Tron Legacy: decepcionante

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Antes del Neuromante de William Gibson de 1984, las cintas sobre redes/videojuegos/universos virtuales, los hermanos Wachowsky, la web 2.0, Bill Gates, Sillicon Valley, Second Life, My Space y Facebook, los estudios Disney sacaron -casi inexplicablemente- de su barriga repleta de candorosos animados a aquella rara avis de acción real que fue el visionario e híbrido Tron original de 1982. Dicho fenómeno pre-cyberpunk no solo devino pieza de culto, sino antecedente básico de la trilogía The Matrix y catapulta creativa para unos cuantos artífices significativos del cine estadounidense, incluidos ciertos genios de Pixar. En un momento (contextualizado en esa tendencia nostálgico-comercial de segmentos hollywoodenses actuales) que la factoría del castillo azul creyó inmejorable fue con todas al reboot, mediante la superproducción de 170 millones de dólares. El resultado es decepcionante.

Tron Legacy (2010) tumba al piso por su frialdad, ritmo cansino y nula noción del concepto de desarrollo de personajes. Sí, O.K, esto va en clave de videogame donde los pasos de nivel son los verdaderos ejes, de ultra high-tech e infografía cuasi alien; la idea es dejar embobecido al espectador a través de su franca megainvasión digital, remembrar la antológica carrera de motos luminosas… Pero igual, olvidemos los seres humanos (o digitales): tampoco funciona en la otra cuerda. Tal como le sucedió a los Wachowsy en Speed Racer (2008), el realizador Joseph Kosinsky deja naufragar su película, ahogado el relato entre el flashazo estroboscópico de millones de terrabytes en choque, al efecto de clonar en filosofía visual 3 D algunas esencias del filme homónimo del ’82 dirigido por Steven Lisberger. Mas, en una historia ahora robótica, desprovista de alma y aliento. Lo de la solución del escaneo digital a Jeff Bridges para parecerlo a su personaje ochentero da ganas de llorar por lo ridícula. Peor que el muñequito de plastilina de Stallone en Rocky Balboa.

Sí deja esta epopeya cibernética -sin quererlo, sospecho-, el implante de una idea cuyo embrión no inseminó justamente, aunque contribuye a alimentar: la inefable y aun indeterminada magnitud ontológica a provenir del maridaje entre la conciencia humana con la deontología del programa informático.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

4 Comentarios en “Tron Legacy: decepcionante

  • el 6 julio, 2018 a las 12:38 pm
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    Con esta no, con todas las demás: desde la salida de la primera parte de Resident Evil se ha hecho un rosario de partes que lejos de entretener lo que hago es sufrir. Por suerte me gusta mucho Milla Jovovich y es algo por lo que me he arriesgado a ver cada entrega. Pero lo demás, es verdaderamente lastimoso.
    Prefiero jugar otra vez el juego en el PlayStation que hallar nuevamente a la Jovovich perdida y desquiciada en The Final Chapter.

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  • el 6 julio, 2018 a las 5:10 am
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    2001: A space odyssey tambien es fria, también tiene un ritmo cansino y tambien tiene una nula noción del concepto de desarrollo de personajes,
    Pero no siempre una pelicula tiene porque tenerlo,
    La disfrutas visualmente, auditivamente y emocionalmente si te apasiona el mundo futurista ciberpunk o como se llame

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  • el 19 abril, 2017 a las 11:50 am
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    Descuide, que no lo volveré a hacer. Con una vez basta y sobra, porque está infame. Gracias por su comentario. Saludos del autor.

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  • el 18 abril, 2017 a las 7:06 pm
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    Nunca te metas con esta película 🙂

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