¿Trump podría perder las elecciones y no irse de la Casa Blanca?

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ¿podría perder y negarse a abandonar la Casa Blanca?, es una interrogante que flota en el ambiente electoral a escasos cuatro meses de los comicios en noviembre.

Sectores políticos y medios de prensa lanzan frecuentemente esa interrogante y no son pocos los análisis que se adentran en esa situación que pondría en crisis al país y a los militares en la alternativa de sacarlo esposado de la mansión ejecutiva.

Recientemente el sitio www.stamfordadvocate.com se adentró en ese complicado escenario tomando como base un artículo de The Washington Post, y apuntó que la pregunta ‘no puede ser fácilmente desestimada como alarmista o de humor sombrío’.

¿Qué pasa si el presidente Donald Trump pierde su oferta de reelección pero se niega a ceder y en su lugar se aferra al poder?, preguntó.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó esta preocupación el año pasado diciendo ‘tenemos que inocular contra eso’. También lo hizo el ex abogado de Trump en prisión, Michael Cohen, entre otros.

Testificando ante el Congreso, Cohen dijo: ‘Temo que si pierde las elecciones en el 2020, nunca habrá una transición pacífica del poder’. Incluso Joseph Biden, el eventual rival demócrata de Trump, no descarta la posibilidad de que el presidente sea difícil de desalojar, pero sugirió que otros en el gobierno harían el trabajo.

Si Trump intenta aferrarse a una presidencia perdida, sin embargo, no puede hacer mucho por sí mismo. Dirigir la rama ejecutiva requiere ayuda. Afortunadamente, hay leyes que impiden que otros usen las autoridades del poder ejecutivo en nombre de alguien sin ser el presidente legítimo, sostiene www.stamfordadvocate.com.

Si William Barr, el fiscal general, por ejemplo, tratara de ejercer los poderes del cargo después de la pérdida de Trump, podría ser objeto de un proceso penal, asegura la publicación, al señalar a una figura que favorece los desmanes del mandatario.

Explica que dado el desenfrenado fracaso de Trump en la tradición, hay más que una pequeña razón para preocuparse de que continuará reiterando las afirmaciones infundadas sobre fraude electoral a través de votos por correo o interferencia de elecciones extranjeras a favor de los demócratas.

Se supone que él reclamaría la necesidad de retener el poder al menos el tiempo suficiente para investigar cualquier irregularidad en la elección, de tal manera que el 20 de enero de 2021, él y Biden estarían avanzando reclamos en competencia para ser el presidente legítimo de Estados Unidos, indica el sitio.

La publicación puntualiza que hay un temor razonable de que Trump pueda dar un paso tan terrible y peligroso, pero cualquier esfuerzo de este tipo tendría una seria vulnerabilidad, subraya.

¿Qué le pudiera pasar al gobernante? ‘Quien asuma o pretenda ser un funcionario o empleado que actúe bajo la autoridad de los Estados Unidos o de cualquier departamento, agencia o funcionario de los mismos, y actúe como tal, o en tal carácter fingido exija u obtenga cualquier dinero, papel, documento o cosa de valor, será multado bajo este título o encarcelado no más de tres años, o ambos’, señala un estatuto federal.

En caso de aferrarse al poder, Trump solo tendría hasta el 20 de enero para justificar o probar sus fantasías, las que no se cansa de tuitear en su gobierno por las redes sociales.

Después de esa fecha, todo intento del miembro saliente del Gabinete de ejercer su autoridad oficial correría el riesgo de ser enjuiciado y sentenciado por el fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia nombrado por el presidente entrante, por lo que Biden pudiera enviar a la cárcel a Trump, algo que no pocos estadounidenses piden.

Señala www.stamfordadvocate.com, además, que también hay leyes específicas para los militares que exigen la obediencia al único y legítimo presidente.

En virtud de una disposición, se puede considerar que un jefe del Estado Mayor Conjunto, quien ejecuta una orden dada por alguien que no es el presidente legítimo, ‘no ha hecho todo lo posible para prevenir y reprimir un motín o una sedición que se cometa en su presencia’.

Pero es vital reconocer que, si Trump trata de retener el poder ilegítimamente, necesitará la ayuda de su gabinete. Sus miembros deberían dejar constancia de la adhesión final no a Trump sino a la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, estiman analistas de esa previsible crisis.

El análisis de esa presunta crisis fue realizado por Christopher Fonzone, Joshua A. Geltzer y Laurence H. Tribe, expertos abogados y académicos con participación en diferentes administraciones del país.

No obstante esa interrogante, el profesor Helmut Norpoth, de Stony Brook, alguien que pronosticó los resultados de las últimas elecciones en el país, incluso predijo la victoria de Trump en 2016, asegura que el actual mandatario ganará nuevamente en noviembre.

Las urnas dirán la última palabra.

Comentario de Luis Beatón, jefe de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.

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Prensa Latina

Agencia de noticias fundada el 16 de junio de 1959 en La Habana, Cuba, por el Comandante Ernesto 'Che' Guevara. Primer proyecto comunicacional latinoamericano de alcance internacional con una visión alternativa de la realidad regional frente a los medios hegemónicos mundiales.

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