“Trazos Libres” responde a crítico de arte Urra Maqueira

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El pasado viernes 18 de mayo fue publicado el artículo Arte por cuenta propia en Cienfuegos: entre el cliché, la (auto)traición y lo prostituido, de Jorge Luis Urra Maqueira, en el que aborda con tino diferentes valoraciones sobre aspectos de las nuevas gestiones del arte y su mercado en Cienfuegos, sin embargo, deja abierta la puerta del cuestionamiento a accionares de proyectos que sin duda se encuentran inmersos en estas innovadoras dinámicas.

DESDE EL PROYECTO ZONA CREATIVA TRAZOS LIBRES 

Entendemos que la mirada hacia los llamados proyectos comunitarios se encuentra muy estereotipada sobre la base de viejas plataformas, casi siempre con tendencias al asistencialismo, y que exponer nuevas formas de producción y sostenibilidad resulta muy controversial en este minuto, especialmente para aquellos que no están vivenciando las constantes transformaciones, de todo tipo, que efectúan estos con el propósito de implementar modernos modelos de sostenibilidad y desarrollo territorial.

Nos llama la atención cómo este crítico generaliza su abordaje sobre “galerías que se ubican como Proyectos Comunitarios… y ofrecen… un cuadro falso de nuestro folklor, de tópicos sociales vistos de manera empírica…” sin un encuentro previo —al menos— con nuestro proyecto y sus ofertas, incomunicado con sus líderes de acciones, lo que es decir: desconociendo la trayectoria del proyecto, su inserción en eventos, el recorrido actual de la obra y angostos procesos que compartimos con varias entidades, pero sobre todo que se atreva a publicar tales valoraciones, en las que especula de todos los proyectos artísticos comunitarios implementados como proyectos de desarrollo local en Cienfuegos sin corroborar sus argumentos, lo mismo que un catador emitiera el dictamen de un plato sin degustarlo.

Como todo novedoso proceso de construcción, el proyecto Zona Creativa Trazos Libres es perfectible, sin embargo, aun así podemos evidenciar —y estoy seguro que otros proyectos cienfuegueros también— los impactos positivos generados, siendo disfrutados por muchos y útiles a otros tantos. Detalles de estos elementos deben ser explicitados debidamente a participantes y públicos por los medios.

Pienso que a partir de lo sucedido, sería sustancioso y oportuno —tanto para Jorge Luis Urra Maqueira, como para periodistas, comunicadores y otros interesados— acercarse a cada propuesta creadora de desarrollo local de la ciudad, no solo para visibilizar y viabilizar la participación colectiva en procesos y procedimientos de las cuestiones de estos proyectos, sino, específicamente, en función de estimular la integración de diferentes sectores en macro proyecciones comunitarias, evitar entorpecimientos burocráticos, disminuir las resistencias para establecer las relaciones contractuales necesarias con vistas a la sostenibilidad y el desarrollo de dichos proyectos y sus localidades, y sobre todo: para lograr una mejor comprensión de estas experiencias en la provincia, lo que posibilitará que funcionemos como valle y no como parcelas en tensión. De lograrlo, será una gran contribución a la agenda cienfueguera.

DE SANTIAGO HERMES, EL ARTISTA

Resulta irrespetuoso —sin conocerlas— negar propuestas de expresiones culturales y formas de trabajar a las cuales tenemos derecho los creadores y que en lo particular considero válida en tanto responden a mí y a otros.

Estimo apropiado esclarecer que:

1.- Elegí dedicar mi vida y obra, no solo a mi bienestar, sino además a compartirlas inclusivamente con todo el que desee retroalimentarse en nuestra práctica.

2.- Ni como artista ni como proyecto marchamos solos, que tenemos autonomía, pero que optamos —por voluntad propia— por las articulaciones multidisciplinarias e intersectoriales para producir.

3.- Los contenidos teóricos defendidos en diferentes contextos se basan en mi experiencia como artista (de casi 30 años), en nuestra experiencia de producción colectiva, organización de nuestro trabajo y en la funcionalidad del proyecto Trazos Libres, siendo reconocidas nuestras presentaciones en varios espacios nacionales e internacionales.

4.- Nunca he discursado sobre el arte gay en ningún lugar, sino que he promocionado el respeto a la diversidad cultural y sexual desde mi obra, con la mayor sobriedad que merece el tema.

5.- Decido conscientemente todos aquellos temas que como artista me interesan y que tengo el derecho de recrear a mi estilo, lo que hago descentralizando las acciones artísticas de los espacios tradicionales y/o habituales y colocando las propuestas a un nivel más popular. Para esto renuncio a concebir la “súper obra y el súper concepto, súper solemnes y consagratorios” para vivir y compartir el arte de la cotidianidad y así reflejarlo en la obra. Mi arte es CUBA. Es por esta aptitud que hemos sido reconocidos y hemos obtenido membresías a importantes proyectos y organizaciones, las que evidencian nuestro acierto.

El impacto del incipiente proyecto Zona Creativa Trazos Libres trasgrede el comentario reductor de Urra en su artículo.

El escenario de proyectos artísticos comunitarios permite que obras, artistas, participantes y espectadores diversos, defendamos la idea del arte como un bien público y apostemos por el arte que va en la vida cotidiana, ese que necesita de todos, que no es elitista ni exclusivo, el que transmuta a verdadero humanismo.

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

22 Comentarios en ““Trazos Libres” responde a crítico de arte Urra Maqueira

  • el 15 junio, 2018 a las 11:22 am
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    Sr. César Alain
    ¿Cómo desconocer los más de 35 performances realizados por Santiago en (y fuera) de la comunidad, sus estratégicos insertos en actividades locales, algunas nacionales y contadas internacionales, que no son precisamente para beneficio de su comunidad, sino para su provecho personal?. Por cierto, no me explico por qué en su sitio http://www.santiagohermes.comsantiagom@nauta.cu el artista pone en el currículo, en sus exposiciones personales, las acciones que supuestamente corresponden a su co-lectividad y luego las reitera dentro de las colectivas. Si se es puntilloso se puede apreciar que estas muestras son resultado de las circunstancias y las gestiones de la Señora de Hermes y no de la obra contundente que se espera, aunque se publicitasen hasta el hartazgo, sabemos bajo que premisas. Felicito al artista por su obra prolífera y efímera obra como performer, aunque le prefiero en cali-dad de pintor; pero no es ese no es el sentido de nuestro forzado diálogo, sino el trabajo comuni-tario; aclaro, sin nexos con el artículo publicado en esta semanario. Si estamos hablando de Trazos libres es por voluntad de sus líderes, no por elección mía.
    Coincido con usted que “las críticas deben ser para superarnos y crecer, pero cuidado con la radica-lidad”, por eso compartí con todo cimbreo y responsabilidad el artículo El arte por cuenta propia, que ha sido refrendado por la mayoría de los espacios aludidos. Luego de publicado el artículo rea-licé una visita al grueso de las galerías (que son propiedad en un 90 por ciento de ex alumnos o colegas) y felizmente pude percibir algunas readecuaciones en los montajes y selección de obras. Por mal camino no andamos. Ojalá que la propuesta real del artículo, que nos compete a todos (léa-se la serie), sirva para hacer crecer, aunque fuere unas pulgadas, a galerías que forman parte de acciones comunitarias (y no); aunque a veces se compra lo necesario, no lo conveniente, como diría Publio Ovidio, o sencillamente se cree que una verdad no nos compete, ignorándola. Lea mi próxi-ma nota.

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  • el 15 junio, 2018 a las 11:20 am
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    Hola, César Alain.
    Hacía mucho tiempo que no sabía sobre usted, luego de su retirada del dramático en la radio. Todavía le recuerdo debutando en mi novela y algunas acciones en las comunidades con el proyecto para niños que supe, a mi regreso de Venezuela, concluyó por alguna razón. Me imagino que ese es el espíritu que tributaste como invitado de Trazos Libres. Admiro tu fidelidad, es lo menos que se puede esperar de una persona honesta (¿Sería capaz de negar que ha hablado mal del proyecto en otra ocasión?). Sin embar-go, hay algunos torcidos conceptuales en tu mirada, tal vez, a causa de tanta fidelidad. Luego de tu introducción, al estilo de la vieja escuela, elogiando primero a la autoridad: “el respeto de la pren-sa…fidelidad de información, inmediatez y la transparencia de la noticia” que se ha ganado, para des-pués atacar al objetivo, me parece cuanto menos pueril; después, enunciando un aforismo ideal: “los proyectos de desarrollo local cienfueguero se implementan bajo mecanismos de control y supervisión de todo tipo…” para entrar en un proceso indirecto de legitimación (legal) del proyecto, supuestamente en tela de juicio. Espero que tampoco carezcas de buena memoria, siendo “actor”; pero bien sabes que pese a esos rigores que mencionas han existido proyectos que se han cerrado por su corruptibilidad o mal uso de los recursos, por la traición a sus presupuestos o ilegalidades. Nada está sujeto a la per-fección ni es una verdad eterna. Finalmente, en franco gesto de imaginación aterrizas donde querías llegar: “Muchos han contactado la calidad de las experiencias culturales que Trazos Libros ofrece”.
    No voy a cuestionar tu participación en esas actividades “desinteresadas” (lo que me parece presun-tuoso, teniendo en cuenta los dineros que recibiste por actuación), sino los instrumentos de cualifica-ción que habrás usado, no sé si para evaluar el performance de Santiago, las actuaciones de tu proyecto en el sitio o el rostro feliz de los asistentes. No confundamos el tema. ¿Dónde está la representatividad del barrio en esas acciones?. Sé y tengo constancia gráfica de algunos de esos talleres (a los que asisten grupos muy limitados. No cuestiono la veracidad del hecho, pero el trabajo comunitario escapa de la labor tradicional de una casa de cultura o la de algunos pintores que de modo altruista realizan talleres en escuelas de su zona. La transformación de ese barrio no es la orgia emocional, sino la educación de su sensibilidad y el descubrimiento de las fuerzas dormidas que yacen en su interior. Lea mi próxima nota.

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  • el 15 junio, 2018 a las 11:16 am
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    Señora Lucía, le voy a corresponder.
    Lucía, cuanto me hubiese gustado saber quién es, aunque presumo que su olfato le juega una mala pa-sada. ¿Dónde ha sentido el tufillo, muy próxima de la avenida 62?. Le aseguro que no he emponzoñado el ambiente con campañas difamatorias, buscando cómplices, contaminando chismes, solicitando a pe-riodistas que escriban sobre mi obra para validarme, rumoreando falacias e imputando a otros planteos que no ha hecho. Sí, es posible que exista un ambiente sórdido, pero le aseguro que no está en torno mío. No gasto mi tiempo en aquello que no sea mi trabajo y la responsabilidad pertinente, en responder a quienes piden ayuda, ese es mi deber como pedagogo y crítico, y no la publicidad ególatra. Me vuelvo a preguntar por qué se percibió una relación directa del artículo con Trazos Libres; si usted hizo esa aso-ciación obedece a dos razones: o convive con ellos o se ha dejado arrastrar por la externidad de las afir-maciones, que obviamente están contaminadas.
    No sé a qué a que usted califica de éxito. ¿Habla de Santiago o de Trazos Libres?. Ellos mismos afirman que no han consumado ni un 2 % de lo que quisieran (lea la afirmación de Damarys Carreño, cuya contribución a la cultura local desconozco). La opinión de la vanguardia artística (que no está única-mente en la UNEAC) es que es un hinchado (algunos defienden solo las potencialidades de Santiago; yo entre ellos). A todas luces, también ha habido un progresivo abandono de los colaboradores. Por demás, ¿Dónde ha expuesto Santiago Hermes en Cuba y otras naciones?. Salvo en la etapa de Punto, el grueso, para no ser absoluto, no ha sido en galerías competitivas, sino sitios aleatorios, casi siempre gestionados con el empuje de las relaciones o los acosos. ¿Sabe usted cuantos creadores, reconocidos o medianos, están viajando a otras naciones?, ya eso no es una regularidad del éxito o la calidad del creador. No dudo que las acciones agraden a los públicos (no es el tema), sino de que eso sea trabajo comunitario. ¿Mercado seguro? ¿De veras usted se lo cree?. ¿Usted está segura que Santiago tiene un mercado con el tema de la negritud?. No voy a referirme a cientos de ejemplos en la historia del arte cubano, en Cienfuegos hay no pocas variantes, tal vez la más auténtica y cercana ha sido la de Ledian Renó, que estuvo a punto de pegarle al ver que se apropiaba de sus códigos. Lea mi próxima nota.

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    • el 15 junio, 2018 a las 5:30 pm
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      Y para qué querría saber quién soy? Soy una lectora con todos los derechos a opinar. Deberías ser más tolerante, porque un pedagogo y un crítico de arte no debería molestarse con quienes concurren a este foro.

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  • el 15 junio, 2018 a las 10:53 am
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    Señor Corcho 2
    Por supuesto que sé que estas “propuestas” de proyectos son presentadas ante alguna instancia, pero no siempre los avales son espontáneos, a veces resultan de complicidades y beneficios, o se producen sencillamente por cortesía o ignorancia de las esencias. De hecho, en muchas ocasiones las gubernativas suelen desconocer los criterios de las culturales, imponiéndose a fuerza de ser los que ponen el dinero. Por caso, hubo resistencia a la aprobación de la Zona Creativa Trazos Libres y, sin embargo, primó la decisión de los que asumen los perfiles comunitarios. NO basta con fundamentar un proyecto, asumir los protocolos y decir cuatro hermosas frases de vuelo humanista ante un pleno ansioso de invertir los presupuestos y crear una imagen a su favor. En ocasiones, hay que esperar que pase el tiempo para descubrir los fracasos, muchas veces encubiertos para no poner en peligro el ejercicio del poder. Reite-ro, estamos hablando de trabajo comunitario (por, para y desde la comunidad) no de un festín de acciones donde los públicos participan y se divierten (pero sobre ello quiero hablar más adelante). ¿Sabe cómo se pueden hacer alianzas?. Vaya con todo entusiasmo donde se necesite apoyo cultural gratuito y se le agradezca exposiciones altruistas, carnavalescas, en las que pueda recibir a las visitas con alguna acción y hasta ser parte de sus estrategias culturales. Eso le puede garantizar el boleto de la membresía. No importa que sea de la Asociación de la Croqueta Gregoriana o el grupo de Desnudistas del Puerto; sobre todo si la entidad lleva el apellido “de Cuba”, pues eso suena como que usted tiene represen-tatividad en un espacio nacional. También pudiera mencionar que le apoya alguna entidad guber-namental; aunque esto no siempre da resultados. Hermes y su señora lo hicieron para que los colocasen en una Bienal de Arte en La Habana, pensando usar influencias, y acabaron fastidiando al organizador. No todas las personas se dejan chantajear o comprar. Por cierto, después de su “réplica” a mi artículo (que está basado en mi experiencia como analista y no es un montaje) sé que se fueron en busca de apoyo al Wilfredo Lam y le dieron allí la respuesta digna. En nuestra realidad hay personas que no tienen precio.
    Amigo Corcho, usted no es tan ingenuo como para apropiarse de un discurso tan trasnochado y baladí. Me explico, no le estoy agrediendo: ¿Cuántos no se escudan en propuestas de Estrategia de Desarrollo para el territorio y en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el Congreso del Partido?. Si los procesos fuesen todos honestos estuviéramos en una sociedad mejor construida social y económicamente. Todo marcha muy bien en los protocolos, pero a veces la realidad es otra. Pudiera decirle que un proyecto puede enfocar esta dimensión de “desarrollo local” y convencer a las autorida-des, sobre todo si no hay expertos en la dimensión artístico-comunicativa, pero la práctica expresa otra cosa y a veces nos damos cuenta muy tarde del paso dado. El Estado no creó las instituciones culturales fortuitamente, sino para que medien en estos procesos y los profesionales graduados en sus universi-dades intervengan con sus experticias. Por ejemplo, ya que usted ha salido en defensa de Zona… de Hermes y su pareja: Trazos Libres no ha demostrado ser un proyecto sostenible. Si Santiago muere, el gobierno deja de colocarle algún dinero o se acaban las visitas dirigidas de turistas, el proyecto se colapsa; porque no hay raíces. ¿Dónde se focalizan las tradiciones que permitirían fuentes de ingresos para la comunidad? ¿Importando unidades artísticas para el barrio, como los grupos de rumba o la desaparecida unidad de Sombrero azul? ¿Pagando tres o cinco dólares a los “invitados”?. Me pregunto, ¿Dónde estaba Santiago Hermes cuando, en la época en que no abundaba el dinero, desde la UNEAC se pidió a los artistas de la ciudad la consumación de proyectos comunitarios altruistas?. No vista de Santo al sardinero. Siga en mi próxima nota.

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  • el 15 junio, 2018 a las 10:40 am
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    ola a todo el colectivo de Trazos Libres…
    Hasta el momento no había leído los siete u ocho comentarios que algunos “públicos” realizaron a través del semanario digital 5 de septiembre, durante la primera emisión de la serie El Arte por cuenta propia y una respuesta al crítico; o mejor, los comentarios de varias personas comprometidas con el proyecto Zona Creativa Trazos Libres. Me produjo decepción; primero porque el artículo (y es demostrable) no está dirigido al tema de los proyectos culturales, sino a las “galerías cuentapropistas”, lo que hace injustificados tantos lamentos e injurias; después, porque no existe representatividad de alguna zona de pensamiento, como no sea para defender a ultranza un proyecto que presumo inflado y que no considero comunitario ni sostenible por muchas razones. De todas maneras, puedo compartir lo que opino sobre el tema; fuera del contexto de la serie, les advierto a los opugnadores.
    Corcho inicia su diatriba, algo confusa por la incoherencia de lo que él llama criterios (aunque no aporta ningún grado de valorización), refiriendo que “una vez más se ejerce la crítica, sobre procesos, ideas pro-puestas, que están en marcha…” en detrimento, supongo que eso quiso expresar entre tanto cantin-flismo, de proyectos que se ejecutan para compensar o resolver “estos déficits” (tampoco dice cuáles). Sospecho que usted no está al tanto de lo que se publica sobre el tema en nuestra prensa, como no sea el tipo de texto laudatorio y obligado a citar a las fuentes, que no se ocupa de cualificar los procesos por ignorar los lenguajes o bastimentos de las ciencias de la interpretación. ¿Dónde están los críticos y las críticas al que usted alude?. Presumo que sus ardores como administrador, primero en la UPAC en Cultura y luego en el Centro de Arte Benny Moré, no le permitieron percibir el estatus de los procesos culturales en su alrededor. En cambio, sus preguntas son astutas, aunque infundadas; parecieran dirigir-se a un neófito. No me agrada hablar de mí, aunque no lo parezca soy extremadamente tímido, pero necesito advertirle que llevo casi treinta años en estos predios (no cuento de mis aficiones cuando niño a las artes plásticas, literatura y teatro, ni siquiera el periplo universitario donde experimenté de todo un poco), me titulé de Historia del Arte, hice un máster en Ciencias Sociales, trabajo en el Centro de Su-peración impartiendo temas diversos (incluido sobre temas comunitarios), tuve una experiencia por dos años y tanto en comunidades de Caracas, Miranda y Carabobo, y soy profesor de comunicación en la Universidad de Cienfuegos; actualmente inicié un doctorado en Ciencias sobre el Arte, específicamente en arte cienfueguero (Sobre el que termino una serie de tres tomos). Por demás, he recibido más de se-senta premios con mis incursiones artísticas, investigativas o críticas y publicado artículos en editoriales nacionales y extranjeras, como Ciencias Sociales, Arte Cubano, Editorial Oriente, Universidad Veracru-zana, etc. Creo que tanta subestimación no es prudente. Estuve pensando si responder o no a este he-miciclo de ataques y finalmente decidí afrontarlos, sin intermediarios, en nombre de la verdad. Le dejo de tarea Corcho ¿Por qué razón usted tuvo que abandonar el Centro de las Artes Benny Moré?. Lea mi próxima nota.

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  • el 15 junio, 2018 a las 10:23 am
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    Señor Corcho 4
    Finalmente, el artículo insiste en las políticas culturales desde la perspectiva de las “galerías cuentapro-pistas”, no desde los principios comunitarios. No obstante, ya que usted pide que se denuncien los pro-blemas que desfavorecen las propuestas de “sostenibilidad”, le enuncio un par de torceduras: en la va-lidación de los proyectos desde la multi-institucionalidad, la omisión de los criterios de expertos en una dimensión cultural, violación de las jerarquías artísticas, subcontratación de unidades artísticas represen-sentando a la comunidad, torcimiento de los enfoques identitarios toda vez que se construyen relatos alternos que no son de interés colectivo, etc. Aclaro, no estoy en contra de que se hagan acciones re-creativas con invitados, pero el trabajo comunitario es más que eso. No me opongo a que Trazos libres haga concursos que publicite en los medios, que colaboren con campañas contra la homofobia y desfiles gays (en modo alguno y según pobladores del lugar, problemáticas que afecten a la zona), contra la dis-criminación por raza, etc., pero lo que es inapropiado es que la representatividad no está en el colectivo sino en la obra del artista fundador (Sobre el tema regreso con el actor César Alain). Si estoy mintiendo, verifíquese la cantidad de artículos publicados entre 2009 y 2018. SIGA MI PROXIMA NOTA

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  • el 15 junio, 2018 a las 10:18 am
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    Señor Corcho 3
    Usted se equivoca al exigirme una solución, yo no soy el encargado de dar respuestas sino de exponer razones, hacer preguntas, sugerir razonamientos, esclarecer. Esa es mi función. Si tuviera ese poder: reevaluaría los proyectos, los impuestos exorbitados, daría a TODOS los creadores la oportunidad de te-ner visitas dirigidas, jerarquizaría a los que tienen una obra decorosa que represente nuestra identidad, eliminaría la burocracia, exigiría una mayor especialización para que los medios no legitimen a creadores por orientaciones gubernativas u otros recursos, transformaría las estructuras de los talleres cuentapro-pistas… pero no soy el demiurgo. Y si tuviera que aludir a Trazos Libres… le pediría que recuperase las fa-milias históricas del barrio, que investigase en rigor las tradiciones y dejase de importar cultores, que se separe la trayectoria personal de Hermes (fuera de la territorialidad) y jerarquice los artistas y artesanos de su comunidad, que se abandonase los ditirambos y comparta los poderes con el colectivo, se elimi-nen los sobornos, las javitas de fin de año para quienes les benefician, un poco más de humildad… ¿No me exigía, Señor Corcho, criticar a los que persisten en sus problemas?. Las hubiera colocado en el artículo de haber sido el objeto de análisis. Usted me exige propuestas, soluciones, como si fuese más cómodo expresar que hacer. Se equivoca, atreverme a decir lo que he dicho es más riesgoso que sugerir alguna solución. Además, las fórmulas no son positivas para nada. La respuesta está en la colectidad, como sugiere el artículo; que le reitero, por si se ha contagiado con la fiebre confusionista, no se detiene en Trazos… es más ambicioso. Y vuelve a equivocarse al final de su texto (que por el estilo y tipo de exposición parece escrito a cuatro manos, o mejor a tres cerebros) cuando, asumiendo, no sé conque argumento, afirma que es un artículo cuestionador de sus “defendidos” y me requiere que no arremeta contra ellos, pues son una propuesta de sostenibilidad y están dentro de las premisas de la Política Cultural Vigente. ¡Cuidado!… No han sido pocas las veces que tuvieron que correr para subsanar ile-galidades, como las ventas de los artesanos que invitaban a sus acciones. Siga mi próxima nota.

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  • el 15 junio, 2018 a las 9:29 am
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    Los FELICITO y agradezco ser parte de tan lindo e importante PROYECTO cultural. Un beso para Trazos

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    • el 15 junio, 2018 a las 1:28 pm
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      Gracias Paco. Lo que se devela a través de los medios de comunicación en torno a las relaciones del turismo y las políticas culturales son una buena fuente para el debate.

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  • el 13 junio, 2018 a las 2:54 pm
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    Si de algún proyecto cultural que encierra cubanía e identidad se enorgullecen los cienfuegueros, ese es Trazos Libres, la “Zona”, libre para la creación y el enriquecimiento espiritual de los seres humanos, desde proyectos culturales en las escuelas, hasta el de volcar una comunidad entera a su trabajo… en fin, el mar, no entiendo el por qué deberá ser criticado de esa manera, digo yo. Claro, también tienen que comercializar el arte, que hasta puede ser entendible como un proceso de divulgación, será que otros no tuvieron antes esa iniciativa y ahora están molestos?

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    • el 15 junio, 2018 a las 12:55 pm
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      Ana
      Amor… No dudo que Trazos… sea entretenido para algunos públicos y que sientas orgullo por su libérrimas zonas creativas. Es tu derecho a emocionarte de esa manera y, si eres feliz con el proyecto, disfrutalo. Pero el asunto (que no es el propósito del artículo) es si es un proyecto para la comunidad o comunitario. El enriquecimiento que dices no puede equipararse a divertimento (que tampoco esta mal que exista, pero no digan que es otra cosa), sino a una transformación profunda de los públicos, que no deben ser meros espectadores. No se trata de erigir una casa de la cultura, sino de rescatar las tradiciones del barrio y las fuentes de ingreso que pudieran beneficiar a la comunidad a través de ellas. ¿Conoces de los proyectos comunitarios de Ciego Montero o el que anima el pintor Richard, llamado Creciendo?. Si profundizas (todos utilizan una serie de expresiones artísticas) podrás apreciar las diferencias. Hablar de sostenible o desarrollo social, al menos ahora, es resbaladizo. Esta es una discusión un plano teórico. Si te ha parecido que tengo reservas no profesionales con Trazos… te equivocas. He opinado por primera vez del proyecto justo por el acoso que he recibido, no por deseos. En realidad tengo muchas cosas que hacer. ¿Cómo alguien pudiera sentirse molesto por el éxito ajeno?. Te invito a leer mis notas en este foro (donde yo mismo me respondo y le respondo a algunos miembros de Trazos libres). Ahora… comercializar una obra no se traduce como hacer arte comercial. Y, por favor, no estoy juzgando a nadie. Solo te llamo la atención por la confusión que develas. Te pregunto ¿Has leído el artículo sin que otros te direccionaran la lectura o te sumas a los supuestos de personas que se sintieron aludidas?. Si te interesa podemos dialogar personalmente, puesto que el foro no permiten los detalles, sino sigue siendo feliz.

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      • el 15 junio, 2018 a las 6:13 pm
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        En mis palabras no está la palabra “entretenimiento”, y si usted es un crítico de las artes visuales debería ser un poco más abierto y respetar la opinión de los otros, de los públicos, o es que acaso los públicos están signados por lo que dicta la opinión de los críticos?

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  • el 13 junio, 2018 a las 1:08 pm
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    esto es algo que una ves alguien dijo y quiero compartir con todos :
    Criticar provoca una reacción negativa no sólo en el criticado sino también en quien critica. No tienes la verdad absoluta y si criticas te enfocas en algo negativo solo porque tú crees que está mal. Las cosas suceden por muchas causas y muchas veces no sabes ni la mitad de la historia.

    A nadie le gusta que lo juzguen de manera incorrecta. Si no te gusta que te lo hagan a ti, no se lo hagas a los demás.

    En definitiva, el mundo no gira a nuestro alrededor ni las personas actúan sólo para que tengamos que criticarlas
    Cuento del oasis

    A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando:

    — ¿Qué clase de personas viven aquí?

    El anciano le pregunta:

    — ¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?
    — Un montón de gente egoísta y mal intencionada. Estoy encantado de haberme ido de allí — replicó el joven.

    — Lo mismo habrá de encontrar aquí, — respondió el anciano.

    Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:

    — ¿Qué clase de personas viven en este lugar?

    El anciano respondió con la misma pregunta:

    — ¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
    — Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
    — Lo mismo encontrarás aquí, — respondió el anciano.

    Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al anciano:

    — ¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?

    Entonces el anciano contestó:

    — Cada uno de nosotros sólo puede ver lo que lleva en su corazón. Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa ni aquí ni en ninguna parte.

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    • el 15 junio, 2018 a las 12:20 pm
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      Es curioso que tu reviertas el verdadero sentido de la crítica, que no es hacer sangrar a nadie, sino curar la herida que se infrige, como diría Martí. La crítica tiene su misión y si existe humildad uno puede usarla para hacerse más fuerte o transmutarse. De hecho, solo ahora he decidido expresar algunos de mis criterios, justamente porque se ha torcido el sentido de aquella crítica y defendido posiciones construyendo una falsa realidad. Lo único que me molesta es la falta de argumentos y defensa a ultranza de lo que es obvio. Los cuestionamientos hacia Trazos libres son antiquísicos y de no haber ocurrido todo este circo, seguramente no hubiese aludido a ellos por mucho tiempo. A quien haga feliz, me alegro. En lo personal, me son indiferentes desde una dimensión artística.
      No impongo ninguna verdad, sino la que han visto mis ojos, recorre mi cerebro y siente mi corazón, con el objeto de llevar refelexionar sobre determinadas problemáticas; por eso no acostumbro a mencionar nombres, salvo para elogiar. Si usted leyó el artículo desprejuiciadamente no hallará en él ataque alguno. Hay otra parte del asunto, que la compartimos después de salir el artículo porque me lo pidieron ustedes y algunos han tenido el descaro de utilizarlo como si lo hubiese hecho público. Si no quiere errar, sea moderado. No conoce de la misa la mitad. Si he tenido que dedicar mi escaso tiempo para hablar sobre Trazos… es a causa del acoso de su equipo y porque ustedes mismos han hecho público sus dudas.

      Me agradó su fabula.

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  • el 8 junio, 2018 a las 5:26 pm
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    En lo relacionado con las alusiones a proyectos de Desarrollo Local:
    Una vez más se ejerce la crítica sobre procesos, ideas, propuestas que están en marcha y según mi modesto criterio la variante o alternativa -ante las condiciones existentes en buena parte de nuestras instituciones, sedes, galerías o talleres- sea que se generen proyectos como los que se están ejecutando o gestando en nuestra provincia (un buen número de ellos en el sector de la cultura) como forma de resolver o compensar estos déficit.
    Ante estos criterios, varias preguntas.
    1. ¿Desconoce que estas propuestas son presentadas y avaladas en diferentes instancias y en todas siempre están presentes representantes o funcionarios que atienden el sector de la cultura y que han sido aprobadas con su anuencia?
    2. ¿Desconoce que estas propuestas responden a una Estrategia de Desarrollo para el territorio y a los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el Congreso del Partido?
    3. ¿Qué otra alternativa propone para resolver el problema? Este aspecto no se aborda en el artículo.
    4. ¿Por qué no se critica a los que no hacen y dejan que los problemas persistan, que están desde su postura de reposo esperando que las soluciones vengan por el presupuesto del Estado?
    Se trata de propuestas basadas en la sostenibilidad y todas dentro de sus premisas tienen el respeto de la Política Cultural Vigente.

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    • el 15 junio, 2018 a las 1:58 pm
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      Finalmente, el artículo insiste en las políticas culturales desde la perspectiva de las “galerías cuentapropistas”, no desde los principios comunitarios. No obstante, ya que usted pide que se denuncien los pro-blemas que desfavorecen las propuestas de “sostenibilidad”, le enuncio un par de torceduras: en la validación de los proyectos desde la multi-institucionalidad, la omisión de los criterios de expertos en una dimensión cultural, violación de las jerarquías artísticas, subcontratación de unidades artísticas representando a la comunidad, torcimiento de los enfoques identitarios toda vez que se construyen relatos alternos que no son de interés colectivo, etc. Aclaro, no estoy en contra de que se hagan acciones recreativas con invitados, pero el trabajo comunitario es más que eso. No me opongo a que Trazos libres haga concursos que publicite en los medios, que colaboren con campañas contra la homofobia y desfiles gays (en modo alguno y según pobladores del lugar, problemáticas que afecten a la zona), contra la discriminación por raza, etc., pero lo que es inapropiado es que la representatividad no está en el colectivo sino en la obra del artista fundador. Si estoy mintiendo, verifíquese la cantidad de artículos publicados entre 2009 y 2018. SIGA MI PROXIMA NOTA

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  • el 8 junio, 2018 a las 1:26 pm
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    Esta polémica tiene el tufillo que sulen tener las obras en el mundo sórdido de las relaciones humanas en el arte. Pero de que “TRAZOS LIBRES” tiene éxitos, los tiene; de que es disfrutado a un nivel popular, lo es; y de que tienen un mercado seguro, por el tema que difunden, lo tienen, eso es todo, nada ofende más que brillar con luz propia. Sigan adelante muchach@s, que si “ladran, es porque cabalgan”

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  • el 8 junio, 2018 a las 12:54 pm
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    Es muy bueno que el periódico 5 de Septiembre publique la respuesta de este artista y su proyecto puesto que el comentario anterior no solo compete al arte cienfueguero y cubano, sino cuestiona a los implicados en los nuevos modelos económicos que se propone para un mejor desarrollo económico político y social. La prensa cienfueguera se ha ganado el respeto del pueblo (dada la fidelidad de información, inmediatez y la transparencia de la noticia) por lo que son responsables de cultivar y educar a los lectores en temas diversos sobre la base de la veracidad constatada. Los proyectos de desarrollo local cienfuegueros se implementan bajo mecanismos de control y supervisión de todo tipo para contribuir a que estos cumplan sus objetivos. Muchos han contactado la calidad de las experiencias culturales que Trazos Libres ofrece, de manera desinteresada, a diversos públicos. Han impartido cursos y talleres no solo para miembros de la comunidad sino vinculados a las escuelas del barrio. Han sistematizados performances, han organizado y participado en eventos provinciales, nacionales e internacionales, actividades políticas y culturales de todo tipo, celebraciones de fechas importantes y con la calidad requerida. Las críticas deben ser para superarnos y crecer, pero cuidado con la radicalidad.

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  • el 8 junio, 2018 a las 8:00 am
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    Por mi cercanía al proyecto, puedo asegurar la intensidad de la entrega de cada uno de los participantes a esa labor de crecimiento constante. El camino de construcción ha sido y es angosto y lento pero el esfuerzo colectivo remunera con excelentes resultados a las acciones que se han podido materializar. Hoy puedo decir que estamos apenas a un 2% de realización respecto a lo que se ha planificado (ajeno a nuestra voluntad), pero que finalmente vamos avanzando y creemos que con la aproximación de organismos, instituciones y personas interesadas podremos contribuir a la transformación de este espacio de La Gloria para el bienestar de todos los cienfuegueros.

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    • el 15 junio, 2018 a las 10:15 am
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      Hola a todo el colectivo de Trazos Libres…
      Hasta el momento no había leído los siete u ocho comentarios que algunos “públicos” realizaron a través del semanario digital 5 de septiembre, durante la primera emisión de la serie El Arte por cuenta propia y una respuesta al crítico; o mejor, los comentarios de varias personas comprometidas con el proyecto Zona Creativa Trazos Libres. Me produjo decepción; primero porque el artículo (y es demostrable) no está dirigido al tema de los proyectos culturales, sino a las “galerías cuentapropistas”, lo que hace injustificados tantos lamentos e injurias; después, porque no existe representatividad de alguna zona de pensamiento, como no sea para defender a ultranza un proyecto que presumo inflado y que no considero comunitario ni sostenible por muchas razones. De todas maneras, puedo compartir lo que opino sobre el tema; fuera del contexto de la serie, les advierto a los opugnadores.
      Corcho inicia su diatriba, algo confusa por la incoherencia de lo que él llama criterios (aunque no aporta ningún grado de valorización), refiriendo que “una vez más se ejerce la crítica, sobre procesos, ideas pro-puestas, que están en marcha…” en detrimento, supongo que eso quiso expresar entre tanto cantin-flismo, de proyectos que se ejecutan para compensar o resolver “estos déficits” (tampoco dice cuáles). Sospecho que usted no está al tanto de lo que se publica sobre el tema en nuestra prensa, como no sea el tipo de texto laudatorio y obligado a citar a las fuentes, que no se ocupa de cualificar los procesos por ignorar los lenguajes o bastimentos de las ciencias de la interpretación. ¿Dónde están los críticos y las críticas al que usted alude?. Presumo que sus ardores como administrador, primero en la UPAC en Cultura y luego en el Centro de Arte Benny Moré, no le permitieron percibir el estatus de los procesos culturales en su alrededor. En cambio, sus preguntas son astutas, aunque infundadas; parecieran dirigir-se a un neófito. No me agrada hablar de mí, aunque no lo parezca soy extremadamente tímido, pero necesito advertirle que llevo casi treinta años en estos predios (no cuento de mis aficiones cuando niño a las artes plásticas, literatura y teatro, ni siquiera el periplo universitario donde experimenté de todo un poco), me titulé de Historia del Arte, hice un máster en Ciencias Sociales, trabajo en el Centro de Su-peración impartiendo temas diversos (incluido sobre temas comunitarios), tuve una experiencia por dos años y tanto en comunidades de Caracas, Miranda y Carabobo, y soy profesor de comunicación en la Universidad de Cienfuegos; actualmente inicié un doctorado en Ciencias sobre el Arte, específicamente en arte cienfueguero (Sobre el que termino una serie de tres tomos). Por demás, he recibido más de se-senta premios con mis incursiones artísticas, investigativas o críticas y publicado artículos en editoriales nacionales y extranjeras, como Ciencias Sociales, Arte Cubano, Editorial Oriente, Universidad Veracru-zana, etc. Creo que tanta subestimación no es prudente. Estuve pensando si responder o no a este he-miciclo de ataques y finalmente decidí afrontarlos, sin intermediarios, en nombre de la verdad. Le dejo de tarea Corcho ¿Por qué razón usted tuvo que abandonar el Centro de las Artes Benny Moré?. Lea mi próxima nota.

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    • el 15 junio, 2018 a las 10:17 am
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      Señor Corcho 2
      Por supuesto que sé que estas “propuestas” de proyectos son presentadas ante alguna instancia, pero no siempre los avales son espontáneos, a veces resultan de complicidades y beneficios, o se producen sencillamente por cortesía o ignorancia de las esencias. De hecho, en muchas ocasiones las gubernativas suelen desconocer los criterios de las culturales, imponiéndose a fuerza de ser los que ponen el dinero. Por caso, hubo resistencia a la aprobación de la Zona Creativa Trazos Libres y, sin embargo, primó la decisión de los que asumen los perfiles comunitarios. NO basta con fundamentar un proyecto, asumir los protocolos y decir cuatro hermosas frases de vuelo humanista ante un pleno ansioso de invertir los presupuestos y crear una imagen a su favor. En ocasiones, hay que esperar que pase el tiempo para descubrir los fracasos, muchas veces encubiertos para no poner en peligro el ejercicio del poder. Reite-ro, estamos hablando de trabajo comunitario (por, para y desde la comunidad) no de un festín de acciones donde los públicos participan y se divierten (pero sobre ello quiero hablar más adelante). ¿Sabe cómo se pueden hacer alianzas?. Vaya con todo entusiasmo donde se necesite apoyo cultural gratuito y se le agradezca exposiciones altruistas, carnavalescas, en las que pueda recibir a las visitas con alguna acción y hasta ser parte de sus estrategias culturales. Eso le puede garantizar el boleto de la membresía. No importa que sea de la Asociación de la Croqueta Gregoriana o el grupo de Desnudistas del Puerto; sobre todo si la entidad lleva el apellido “de Cuba”, pues eso suena como que usted tiene represen-tatividad en un espacio nacional. También pudiera mencionar que le apoya alguna entidad guber-namental; aunque esto no siempre da resultados. Hermes y su señora lo hicieron para que los colocasen en una Bienal de Arte en La Habana, pensando usar influencias, y acabaron fastidiando al organizador. No todas las personas se dejan chantajear o comprar. Por cierto, después de su “réplica” a mi artículo (que está basado en mi experiencia como analista y no es un montaje) sé que se fueron en busca de apoyo al Wilfredo Lam y le dieron allí la respuesta digna. En nuestra realidad hay personas que no tienen precio.
      Amigo Corcho, usted no es tan ingenuo como para apropiarse de un discurso tan trasnochado y baladí. Me explico, no le estoy agrediendo: ¿Cuántos no se escudan en propuestas de Estrategia de Desarrollo para el territorio y en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el Congreso del Partido?. Si los procesos fuesen todos honestos estuviéramos en una sociedad mejor construida social y económicamente. Todo marcha muy bien en los protocolos, pero a veces la realidad es otra. Pudiera decirle que un proyecto puede enfocar esta dimensión de “desarrollo local” y convencer a las autorida-des, sobre todo si no hay expertos en la dimensión artístico-comunicativa, pero la práctica expresa otra cosa y a veces nos damos cuenta muy tarde del paso dado. El Estado no creó las instituciones culturales fortuitamente, sino para que medien en estos procesos y los profesionales graduados en sus universi-dades intervengan con sus experticias. Por ejemplo, ya que usted ha salido en defensa de Zona… de Hermes y su pareja: Trazos Libres no ha demostrado ser un proyecto sostenible. Si Santiago muere, el gobierno deja de colocarle algún dinero o se acaban las visitas dirigidas de turistas, el proyecto se colapsa; porque no hay raíces. ¿Dónde se focalizan las tradiciones que permitirían fuentes de ingresos para la comunidad? ¿Importando unidades artísticas para el barrio, como los grupos de rumba o la desaparecida unidad de Sombrero azul? ¿Pagando tres o cinco dólares a los “invitados”?. Me pregunto, ¿Dónde estaba Santiago Hermes cuando, en la época en que no abundaba el dinero, desde la UNEAC se pidió a los artistas de la ciudad la consumación de proyectos comunitarios altruistas?. No vista de Santo al sardinero. Siga en mi próxima nota.

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