UBPC Malezas: Los ejes de su carreta

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Son otros tiempos, otro mundo aparentemente distinto al del folclórico argentino Atahualpa Yupanki, autor de Los ejes de mi carreta. Sin embargo, sentí su melodía evocativa, de esa emoción que trasmiten versos de nostalgias de hombres que desbrozan la campiña para ganar el sustento en la Unidad Básica de Producción Cooperativa UBPC Malezas, del municipio de Cruces.

Son productores de cultivos varios, en líneas tan importantes como frijol, arroz, maíz, boniato, yuca y fruta bomba. También atienden ganado lechero.

Diosvany Mayor Sánchez tiene 43 años, es nativo del lugar y se desempeña como almacenero: “Mis padres son de aquí, mi papá está jubilado, pero aún ejerce como custodio, por eso estoy orgulloso de que haya buenos resultados. El frijol alcanza altos rendimientos y actualmente se cosecha en lugares lejanos”.

Por su parte, Yoan Borges González es el administrador de la UBPC Malezas. Encarna al típico hombre rudo de campo, enérgico y con un auténtico sentido de pertenencia. Con sus ademanes sencillos trasluce conocimiento en la gestión económica, fundamento de los logros. La mayor parte de los trabajadores están “vinculados”.

En esta variante el pago es por resultados. Le hacemos un anticipo al obrero durante todo el tiempo que se mantiene el cultivo en proceso, hasta llegar a la época de cosecha, que es entonces cuando vendemos, llevamos a escala de gasto toda la inversión, incluido el salario anticipado.

Todo eso se descuenta a los ingresos, y del resultado, el 70 por ciento es del trabajador y el 30 por ciento para la UBPC. Ahora ya se habla de ganancia, no de pérdida, porque le cuento que esta unidad estuvo muy deteriorada, pero hemos subido”.

¿Por qué hubo depauperación?

Mire, el cierre de la escuela ocasionó que algunas personas emigraran a otros sitios. Yo tenía aquí una doble función, era administrador de la UBPC y delegado de la circunscripción y elevé la queja hasta el nivel nacional, y no tuvo solución. Hoy aquí el más joven tiene 38 años, en la década de los setentas había 46 viviendas, ahora sólo quedan quince”, comenta apesadumbrado Yoan.

La invitación a recorrer los sembradíos lo reanima y al administrador le vuelve el entusiasmo a su rostro. En pocos minutos, a bordo de su carreta, la alegría colmó el diálogo.

Hay 40 hectáreas plantadas con tres variedades de frijol: Negro, Buenaventura y Delicia, todas certificadas por el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) de Villa Clara. Logramos rendimientos de tonelada y media por hectárea”.

¿A inicios de año, por ejemplo, qué otros renglones sobresalieron?

Sobrecumplimos el plan de yuca al 120 por ciento. Era de tres hectáreas y sembramos más”.

¿Cómo llegan al pueblo sus producciones?

Casi todos los sábados estamos en la feria agropecuaria de Cienfuegos, en la barriada de Tulipán. También tenemos contratos estatales, de arroz con la localidad de Aguada. Los demás cultivos los comercializamos a través de Acopio”.

¿Cuáles han sido las mayores afectaciones?

Mayormente en la ganadería, y por el clima. En 2018 hubo primero alguna sequía y los terneros se pusieron flacos, entonces luego las intensas lluvias de Alberto y otras tempestades los cogieron débiles y la humedad ocasionó enfriamiento, pusimos hasta calentamiento con carbón, pero perdimos cinco o seis crías. Aquí tenemos una vaquería y un centro para el desarrollo del ganado”.

Sano orgullo campesino

El orgullo de Yoan por este terruño acrecienta su pasión, la carreta desandaba escabrosos caminos, deshebraba aromales y muchas fotos dejaron plasmada la labor de los campesinos de esta enorme UBPC.

Cuarenta hectáreas están plantadas con tres variedades de frijol: Negro, Buenaventura y Delicia, todas certificadas por el INIVIT. /Foto: Dagmara
Cuarenta hectáreas están plantadas con tres variedades de frijol: Negro, Buenaventura y Delicia, todas certificadas por el INIVIT. /Foto: Dagmara

La distancia entre las seis fincas que componen la unidad agrícola de Malezas es larga y abrupta, solo accesible en carreta o volanta. Otras tareas esperaban en Cruces y solo pudimos llegar hasta los predios de la denominada Loma de Casaña.

Pero fue suficiente, mis entrevistados comunicaron su espíritu, ese que engrasa los ejes de su carreta y la hacen desandar senderos para sembrar futuro.

Quizás la evocación parezca antítesis de significado, pero sugiere idéntica legitimidad, e iguales mundos con raigambres en culturas originarias continentales.

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Dagmara Barbieri López

Periodista. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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