Una ciudad, un parque, la vida (+Galería)

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No hay como hacer un tiempo para disfrutar las maravillas que nos rodean;  esas que están ahí cada día, pero de tanto apuro apenas le damos un vistazo.

Hoy hice la diferencia y decidí encaminar mis pasos hacia el Parque Martí, que cual corazón de persona de bien palpitaba sereno, tranquilo.

Aquí las fuentes que lo refrescan; allá las palomas y algunos niños jugueteando a alcanzarlas; un poco más distante transeúntes —en familia o solos— que cruzan de un lado a otro en una cotidianidad que trasluce ánimo y decisión para vivir esta primera fase de la recuperación y abrir caminos a una segunda que ya está muy cerca.

Un ambiente que motiva al sosiego y la calma, y también al asombro que provocan los restauradores —alipinistas que desde las alturas de las cúpulas del Palacio de Gobierno—, a la vera del Parque Martí,  reciben acciones bienhechoras que pronto nos las devolverán con más esplendor para avivar el orgullo por la ciudad que nos acoge.   

Es, sin dudas, un sitio para no perderlo de vista. Desde él y hacia sus predios fluye la vida de la ciudad que más le gustó al Benny Moré, con su Glorieta, su arco de Triunfo, sus leones y la Roseta que marca el punto fundacional de la urbe bicentenario, la única ciudad  fundada por franceses en Cuba.

Cienfuegos tiene de todo un poco: sol bueno, mar de espuma y un parque espectacular: el Martí.

Está decidido, tengo que  hacer el tiempo y repetir más veces el recorrido por este sitio tranquilo e inmejorable para pasear con la familia. El impacto en el espíritu individual y colectivo, bien lo vale.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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