uso temporal del suelo que el gobierno de Cumanayagua les arrendaba a estos cuentapropistas y posterior a esa fecha, se hizo más latente la posibilidad de rehabilitar ese espacio como parte de un proyecto gubernamental y de exigencia popular.

“Ese uso nunca debieron darlo, y por ello fue analizado y sancionado quien lo autorizó. Desde entonces los defendimos hasta darle otras prórrogas porque no existía en lo concreto un proyecto para la Plaza. Estuvimos apoyando todo ese tiempo, hasta que llegó la decisión de intervenir allí. Hoy no tienen el uso temporal del suelo y no se les puede renovar”, aseguró Moraima Cabrera Pobeda, secretaria del Consejo de la Administración Municipal.

CAMBIAR EL RING, PERO SEGUIR BOXEANDO

A pesar de que la década de los 90 vivió una expansión del trabajo no estatal, no fue hasta 2010 cuando nuevas actividades y gestores protagonizaron una ampliación de esta modalidad. Desde sus inicios fue concebido para ejercerlo en la casa del titular, en un espacio arrendado o en espacios públicos aprobados por los consejos de la administración de cada territorio.

“Ese sitio estaría disponible hasta que al Estado le hiciera falta, ellos lo firmaron y lo sabían. Nosotros los protegimos al darles la oportunidad de seguir en la Plaza por un período de dos años; eso fue en 2013 y ya estamos en 2018. Después otorgamos prórrogas, pero ahora muchos estaban trabajando con el documento vencido. A partir del día 25 se comienza la reparación de la Plaza, según las posibilidades de nuestras instituciones. Lo que se va a hacer es repararla, no el proyecto grande”, asegura Merardo Pérez González, director municipal de Trabajo y Seguridad Social e integrante del Grupo de Atención al Trabajo por cuenta propia.

Anteriormente la Plaza contaba con las ofertas de los cuentapropistas. /Foto: cortesía de los entrevistados.

En este punto la decisión se torna irreversible; los cuentapropistas no poseen una propiedad sobre el suelo y el Estado necesita hacer uso de su tierra en respuesta a los planteamientos de la población acerca del mal estado de la Plaza. Entre las opciones manejadas figura un sitio también público, ubicado detrás de la farmacia principal, o el arrendamiento de alguna de las 62 viviendas que poseen esa licencia en el municipio.

“El área que nos ofrecen es un urinario después de las 5:30 de la tarde. ¿Higiene y Epidemiología lo aprobó para nosotros elaborar alimentos? Esa área está en muy mal estado y casi no pasa gente”, alega uno de los empleados contratados.

Varios cuentrapropistas muestran su inconformidad con esa propuesta debido a las condiciones que exhibe el lugar en desuso y semiconstruido, propiedad de Comercio y Gastronomía. Un contexto donde proliferan algunas indisciplinas sociales y el escaso tránsito de clientela son las principales razones que aducen como negativas para los negocios. Lo cierto es que el Estado no está obligado a ofrecerles esta opción a quienes deciden trabajar con sus propios medios; quizás el carácter paternalista de nuestra sociedad nos confunde y hace suponer que tales derechos existen, aunque no estén amparados por la ley.

Por otra parte, los requerimientos mínimos para la elaboración de alimentos ligeros hacen casi imposible que alguien les arriende la sala de su vivienda, cercando así las posibilidades existentes para realizar su actividad en un área de mayor afluencia de público. Independientemente de los contratiempos y de la ayuda social que representan, este es un reto que deberán asumir.

Desde agosto de 2017, algunas licencias están paralizadas temporalmente a nivel de país, entre ellas la de cafetería de alimentos ligeros. De no encontrar una solución plausible a su problema, los cuentapropistas deben seguir pagando sus patentes aun cuando no trabajen o entregarla sin tener una constancia de que serán renovadas próximamente.

“Si los titulares causan baja, están propensos a no poder incorporarse luego; también les aconsejamos dar de baja a los trabajadores contratados hasta que se definan los espacios y así no crean una obligación con el presupuesto del Estado”, agregó Maykel Romero Pérez, director de la Oficina Municipal de Administración Tributaria (ONAT), quien destacó además que los de la Plaza aportaron en el pasado año más de 82 mil 176 pesos al presupuesto, lo cual representa el 1,8 por ciento de todo el aporte de los cuentapropistas de Cumanayagua.

La cafetería El París, en Cumanayagua, cerrada por reparación.

Un recorrido por las instalaciones gastronómicas estatales cercanas a la Plaza sugiere la poca gestión de ese sector y sus escasas opciones, todo lo contrario a lo que ofrecían los cuentapropistas, sitios a los cuales será vital reforzar con alimentos, porque la demanda crecerá en estos tiempos. Mientras, otras más alejadas de este entorno se encuentran en reparación y no prestan servicios, dejando al pueblo en manos del encargo particular, una y otra vez.

Hasta la fecha existe un cronograma para la reanimación de la Plaza, aspecto positivo dado el nivel de desgaste que esta posee, el cual comenzará con el arreglo de los baños públicos, las aceras…, en espera del financiamiento que permita la ejecución del proyecto a escala macro.

Ayer se podía comer allí pan con minuta; mañana se podrá ver a los niños correr mientras empinan un papalote de siete colores, a los jóvenes sentados en rondas de WiFi…

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

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